Horacio “Tato” López: “Jorge Da Silveira está inventándose un enemigo”
Horacio Tato López, uno de los mayores basquetbolistas uruguayos de todos los tiempos, volvió el 20 de octubre de un viaje de más de un año por África, Nueva Zelanda, China, Perú y Nueva York, que tal vez sea tema de una nueva entrega en su exitosa saga de libros de viaje y novelas, que inició La Vereda del destino y prosiguió Almas de vagar, pero en estos días fue otro el tema que lo puso en el tapete, cuando tituló su columna en 180.com, “Jona Querido”. Se viralizó en las redes sociales y repercutió en la polémica sobre las declaraciones de Jorge Da Silveira que incidieron en la transferencia de Jonathan Rodríguez de Peñarol al Benfica. Es otra faceta de sus libros y de su vida, la del deportista y su peripecia…Transcribimos la carta íntegra (es corta), aunque probablemente muchos de nuestros lectores ya la hayan leído, porque a ella se refiere en la conversación y vale el placer releerla. Es un texto magistral: “Jona Querido. Espero que al recibir la carta te encuentres bien. Me llamo Tato y fui jugador de la celeste de básquet desde el 76 al 93, o sea, antes de que vos nacieras”.
“En 1982, en plena dictadura, tuve un episodio con la justicia por suministro de marihuana —sería más correcto decir por fumar marihuana— y terminé procesado. Cuando me dejaron en libertad me esperaba una suspensión indefinida de la Comisión Nacional de Educación Física.
El periodismo deportivo hablaba mucho, mucho, sobre mi suspensión; hasta en un programa llegaron a hacer una encuesta sobre cuánto tiempo debía durar: algunos opinaban que la debían levantar de inmediato, otros manejaban diferentes plazos y otros consideraban que me tenían que mantener la prohibición de por vida. El doctor en Derecho Jorge da Silveira opinaba que no me debían permitir volver a jugar nunca más. ¡Jo! Nunca más —tenía veintiún años—.
Argumentaba que yo era un mal ejemplo, un daño para la saludable juventud militarizada. ¡Jo! Lo que no recuerdo es que me llamara “cabecita de dulce de leche”, que es el término que hoy utiliza para referirse a los jugadores que considera incapaces de adaptarse al deporte de alto rendimiento a causa de su bajo coeficiente mental. ¿Viste, Jona querido? Ya tenemos algo en común: somos dos “cabecitas de dulce de leche”.
A los seis meses volví a las canchas. Me recibió un cartel que hizo mi madrina, Graciela, que decía “Bienvenido Tato”, y el influenciado y sostenido grito de la hinchada rival que iba de “falopero” a “hijo de puta, tendrías que estar en la cárcel” y cosas por el estilo. ¡Jo! Lamentablemente solo duró un par de años. No sabés, con esa motivación adicional, ¡qué fácil es jugar bien!
Te cuento la anécdota no porque tenga cuentas pendientes con el doctor en Derecho Jorge da Silveira —han pasado más de treinta años—. Te la cuento porque, en aquellos días, una persona muy lúcida le hizo entender a aquel jovencito que fui que el doctor era un alcahuete, un sicario mediático y un parásito del poder económico, político y dirigencial, que hizo nido en el periodismo deportivo, y que si ese trabajo fascistoide no lo hacía él, vendría otro a hacerlo. El doctor en Derecho Jorge da Silveira continuó ininterrumpidamente durante décadas “matando gente”, en especial jóvenes, pero, eso sí, siempre atento a no perjudicar intereses de sus amistades.
Jona querido, no quiero decepcionarte ni desvalorizarte, pero el doctor en Derecho Jorge da Silveira no se disculpa, en su muy formal y muy bien escrita carta, por respeto a tu familia, a tus compañeros, a los profesionales que trabajan contigo día a día. No lo hace por pensar en tus amistades ni tampoco por vos. Lo hace porque con sus declaraciones perjudicó a alguien de ese poder político, económico o dirigencial. O sea, de alguna manera tiene que arreglar este asunto de los siete millones de dólares del Benfica, que es lo que vale tu pase, no tu alma, no tu dignidad, no tu vida. No valen siete palos verdes las carencias de la infancia, ni el reconocer errores y animarse a volver a empezar todos los días hasta valer esa pila de millones de dólares.
