Uruguay, Paraguay y Tabárez
PERIODISTA: ¿Qué táctica piensa aplicar en su equipo?
DIRECTOR TÉCNICO: La que mis jugadores sean capaces de imponer ellos mismos, con lo que saben jugar.
PERIODISTA: ¿Y si ellos no fueran capaces de impones esa táctica?
DIRECTOR TÉCNICO: Entonces perderemos todos los partidos.
PERIODISTA: ¿Y usted no puede hacer nada para que no se pierdan?
DIRECTOR TÉCNICO: ¿Yo? ¿Quién le dijo eso?
PERIODISTA: Los dirigentes lo contrataron para eso.
DIRECTOR TÉCNICO: Los dirigentes son unos mentirosos, si dicen que me contrataron para eso.
PERIODISTA: ¿Y para qué lo contrataron entonces?
DIRECTOR TÉCNICO: Principalmente, para hacer que todos los jugadores sean amigos muy queridos entre todos y todos corran la misma cantidad de metros, transpiren la misma cantidad de sudor, se saquen la misma cantidad de canas pensando cómo engañar al adversario, y que entre todos haya seguridad recíproca de que nadie juega pensando en jugar para él mismo.
PERIODISTA: Pero ese no es precisamente un trabajo técnico… Es más bien una misión espiritual.
DIRECTOR TÉCNICO: ¿Y usted cree que un director técnico sirve para otra cosa o puede hacer otra cosa?, preguntó a su vez el D.T. al periodista.
PERIODISTA: Sí, yo creo que sí, que tiene que decidir qué tipo de tácticas y técnicas usar, qué jugadas ensayar para aplicar según esas tácticas y técnicas. ¿No le parece? Le dijo el periodista al D.T.
DIRECTOR TÉCNICO: No, no me parece. Lo que me parece es que usted es uno más de los ignorantes en fútbol que se han creído las mentiras que ahora hay en venta para consumidores que nunca hayan jugado al fútbol. La táctica de mi equipo será siempre –si mis jugadores saben jugar- la contraria de la que use el adversario. O sea que nuestra táctica… la darán nuestros contrarios y no nosotros. La técnica a usar será la que hayan recibido del padre y la madre los jugadores que yo dirijo porque ustedes lo dicen, pero no porque yo los dirija. A lo sumo, los puedo aconsejar, y no mucho en cosas de fútbol, acaso mucho más en cosas que forman al individuo que puede jugar al fútbol. Y en cuanto a las jugadas a hacer durante el partido… serán las que salgan por la suma de tres cosas: la casualidad que las haga salir, el adversario que permita que salgan y el jugador nuestro que sea capaz de pegarle a la pelota de forma que se aproveche lo que se presenta en una décima de segundo. Los únicos tontos del fútbol son los que creen que los D.T. hacen jugar a los jugadores. ¿Usted me puede decir si cuando un jugador manda la pelota al arco pero cae en la tribuna es porque también obedece lo que ordenó el D.T.?
PERIODISTA: ¿Usará el 4-2-4 o el 2-3-5?
DIRECTOR TÉCNICO: Usaré un jugador en el arco y diez en el campo. Y todos los esquemas numéricos que usted quiera nombrarme, porque esté seguro que durante un partido, los jugadores pasarán por todos ellos, desde que saquen la pelota hasta que pasando por la defensiva vayan al ataque y del ataque de vuelta a la defensa.
El precedente diálogo imaginario entre un entrenador y un periodista deportivo está incluido en las páginas 229 a 231 del libro Fútbol, dinámica de lo impensado escrito por Dante Panzeri en 1967 para la editorial Paidos.
Recurrí a lo transcripto textualmente porque resume el pensamiento al que –según mi impresión- paulatinamente va dejando como mensaje el técnico Oscar Tabárez antes y después de cada partido. Principalmente en sus declaraciones previas.
Efectivamente el director técnico muy poco o nada puede hacer cuando comienza a rodar la pelota. Sus aciertos o errores pueden establecerse cuando escoge los once hombres que salen al campo y, luego, en ocasión de realizar cambios durante el transcurso del partido. En todo lo demás que ocurre durante los noventa minutos, el fútbol lo construyen y lo desarrollan en la cancha los jugadores. Lo ocurrido el jueves pasado volvió a ratificar esta realidad que niegan aquellos que atribuyen al hombre que se queda en un costado de la cancha y que nada puede hacer, atributos de mago.
Una pregunta y su respuesta no sólo avalan el imaginario diálogo que Panzeri inventó hace medio siglo, sino que también se constituye en un símbolo de la verdad que encierra el mismo. Veamos.
PREGUNTA: ¿Los técnicos Sampaoli y Tabárez ordenaron a sus jugadores que partir del minuto 34 del segundo tiempo los argentinos se adueñaran totalmente de la pelota y la hicieran circular lateralmente de la tribuna Olímpica hacia la Colombes, desechando la posibilidad de atacar, mientras los futbolistas uruguayos se replegaron totalmente en su área en actitud pasiva sin ir a intentar quitarle la pelota al adversario para ofenderlo?
RESPUESTA: No. Rotundamente no.
Esos diez minutos que transcurrieron hasta el final del partido de la misma monótona forma, representaron –grotescamente si se quiere- lo que Panzeri describió como una caricatura con referencia al trabajo del director técnico.
“La táctica de mi equipo será siempre –si mis jugadores saben jugar- la contraria de la que use el adversario. O sea que nuestra táctica… la darán nuestros contrarios y no nosotros”.
Estas reflexiones sirven para comenzar a orejear lo que va a ocurrir en Asunción el próximo martes. Los paraguayos se lanzarán al ataque en forma masiva desde el comienzo en busca de la victoria para impulsar ese envión nacido con su triunfo ante Chile que les devolvió la posibilidad de llegar a Rusia 2018. La celeste intentará defenderse de la misma manera correcta y sin errores como lo hizo contra los albicelestes, sabedores de que si consiguen un nuevo punto quedará más cerca de la meta anhelada. Inclusive, hasta puede ocurrir que con papel carbónico se registre la misma situación de los diez minutos finales del jueves. Que ambos se conformen con sumar un nuevo punto y decidan jugar a no jugar.