Todo al 11
El último encuentro ante Venezuela fue empate 1:1 en el Centenario.
No se trata de un juego de azar. El 11 hay que ganar.
Es la frase que surge del alma misma de todos los uruguayos: “Todo al 11”.
El último encuentro ante Venezuela fue empate 1:1 en el Centenario.
Esto es, jugar lo que hay y lo que no hay frente a Venezuela.
Esa es la actitud porque no tenemos más alternativa.
Sabemos, como lo conocen los jugadores, los técnicos y todos, lo empinada que es la subida, lo que hay que meter para seguir con la ilusión del mundial de Brasil.
Pero no queda otra.
Es cierto que llegamos a este límite por tropezones propios, por virtudes rivales y porque así es el deporte de alto riesgo, como lo son las eliminatorias o clasificación a los mundiales, especialmente las sudamericanas.
Exigentes al máximo.
Dicen los protagonistas que es más fácil un mundial que el camino hacia el mismo.
Es cierto, pero lo es para todos.
Nada que usted no sepa, que no haya visto.
Se ha jugado mal y se perdió sin levante.
Explicaciones varias, pero ninguna convincente, Ni ellos le encuentran el motivo guía de sus derrotas, porque, debe quedar bien en claro, que han sido severas caídas.
Arrancamos bien con el 4 a 2 a Bolivia, regular en el empate con Paraguay 1 a 1, muy bien el 4 a 0 ante Chile, desconcierto en el 1 a 1 con Venezuela, respiro en el 4 a 2 frente a Perú y …
“SETENTA BALCONES Y NINGUNA FLOR …”
Empezó a oscurecer. El atardecer con lluvia se inició en Barranquilla. Nos vinimos con “cuatro angustias y ninguna flor”, parafraseando al poeta argentino Baldomero Fernández Moreno en su “Setenta balcones y ninguna flor”, cuando dice: “A sus habitantes, señor, ¿qué les pasa?”.
Después, en casa, vimos como los ecuatorianos festejaron un empate a 1. Inexplicable.
Enfrente, los vecinos nos metieron 3 y contando …
En el techo de América, fue 4 a 1.
No se pudo con los guaraníes, 1 a 1 y ellos con poco, poquito y nada, pero …
Cruzamos la Cordillera y no vinimos con el corazón contento. Caímos 2 a 0.
La tristeza se quedó a vivir con la celeste.
Preguntas mil, respuestas mil, ninguna satisfactoria porque no la hay, simplemente por eso, porque con un grupo selecto, de primerísimo nivel como el que tiene Uruguay, no se debió perder agresivamente, como se dio.
EL PELIGRO, UNA MALA COSTUMBRE
Siempre estamos comprometidos en éste asunto de la clasificación.
Nunca tranquilos, jamás nos cayó cómodo el sistema de todos contra todos. Que los viajes, que los rendimientos, que … nada, estamos igual que el resto, viajes, lesiones, problemas, lo que sea.
El tema es que no hay análisis que nos documente la razón del profundo bajón desde aquel oscuro anochecer barranquillero.
Al borde del abismo, el sabor del peligro, sí, lugares comunes que nos animan para enfrentar lo que no solamente parecer ser el final del camino, sino que lo es.
Si perdemos en Venezuela, adiós Carnaval. Si empatamos te quiero ver.
Jamás sugerimos, ni “le hicimos el cuadro” a un técnico, por respeto profesional.
Cada uno en lo suyo, como debe ser.
4-4-2, 4-3-1-2, 4-3-3 … 2×4 como el tango, vaya uno a saber.
El esquema y la estrategia que sea, pero vencer.
CONDICIONES SOBRAN
Están los mejores, sin dudarlo.
El gol, la fuerza, el coraje, la calidad, la entrega y demás, también.
¿Será posible que se junten éstas virtudes en los 90 minutos de Puerto Ordaz?
Todo al 11. Martes 11 de junio.
Edinson Cavani, el capocannonieri de la Serie A de Italia.
¿Por qué no?
Nuestros jugadores valen millones de euros, dólares y demás monedas.
El mundo del fútbol lo sabe y los cotiza al alza continuadamente.
Es el momento de demostrar la jerarquía del grupo.
Si no pueden con el fútbol, ganen con el corazón, de la misma forma que vencieron aquellos uruguayos olímpicos y mundiales que escribieron las increíbles hazañas de éste deporte.
Todo al 11.
Más que una apuesta, es la visión más breve, más concisa y clara de lo que reclamamos los uruguayos a una celeste de primera reforzada.
No queremos criticar más. Queremos aplaudir.
Estamos jugados.
