Uruguay con papel carbónico para repetir el rendimiento de los dos últimos partidos
La fotografía previa de la realidad, muestra a un equipo de Colombia con mejor capacidad de fútbol, superior rendimiento con tres victorias al hilo, y jugadores más descansados, merced a su prematura clasificación en el segundo partido, que permitió otorgar descansos a los titulares en el último juego. Uruguay llega en desventaja en todos los aspectos. Obligado por la necesidad resulta imprescindible que la celeste, segunda piel de nuestro jugadores, esta tarde-noche en Maracaná, pase a ser la propia piel…
Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)
¿Cómo reaccionará en la cancha, el conjunto de jugadores uruguayos, ante la ausencia de Luis Suárez? ¿Cómo repercutirá en la mente de cada futbolista celeste, esa sensación de sanción excesiva, absurda, tipicamente fascista, con la cual la FIFA hundió al buque insignia de Uruguay? Estas preguntas tendrán respuesta una vez que la pelota se ponga en juego. Todos pensamos –y el propio Oscar Tabárez se encargó de exacerbarlo, anoche, en su alocusión ante la prensa del mundo-, que ocurrirá lo que tantas veces se produjo en la mente de nuestros futbolistas que se agrandan ante la adversidad. Que sacan a relucir la famosa “garra charrúa”, bien entendida como reacción de rebeldía ante las injusticias.
Mientras aguardo que, una vez más, este maltrato al molesto fútbol uruguayo se transforme en el aguijón que impulse una nueva hazaña frente a Colombia, se originan algunas reflexiones previas sobre el encuentro que comenzará dentro de poco.
Colombia llega a la contienda con una sucesión de tres partidos jugados y ganados por goleada. Su clasificación prematura para octavos de final le permitió dar descanso a muchos titulares, colocando un equipo de alternativa. Uruguay, en cambio, arriba al cotejo luego de dos “finales del Campeonato del Mundo”, como las definió el relator de Radio Oriental, Javier Máximo Goñi. Dos encuentros ante Inglaterra e Italia, donde los celestes lo entregaron todo en el campo. Dejaron en él hasta la última gota de esfuerzo.
El técnico Tabárez, criteriosamente y ante los excelentes rendimientos defensivos de Uruguay en esos dos partidos, repite la misma estrategia táctica. Hay que tener en cuenta que Colombia, a diferencia de ingleses e italianos, es un equipo de mejor calidad técnica y una toque de pelota seguro, que puede desgastar el físico de los hombres de contención uruguayos. Ese “tuya y mía” en corto de los colombianos, buscará ser neutralizado por Uruguay parando la línea final de 5 hombres, en el borde del área grande, con los tres volantes delante, sin dejar espacios a sus espaldas, buscando que hasta ahí arriben “tocando” los colombianos, para ensayar en esa zona del campo el corte del juego. Deberá ponerse mucha atención en no cometer infracciones en esos intentos defensivos, para evitar los remates de pelota quiera.
Lo mejor que puede ocurrirle al equipo oriental, es repetir con papel carbónico idéntica manera de jugar, con similar capacidad mental para ir “llevando” el partido, que la expuesta en los dos enfrentamientos anteriores. Sin apurar el trámite del juego. Dejando que sea Colombia quién lleve la iniciativa y sume altos porcentajes de “posesión de la pelota”, mientras los celestes buscan concretar, nuevamente, hacer realidad la máxima del Prof. José Ricardo de León: “con menos ser más”.
El impacto negativo de la ausencia de Luis Suárez será difícil de superar. Queda “un vacío imposible de llenar”, como asegura el tango. Oscar Tabárez apela a Diego Forlán, convirtiéndolo nuevamente en el abanderado del equipo. Con su presencia se suple la perfecta ejecución de las pelotas quietas de Suárez y procura el entrenador, que aparezca en el mejor jugador de Sudáfrica 2010, aunque sea en cuenta gotas, algo de aquella magia cautivadora que exhibía el rendimiento de Diego, cuatro años atrás. Intenta Tabárez que Forlán se convierta en aquel Rey Carlos V, cuyo penacho buscaban sus soldados en lo más arduo de la batalla…
En definitiva, como lo definió con tanto acierto el entrenador de Italia, Césare Prandelli antes de perder ante Uruguay, la aspiración de todos es que –más allá de la ausencia de Suárez-, nuevamente nuestros “jugadores sean más patriotas” que los colombianos. Para que esto sea realidad, una vez más, como en tantas ocasiones ha ocurrido, la histórica camiseta celeste tiene que ser más que una segunda piel en cada jugador oriental. Debe ser, la propia piel…