Empate con sabor a poco. Para Villa Española porque sigue hundido en la fatídica del descenso, y para Wanderers porque se alejó de la pelea por el Clausura.

Dos tiempos marcados y muy distintos. El primero correspondió al bohemio, pese a que el dueño de casa se puso en ganancia con un gol desde los vestuarios. Que no fue obstáculo para que el equipo de Carreño, con Guzmán Pereira como eje, manejara el trámite y con un fútbol atildado de permanente toque de balón, pasara al frente en el marcador, con las conquistas de Hernán Rivero y Bruno Veglio. Merecido, porque jugaba más y mejor.

El complemento fue todo aurirrojo. Se paró en la cancha el bohemio y dejó crecer al local que con enorme pundonor y corazón fue decididamente al frente. Y llegó a la igualdad con el gol de Facundo Godoy, e incluso pudo seguir de largo.

En definitiva, un punto para cada uno, con gestos de disconformidad en ambos bandos.