Ser uno mismo
¿Cuál es el primer deber del hombre?, se preguntó en sus notables obras, el dramaturgo noruego, Henrik Ibsen.
Y su respuesta fue muy breve: “Ser uno mismo”.
Y en traslación de ésta conclusión al fútbol, ¿Cuál es el primer deber de un grande?
Ser Campeón.
Peñarol lo tuvo siempre presente, incluso desde el momento en que se quebró Pacheco, frente a Fénix, en el primer juego del Apertura.
El único partido que perdió el aurinegro, golpeado, sin duda, ante la fractura del referente mirasol.
BUENA CAMPAÑA
Nada extraordinaria, pero positiva. Sólo esa derrota, tres empates y diez victorias.
Lo saben los protagonistas. No se juega fantástico porque el medio local no está en su mejor momento, pero como sea, hay que vencer.
Prioridad de los que tienen para apostar fuerte.
Y Peñarol, al igual que Nacional, con un altísimo presupuesto mensual, pone todos los boletos a ganador.
No existe otra.
Las figuras de Zalayeta, Olivera y Estoyanoff fueron claves por los goles, pero también por la circulación de pelota y el funcionamiento general del grupo.
Además, la duda que generó en su momento Bologna, las despejó con excelentes contenciones, aportando serenidad en el último metro. Lerda, cuando le tocó, contra Racing, Defensor Sporting y el clásico, nada menos, respondió con solidez.
Zambrana y su velocidad, la veteranía vigente de Darío Rodríguez, el correcto desempeño de Grosmüller y Novick, con el aporte de Alejandro González, Raguso y Valdez, completan la imagen del mejor del Apertura.
TANTOS GOLES COMO PUNTOS: 33
Marcan el positivismo que citamos y que buscó Da Silva.
Peñarol es quien convirtió más goles, 33, al igual que sus puntos para llegar al título y el segundo que recibió menos tantos, 13, sólo superado por Defensor Sporting, con 11.
Por consiguiente una actuación prolija con las mejoras que cualquier equipo requiere.
No por ser campeón está todo estupendo y genial.
El técnico sabe que las distracciones en la defensa existieron y complicaron. Sobretodo en las pelotas aéreas, pasando por la contención del balón y traslado en el medio campo.
Detalles, sí, pero fundamentales, que hacen a la tarea diaria de un orientador y su equipo.
RENOVAR EL PRESTIGIO HISTORICO
Esto es, la observación se formula pensando no solamente en el plano local sino en el internacional.
Allí, donde Peñarol tiene que retornar a la muy buena gestión que lo llevó a ser el vicecampeón de la Libertadores 2011.
Hay un prestigio histórico y siempre existe la posibilidad de renovarlo.
Es que, mirando el mapa americano, están los rivales de siempre en acción: los brasileños y los argentinos, por más que se filtre algún equipo chileno, como lo fue la Universidad de Sampaoli.
Esa, entre otras, es la misión posible.
Mientras tanto, en el plano doméstico, correctamente dicen los protagonistas que, si bien ya tienen la mitad de la casa construída, faltan el techo, las ventanas y el fondo con parrillero, donde festejar con un buen asado el Campeonato Uruguayo 2012-2013.
HAY QUE CONSTRUIR
Los materiales están, el arquitecto es muy bueno y los obreros cumplen, ya lo demostraron.
Hay que seguir construyendo.
ENTONCES …
El aficionado, el hincha, el que lo sigue, aquel que vive partido a partido al equipo, el dirigente, el jugador mismo, acaso se pregunte, invariablemente …
¿Cual es el primer deber de Peñarol?, al igual que la famosa interrogante del escritor noruego, Henrik Ibsen.
Ser uno mismo.
Ser Peñarol.
Ser Campeón.