Electrizante empate
Wanderers y Rentistas regalaron un partidazo. Igualaron 2:2 en un intenso juego en el Viera. Cualquiera de los dos pudo ganarlo. Y el "bicho colorado" malogró un penal en los descuentos.
Rentistas se puso dos veces al frente del marcador, Wanderers logró igualarlo en sendas ocasiones, los dos tuvieron chances para liquidarlo, pero al final dividieron honores en el Parque Viera, en el exclusivo partido del domingo por el Torneo Intermedio.
El campeón del Apertura se lamentó por el penal malogrado en el final, y por el hecho de no haber podido aprovechar la superioridad numérica en el cierre, por la roja al zaguero bohemio Juan Manuel Izquierdo. El local también se lamentó, pero porque generó varias ocasiones y, como a su adversario, le faltó el golpe de gracia.
Rentistas se puso en ventaja luego de que Andrés Rodales levantara el centro y Gonzalo Vega -la figura del partido- llegara para impulsar la pelota, que entró y salió. En una polémica decisión arbitral, se le validó el gol al equipo de Alejandro Cappuccio.
La reacción de Wanderers no se hizo esperar. El remate de tiro libre de Rodrigo Pastorini dio en la barrera y, en el rebote, Darwin Torres se destapó con tremendo misil desde afuera del área para dejar sin asunto a Yonatan Irrazábal y marcar el empate transitorio.
En el primer tiempo no se dieron tregua. Penal de Torres al insoportable Renato César, que el juez no dudó en sancionar. Vega ejecutó la máxima pena con maestría, marcó el doblete y puso otra vez al “bicho” al frente del marcador. Wanderers no acusó el impacto y llegó al empate con el cabezazo perfecto de Ignacio González, luego de la subida y asistencia de Izquierdo.
Para el complemento, los dos fueron en busca del triunfo, aunque malograron sus oportunidades. El último cuarto de hora del partido fue a puro vértigo, de ida y vuelta. El bohemio terminó con 10 por la roja a Izquierdo, y Rentistas todavía debe de estar reprochándose el penal desperdiciado en el final por Maxi Lemos. El cotejo fue electrizante. Pero el empate no lo pudo cambiar nadie.