Sin jugadores no somos nada
Corría el año 2000 en el mes de noviembre y Real España de San Pedro Sula-Honduras jugaba su derecho a representar a ese país en el pre mundial de clubes; que se disputaría en Los Ángeles-Estados Unidos de Norte América en enero de 2001, y lo hacía con el Municipal de Guatemala. De ganar ocuparía una plaza en dicho Torneo Internacional. Estábamos en la conducción técnica del equipo aurinegro de la calurosa San Pedro. Habíamos llevado a 4 futbolistas compatriotas; Carlos Macchi, Walter Caprile; Carlos Márcora y Mario Orta y donde nos acompañaba otro uruguayo el Profesor Alejandro Cáceres.
Ya estábamos clasificados a la liguilla final del campeonato hondureño 3 fechas antes de la finalización del Torneo oficial. Es decir que se redondeaba una campaña estupenda.
Ganando redondearíamos un gran año.
Dentro de un partido complicado, 3 goles de Mario Orta nos pusieron en el Pre Mundial de clubes.
Seis meses antes el equipo había tenido en la temporada anterior una actuación que lo tuvo al borde del descenso. Como equipo grande (en Honduras son 4 grandes Olimpia y Motagua de la capital Tegucigalpa y Marathon y Real España de San Pedro Sula) hubiera sido una afrenta esa circunstancia nefasta.
Se llegó a creer luego de lo ocurrido medio año antes con esa clasificación a Los Ángeles; teníamos la “varita mágica”.
Recuerdo la alegría de la mitad de la ciudad, ya que Marathon tiene lo suyo, y el desmedido desequilibrio emocional de los fanáticos. Incluyendo la prensa.
En un reportaje donde se creía que la magia de la conducción era la clave; hice unas declaraciones que es mí sentir desde siempre y sin temor a equivocarme los uruguayos pensamos así; pero que causaron asombro dentro de la idiosincrasia hondureña, tanto en prensa como afición. En la misma resaltaba que los entrenadores sin los jugadores no somos nada y que gracias a ellos ese paso histórico lo habíamos podido realizar, para orgullo de la ciudad y el país.
Una cosa no quita la otra. La capacidad de los entrenadores uruguayos “desparramados” por el mundo los hace estar en cada punto del planeta llevando la bandera del país con el orgullo que significa haber nacido en esta tierra.
Hoy por hoy el numero de entrenadores charrúas ronda los 200 en el mundo y en proporción a nuestra población es una cifra realmente muy significativa.
Volviendo a reiterar la frase dicha al diario Tiempo de San Pedro Sula en el suplemento Cronometro del 13 de enero de 2001….”Todo ha sido un merito de los jugadores, porque sin ellos, los entrenadores no somos nada”.
Eso no quita el regocijo de que casi 2 centenares de entrenadores uruguayos estén al frente de clubes extranjeros. Porque el éxito está implícito en esa cifra, ya que el conductor uruguayo es valorado como corresponde en un país lleno de gloria, donde los jugadores son lo principal.