Wanderers venció 2:1; le puso una mueca de frustración a Peñarol
Los gestos marcaron el final. La alegría y abrazos de Wanderers, el sufrimiento y desazón de Peñarol. Un resultado que sepulta pretensiones del aurinegro. Una victoria que sirve como nutriente para los bohemios, que vienen a los tropezones en este Apertura. Un 2:1 a favor de Wanderers que puso una marca importante en las expectativas, sobre todo de Peñarol.
La historia comenzó torcida para Peñarol, porque Wanderers le salió a jugar arriba, sin darle espacios para armarse y pensar. Le ganó la tenencia de pelota y terreno. Le entreveró los apuntes, porque le obligó a atender su zona, viendo como quedaban separadas las líneas de mitad de cancha hacia adelante, con Zalayeta y Hernán Novick como navegantes solitarios.
Más armado el bohemio, con un maestro de ceremonia como Diego Riolfo, con Albarracin siendo el apuntador, pero con un esquema apretado, prolijo, aplicado. Le ató las intenciones al aurinegro. No pudo encontrar en los primeros cuarenta y cinco minutos el nivel de juego. Lo reconoció el propio Fossati, Wanderers jugó con un cambio más, con más chispa.
Sin atenuantes se fueron al vestuario con ese 1:0 parcial a favor del bohemio. El cambio llegó más que nada por intenciones que por concreciones de parte de Peñarol. De todas formas se le vio con más enjundia, ganando en la división de la pelota, hasta que Sebastián Píriz puso el empate 1:1. Fue un golpe de efecto imaginario para el partido, porque el que pensó que eso podía implicar el cambio definitivo, no sabía que aparecería una sorpresa inesperada.
Un disparo de Nicolás Albarracín, a los dos minutos del empate, encontró a Pablo Migliore con las manos flojas. Se comió el gol. Fue un golpe tremendo para Peñarol. Cuando pensaba que podía apretar el acelerador, se encontró con las barreras bajas.
A remarla de nuevo, a buscar con los cambios. Un partido de ajedrez desde la posición de los técnicos. Cada ingreso que daba Fossati, había una respuesta táctica de Alfredo Arias. No dejar sólo a Pacheco, por eso Paiva adentro. Cuidar los centímetros de Olivera, por eso Martín Rivas a sumar esfuerzo en la retaguardia.
Y en esa dinámica se fue forjando el triunfo de Wanderers, que lo ganó bien. Que tuvo más fútbol, que tuvo muy buenas oportunidades. Que encontró a un Peñarol respondón, pero con unos pocos minutos de serenidad.
Victoria para el bohemio que le permite mirar esa campaña ondulante de forma diferente. La tristeza no tiene fin para Peñarol. Se le fue el Apertura, porque solamente un milagro le podría devolver las posibilidades.
WANDERERS 2:1 PEÑAROL
Cancha: Estadio Centenario. Jueces: Daniel Rodríguez, Mauricio Espinosa y Marcelo Alonso.
WANDERERES: Federico Cristóforo, Alex Silva, Gastón Bueno, Emiliano Díaz, Maximiliano Olivera, Adrián Colombino, Nicolás Freitas, Nicolás Albarracín (77′ Kevin Ramírez), Diego Riolfo (69′ Martín Rivas), Gastón Rodríguez y Sebastián Gularte (72′ Leandro Paiva). Director técnico: Alfredo Arias. Suplentes: Pablo Silveira, Yuri Galli, Ramiro Quintana, Pablo Lima.
PEÑAROL: Pablo Migliore, Gonzalo Viera, Carlos Valdez (63′ Juan Manuel Olivera), Damián Macaluso, Alejandro Silva, Sebastián Piriz, Sergio Orteman, Pablo Lima, Jorge Rodríguez (53′ Fabián Estoyanoff), Hernán Novick (70′ Antonio Pacheco) y Marcelo Zalayeta. Director técnico: Jorge Fossati. Suplentes: Leandro Gelpi, Darío Rodríguez, Nahitan Nandez, Marcelo Novick.
GOLES: 27′ Diego Riolfo (W), 66′ Sebastián Píriz (P), 68′ Nicolás Albarracín (W).
Tarjetas amarillas: 14′ Pablo Lima (P), 23′ Alejandro Silva (P), 28′ Adrián Colombino (W), 61′ Hernán Novick (P), 74′ Fabián Estoyanoff (P), 90′ Juan Manuel Olivera (P).