Uruguay, no sabe jugar a la mancha…
Vuelve el fútbol de las Eliminatorias después de un breve paréntesis y la celeste de todos al ruedo nada más ni nada menos que frente a Paraguay.
Podrán decir, ¿cómo, nada mas ni nada menos? Amigos, es la realidad, por más que a muchos les pese.
Dos características muy similares de encarar el fútbol, acérrimo rival en cada uno de los enfrentamientos anteriores, esta formación guaraní, no será “papita pal loro” como suele decirse habitualemnte.
Ellos, llegan como últimos en la tabla, complicados al máximo, en proceso de recambio -basta solo dar un nombre para darnos cuenta, no fue convocado Roque Santa Cruz-, pero con el timonel de un viejo lobo del fútbol. Con Gerardo Pelusso, que sabe, en este juego está encima de la mesa buena parte de su trabajo, hoy en ojo de la tormenta.
Nosotros, con cuatro partidos sin ganar. Recordamos: 0-4 con Colombia en Barranquilla; 1-1 ante Ecuador en el Estadio; 0-3 en Mendoza con Argentina y y un lapidario 1-4 frente a Bolivia en La Paz.
Como si todo fuera poco, la mayoría tendrá que jugar a la mancha, lo único que sirve, debido a que teniendo en cuenta los ocho jugadores que están en capilla, leyó bien, ocho, cualquier falta fuera de lugar, o reclamo innecesario, equivaldrá a otra tarjeta que lo dejará afuera del compromiso frente a Chile.
Anotando y no se atoren, que hay “pa todos y tupido”. Así, cuando el colombiano Wilmar Roldán comienza a pasar lista, ustedes van tachando. En Uruguay tienen amarilla: Maximiliano Pereira, Egidio Arevalo Ríos, Diego ´Pérez, Walter Gargano, Alvaro Pereira, Luis Suárez –por favor Luisito, no te tires al cuete, ni protestes, si- Cristian Rodríguez y Gastón Ramírez.
Como si todo fuera poco, aquel gran público que se había ganado en base a buenos resultados, parece haberse perdido. Por lo menos ello lo demuestra la venta previa. Antes se agotaban, ahora se desagotan.
Es lo que hay valor, frase célebre de mi amigo Alberto Kesman. Ojalá puede escribir después del viernes, que todo fue producto de mi imaginación, y nada más. Pero, tan loco no estoy. Solo un poco. Hasta la próxima.