Jona querido, ¡vamo arriba que esto recién empieza! Te mando un abrazo de gol en la hora y el sincero deseo de que tengas una buena carrera deportiva.
PD: Jona querido, ¿viste que en la carta el doctor en Derecho Jorge da Silveira dice que por este asunto perdió el sueño? ¡Jo! ¿Y de perder la vergüenza el Toto “dignidad de dulce de leche” no te dijo nada?”
-¿No te llama la atención tanta repercusión que tuvo la carta?
-No me llama la atención todo esto que está pasando, porque es a raíz de una situación que se daba en el fútbol y se venía repitiendo desde hace cuarenta años y parecía que a nadie le importaba. Esto puede ser un inicio de que la gente empiece a decir no a ciertas cosas que hemos sostenido durante mucho tiempo, sin saber por qué las hemos sostenido y ahora la gente manifiesta que hace años que estamos cansados de estas cosas y una de ellas es el mensaje que llega a partir de cierta parte del periodismo deportivo, que se desdibujó en la dictadura llegando hasta nuestros días con un discurso retrógrado, que le falta el respeto al ser humano, al trabajo del ser humano y que ha ocupado un espacio que incluso no ha permitido escuchar otras voces dentro del periodismo, que tienen un discurso de tomar en cuenta al ser humano, de elaboración social, que lleva a la construcción del disfrute del elaborar juntos, pero sobre todo a la consideración del otro.
“Esto tiene que ver con el Mundial de Sudáfrica”
-El deporte es una herramienta educativa, porque educación física es educación en movimiento -nos dice Tato López-. Una deformación de la educación física es el deporte profesional porque no tiene nada que ver con la salud, pero es algo que nos fascina, nos encanta y cada vez es parte mayor de la sociedad. Ahora nos encontramos con que la gente estaba cansada de esa desconsideración del otro. Esto está hablando de una sociedad que me hace pensar que está en el inicio de algo mucho más profundo, como sucedió cierta vez a partir de un hecho deportivo en Nueva Zelanda.
El caso Aotearoa Nueva Zelanda
En un momento puntual, en que va el rugby sudafricano a hacer una gira por Nueva Zelanda, la sociedad neozelandesa se divide entre los que dicen que no van a aceptar que venga un equipo de los representantes del apartheid (años 80) a jugar contra su equipo nacional y la otra mitad que dice “esto es deporte, pará, vamos a jugar, vamos a dejarnos de embromar”. Iban a jugar tres o cuatro partidos y en cada partido se producen manifestaciones que empiezan a rechazar no solamente a los representantes del apartheid sino además otros aspectos de la vida del país, comienzan a manifestar también por la libertad sexual, contra la segregación racial, por las libertades personales, en fin… sobre todo lo que puede manifestarse una sociedad. A partir de entonces Nueva Zelanda comienza a ser otro país y lo más particular que encontré en Nueva Zelanda, lo que más destaco, es su puesta a punto histórica con los nativos, con los aborígenes. El Estado no sólo ha reconocido el genocidio maorí, sino que ha establecido el resarcimiento económico, la devolución de tierras, la participación de los aborígenes en el Estado y fue un nuevo inicio para el país a tal punto que, nosotros no lo sabemos pero, Nueva Zelanda se llama Aotearoa (como la llamaban los nativos maoríes) Nueva Zelanda (como le pusieron los emigrantes europeos), Aotearoa Nueva Zelanda. Es algo maravilloso.
