Uruguay “con menos fue más”
Escribe: Atilio Garrido
Las conclusiones finales que arrojan la victoria de Uruguay, se emparentan y vinculan estrechamente con el tránsito del fútbol oriental en los últimos cincuenta años. En toda esta etapa, cuyo comienzo debe ubicarse con posterioridad a la Copa del Mundo de 1954, la gran virtud que ha tenido nuestro principal deporte -el único que ha quedado en pié en la competencia internacional- ha sido “con menos, ser más”, como tantas veces me lo reiteró el Prof. De León en charlas sobre el devenir histórico del fútbol celeste.
Consciente de esa realidad, el técnico Tabárez planteó lo que he definido como “jugar de visitante” cuando se actúa de local. Sabedor de que enfrente estaba el Campeón de América, ubicado en el 5o. lugar en el ranking FIFA y, como él mismo lo define -“el mejor Chile de su historia-, armó esa estrategia que le viene dando muy buenos resultados. Se asienta en el pilar de tratar de mantener el cero en el arco propio. Luego, sostiene defender con mucha gente en la mitad de la cancha, con las dos líneas pegadas para evitar huecos entre ambas, y ubicadas metros adelante de su área grande.
Y así transcurrió todo el primer tiempo. Uruguay no tuvo situaciones de peligro a favor. Tampoco en contra. Chile acumulaba porcentaje en eso que ahora se ha puesto de moda y que se llama “posesión de la pelota”. Una mentira grande como una casa, porque exponer superioridad en ese rubro no asegura ganar el partido. Por el contrario, se puede terminar en lo que los periodistas argentinos llamaban, acertadamente, “fulbito”. Es decir, tocar y tener la pelota, pero… no pasa nada. El fútbol es una mezcla de talento y lucha; de esfuerzo y belleza; de sacrificio y deleite,m
¿Mereció Uruguay irse en ventaja al término del primer tiempo? Si nos llevamos por la “posesión de la pelota”, no. Si buceamos en el dominio del trámite, tampoco. Uruguay se fue en ventaja con gol convertido en jugada de “pelota quieta”. Es un argumento válido. Un recurso habilitado por el reglamento y del que tan buenos frutos ha extraído el técnico Tabárez.
En la segunda etapa, cuando Chile jugaba mejor que Uruguay y lo hacía, también, mejor que en el primero, los orientales le pegaron dos trompadas al técnico rival y lo mandaron a la lona. Chile acumulaba infinitamente mayor “posesión de la pelota”. Y Uruguay convirtió los goles…
Finalmente, “el tiento no ser cortó”, como pensaba por ley de probabilidades después de 105 años de invencibilidad de los uruguayos ante los chilenos en nuestra tierra. No lo lograron, aunque estoy seguro que ese era un gran objetivo que les fue metiendo en la mente a sus jugadores el técnico Sampaoli. Un triunfo de Chile aquí hubiera sido otro escalón más, en estas conquistas que va logrando Chile. No lo consiguió porque tuvo enfrente un equipo que supo “con menos ser más”, cumpliendo al dedillo con los dictados de los 50 últimos años de la historia.
La reflexión final está destinada a los 9 puntos que acumula Uruguay en el segundo lugar de la tabla de posiciones. Un arranque impensado por casi todos. Alcanza con leer o escuchar las opiniones periodísticas y las notas realizadas a gente del fútbol, una vez que se conoció el sorteo de las eliminatorias. Se agregaba al sombrío panorama la ausencia de Luis Suárez. El negativo panorama es hoy una positiva esperanza de futuro, ayudada por los resultados de esta fecha. Es justo resaltar una vez más la actividad y la tarea del técnico Oscar Tabárez, que le sabe extraer a este plantel de jugadores el máximo de su entrega, procesando un cambio generacional -tan traumático para todos los países y especialmente para el nuestro- de una forma muy acertada, manteniendo el rumbo de su pensamiento y sabiduría, a pesar de los constantes embates de la prensa y aficionados reclamando por tal o cual jugador.