Fénix ganó con la emoción en lo alto
Fénix festejó el 2:1 a Villa Española en un final increíble. Ganaba por los goles de Ignacio Pereira y el golazo de Maureen Franco hasta que Luis Mejía lo salvó atajando un penal decisivo.
Fénix se subió a la emoción en el Estadio Obdulio Varela y ganó un partido con final increíble, 2:1 a Villa Española. El albivioleta jugaba para los aplausos de su gente por los dos goles en un tiempo de máxima eficacia, con los delanteros encendidos, y sufrió en el cierre. Luis Mejía lo salvó atajando un penal decisivo a Facundo Tancredi, en el séptimo minuto adicional
El sello de Maureen Franco, asistiendo de cabeza para la aparición de Ignacio Pereira –definió en la vía aérea- abrió el juego. Luego Franco se distinguió e un auténtico golazo, con tiempo y espacio para descargar la zurda fantástica, imposible para Guillermo Centurión. La ventaja surgió por la gran contundencia. Después, el aparente control- el arco de Luis Mejía no había sido exigido- le dio paso a la alarma. El 2:1 generó incertidumbre porque tampoco resolvió en los contragolpes con los pases de Rodrigo Amaral para la velocidad de Estoyanoff. Como un gol no es diferencia concluyente, sobrevoló la debilidad de fondo en los centros al área: un problema sin solución. Se originó el penal por una mano, explotó el enojo y finalmente se reconvirtió en alivio por la atajada de Mejía.
Villa Española no disimuló la bronca por la derrota que agravó su presente en la tabla de posiciones y también debido a la forma. El equipo de Julio Mozzo reaccionó en el último tramo. En ese recorrido presionó en el juego aéreo. Acortó en el cabezazo de Pablo Silva y luego se acercó en dos oportunidades incluyendo una chance neta que perdió Santiago López –había sido mano pero el árbitro no sancionó- y acentuó el lamento. La oportunidad llegó en el penal de Facundo Tancredi y Mejía lo impidió, volcado a su derecha para la decepción del local.
Los hinchas de Fénix se adueñaron de la alegría por una victoria que llegó con la emoción a pleno.