Creo que este despertar de la gente aquí tiene que ver con haber descubierto, con el Mundial de Sudáfrica, la construcción de valores en la celeste de fútbol. Esto empieza con Tabárez yendo a un programa de televisión, sentándose justamente frente al doctor Jorge Da Silveira, demostrando cómo éste operaba contra su trabajo en pos de favorecer no sabemos a quién. Incluso también hubo declaraciones de otro periodista, dos días antes de aquel viernes que jugábamos contra Ghana, afirmando que el maestro Tabárez no iba continuar luego de la Copa. Todo un discurso con no se sabe qué otros fines pero en beneficio propio, en el de captar audiencia, de que los escuchen, de ganar un espacio, favorecerse ellos en detrimento del todo, de todos nosotros como conjunto. Por eso te insisto: la consideración hacia el otro. Creo que estamos teniendo un Uruguay que se empieza a preocupar por los otros. No sé si estoy idealizando pero veo espacios enormes en nuestra sociedad, con la mujer involucrada, donde ya discute un niño con un anciano sobre este tipo de cosas… ¿cómo podemos no generar a partir del deporte un discurso educativo que nos lleve a todos hacia algún lugar?
Una radio pública sobre deporte
Tenemos ocho canales de radio del Estado. Escucho Babel que es la mejor radio, escucho la 94.7 que tiene una programación extraordinaria, la 91.9… ¿cómo puede pasar que en este país no haya una radio pública de deportes, de educación a través del movimiento? Las escuelas dan libre cada vez que juega Uruguay, pero ahora tenemos un hockey femenino que juega por el mundo con uruguayas profesionales y no lo sabemos. ¡Los teros…! ¿No pueden tener una transferencia educativa? ¿La gesta que han hecho no tiene nada para aportar? La debacle, el negro futuro del básquetbol uruguayo, con los lamentables manejos de Ney Castillo, de la dirigencia personalista de Ney Castillo, ¿no tiene nada para que analicemos? Los deportes recreativos, ligados a la salud… ¿no tienen profesores de educación física para aportarle a gente? Uruguay no sólo exporta entrenadores y preparadores físicos profesionales, también profesores de educación física. Digo una radio pero como camino para empezar, perfectamente podría haber un canal de televisión.
-¿Qué te pareció el comunicado de la Mutual?
-No leí al detalle, pero me parece una acción conjunta que defiende al ser humano. Cuando leí un poco ya me di cuenta por el lado que iba; como agrupación laboral en defensa de gente que trabaja, está reclamando respeto. Me parece bien, muy bien me parece. Que una persona que trabaja en los medios esté hablando de la vida personal, como un vecino que va al almacén y habla de otro vecino y que lo haga en los medios, no aporta y sigo insistiendo, esto detona porque hubo un perjuicio para gente con la que él tiene una relación de toda la vida, tuvo que arreglarlo, porque si no esto seguía, porque esto no empieza con Jonathan. Eso todos lo sabemos y yo te pregunto a vos: ¿no te parece un manejo medio fascistoide por parte del Círculo…?
–Sin duda, responsabilizar a la Mutual por hechos de violencia que pudiesen ocurrir, es el típico manejo fascistoide de incriminar el pensamiento y la acción pacífica (N de R: el Círculo de periodistas deportivos, en un comunicado responsabilizó a la Mutual uruguaya de futbolistas por eventuales hechos de violencia a los que la Mutual jamás recurrió ni llamó).
-Lo que dijo el doctor Da Silveira, “bueno, cuando las cosas se calmen, nosotros sabemos quién está atrás de todo esto…”, como inventándose un enemigo. Siempre te manejaban la opinión pública con esas cosas, pero ahora ya no tienen ese manejo.
El deporte uruguayo para el mundo
-Yo digo: tenemos un Presidente que en todas partes del mundo es como una luz, llega con una palabra diferente, ¿por qué no podemos construir a partir del deporte algo con lo que llegar con algo diferente al mundo también? ¿Sólo a través de los discursos del Presidente? En realidad ya lo tenemos, porque tenemos al maestro Tabárez que hace eso, pero da para mucho más, daría para mucho más…