Uruguay “con menos debe ser más” para hacer realidad “el arte de lo impensado”
Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)
Cuando el mexicano Marco Rodríguez, el pastor evangélico que dirigirá el encuentro entre Uruguay e Italia, pegue la primer pitada dando comienzo al cotejo, los celestes arrancar eliminados. Esa es la realidad. La gran interrogante, en lo previo, para buscar las soluciones que cambien esa situación, es reflexionar sobre las posibilidades de ambos equipos.
LA ESTABILIDAD DE URUGUAY Y LOS CAMBIOS DE ITALIA
Los dos entrenadores optaron por caminos diferentes.
El técnico Tabárez, confirmando que a pesar que haya expresado lo contrario en la conferencia de prensa, aquello de que “equipo que gana no se toca”, no es una frase hecha que se utiliza en el fútbol. Con lógica y criterio adecuado, mantiene la misma integración que venció a Inglaterra, con la esperanza de que el partido sea similar y que la memoria colectiva de los celestes, construya otra hazaña con idéntica disposición, actitud y juego sin cometer errores.
Cesare Prandilli, en cambio, le metió la mano al equipo con cuatro cambios para plantear un rígido sistema defensivo 3-5-2, que en gran parte del encuentro se transformará en un 5-3-2. La consigna de los “azurri” es simple. Desplegaran lo que mejor saben hacer desde siempre, desde el fondo de su historia. Jugarán como peces en el agua en procura de que “no se juegue” para que el empate sin goles los lleve a la anhelada clasificación.
Otro dato interesante que revela esta mañana el colega Daniel Rosa de “El País”, muestra que las variantes que se han producido en el fútbol de nuestro país –beneficiosas, claro-, y en el italiano –estimamos, que perjudiciales-, que nos retrotraen al fútbol uruguayo del pasado.
De los once titulares anunciados, nueve de ellos estuvieron frente a los italianos en el partido de la Copa de las Confederaciones por el tercer puesto, disputado en Fortaleza, aquí mismo, en Brasil. Y son diez, si agregamos a Maximiliano Pereira que está de suplente.
En cambio, distinta es la situación de Italia. Apenas cuatro jugadores de los posibles titulares de hoy, según lo anunciado, repiten su presencia como un año atrás. Ellos son Buffán, Chiellini, De Sciglio y Giaccherini. Los demás son “nuevos” en su enfrentamiento ante los celestes.
Esto que considero perjudicial, porque lo importante en el fútbol es mantener un equipo básico introduciendo pequeñas variantes, antes era típico en el fútbol uruguayo. ¿Un ejemplo? En la Copa del Mundo de 1966 Uruguay quedó en octavos de final eliminado injustamente por una “operación” de juegos cruzados. Apenas siete meses después se disputó en Montevideo el Campeonato Sudamericano. En Uruguay tan sólo ocho de los 22 jugadores de Londres’66, repitieron con la celeste.
¿PODRÁ URUGUAY VESTIRSE DE PROTAGONISTA?
Mientras a Italia el partido le viene como anillo al dedo, a Uruguay le genera un problema que en las últimas décadas le ha costado mucho resolver favorablemente. La necesidad de conseguir la victoria como único resultado posible para pasar a octavos de final, lo obliga a vestirse con el traje de protagonista. ¡Y eso sí que le cuesta a los celestes! En la última ocasión que esto ocurrió, hace apenas unos días, en Fortaleza, ante Costa Rica, el equipo no supo acomodarse nunca en la cancha, frente a un rival que le regaló la posesión de la pelota, el dominio del campo y le “planteó” cinco hombres en el fondo. Ni siquiera la obtención de la ventaja en el primer tiempo, alentó un inmediato cambio táctico en Uruguay, para regalarle la pelota a Costa Rica y abroquelarse todo atrás para mantener el triunfo. ¡No! Obligado a ser más ante los caribeños sin historia, los celestes mantuvieron esa disposición aparentemente ofensiva, de protagonistas, exponiéndose al contragolpe que a la postre le resultó fatal.
LA ABSURDA “POSESIÓN DE LA PELOTA” Y “CON MENOS… SER MÁS”
Es de pensar que si Uruguay hoy logra ponerse en ventaja, pase inmediatamente a un planteo defensivo. Deje de lado el traje de protagonista, lo arroje a la basura y se transforme en un equipo que sepa manejar la ventaja favor. Los datos de posesión de la pelota ante Inglaterra fueron contundentes: 62% la tuvo Inglaterra y apenas 28% dispuso de ella Uruguay.
Soy de los que reniego de esta estupidez que se ha puesto de moda. Traída de la mano por la tecnología, quieren llevar al fútbol a un plano de perfección tal, según la cual que solamente la “verdad” de los números es la que tiene razón. Según ella, un equipo que tiene la pelota en sus pies más de la tercera parte de los 90 minutos de juego, no puede perder el partido. Esta absurda tesis que puso de moda el Barcelona de Pep Guariola, lamentablemente ha tenido imitadores en la búsqueda de un fútbol químicamente puro, que no asegura triunfos. ¿Por qué? Porque el fútbol es el “arte del imprevisto”, como lo definió hace 40 años uno de los periodistas más capaces de la historia del fútbol rioplatense, transgresor al máximo por negarse a “vender humo”. Se llamó Dante Panzeri.
Años después, en nuestro país, cuando llevé al Prof. José Ricardo de León a escribir en “Últimas Noticias”, concurriendo junto con él a dos Copas del Mundo (1990 y 1998), aquellas noches que estirábamos después de los partidos en una buena cena regada, primero con un tinto californiano y, después con un “chianti”, se transformaban en verdaderas clases de fútbol dictadas por una maestro. Fue entonces, en aquellas notas que están en el archivo de “Últimas Noticias”, que el Profe De León resumió de manera perfecta la esencia del fútbol uruguayo glorioso de todos los tiempos: “¡Con menos, ser más!”
EL CLIMA CALUROSO Y HÚMEDO INCIDIRÁ EN EL PARTIDO
¡Ojalá que este mediodía, en un clima diferente al de San Pablo y muy parecido al de Fortaleza, se mantenga ese Uruguay de menor posesión de la pelota que aplicó a los ingleses creadores del fútbol, una soberbia cachetada!
Y a propósito del clima, los apuntes finales de este comentario previo se lo desinamos a él. No vamos a ver un partido similar al de Inglaterra porque el clima no lo permitirá. El trámite del juego bajará de revoluciones, será más lento, con los dos equipos cuidando sus energías en la búsqueda de llegar al final con la mayor cantidad posible en los pulmones, para que cada equipo lo vuelque en lo que a esa altura más le convenga.
En síntesis, un partido muy difícil para Uruguay, obligado a salir a buscar la victoria para seguir con vida. Para que lo pueda concretar, deberá ser fiel a la definición apropiadísima del Prof. De León: “con menos, ser más…”