En el segundo tiempo dejaron la piel
Por Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González
Se reinició el partido con el ingreso de Oscar Díaz por Castro en Bolivia. Jugándose la ropa el DT Baldivieso mandó al campo a otro centro delantero grandote para formar una dupla de área atacante con Duck. Corría el riesgo de perder un volante de la zona central, donde Bolivia dominó ampliamente en la etapa inicial.
Precisamente el corpulento Díaz fue el primero en llevar peligro al área oriental en una pelota peleada y trancada por los defensas celestes, que no terminaba de ser despejada.
Se advirtió en Uruguay un cambio de procedimiento. Comenzó a utilizar la vía del pelotazo para intentar habilitar a Hernández y Stuani. Dejaba de lado el toque corto y pausado, que tan buen resultado le rindió en el periodo inicial. Poco a poco el equipo celeste comenzó a “achorizarse” en la ancha. Los volantes que atacaban no retornaban, carentes de aire y… sí llegó casi el empate, producto de un córner. Sólo, en la boca del arco, se comió el cabezazo Torrico.
Las dos “líneas de 4” que se mostraron pegadas, comenzaron a abrirse. Por allí transitó Díaz, quien tomó una pelota, ingresó al área de izquierda a derecha, pechó a Gimenez y quedó sólo ante Muslera. Le prendió a la pelota con toda su fuerza. El remate fue a las manos de Muslera quien embolsó el esférico. Si elegía el lugar hacia donde disparar, estaba la igualdad.
A partir de esa jugada la presión de Bolivia aumentó. Resultaba evidente la falta de oxígeno que experimentaba la mayoría de los jugadores. Los futbolistas celestes dejaban la piel en cada jugada, quedando exahustos. Los técnicos movieron el banco de suplentes. En Bolivia entró Daniel Lizzio abandonando la cancha el experimentado Chumacero que movía los piolonas de la media cancha. En Uruguay, el técnico Otero se la jugó con Diego Rolán en lugar de Abel Hernández. Celso confió en la buena habilidad del jugador que actúa en Francia, en la búsqueda de no perder tan rápidamente la pelota en el ataque.
Transcurrida la media hora, una pelota que cortó Godín en el área, generó una mandada al ataque del zaguero. Cortado por el No. 10, Campos, surgió la tercera tarjeta amarilla para el equipo de Bolivia. La interrupción permitió ganar un poco de aire, que se perdió al cortar Corujo otro ataque local con infracción, recibiendo el cartón color limón. Previendo la posibilidad de una roja, el técnico Baldivieso sacó al había volante Campos, ingresando Rudy Cardozo.
El ingreso de Rolán aportó lo esperado. Pelota al pie, pausa, seguridad en el traslado. Fue de esa forma que el moreno recuperó una pelota que Camilo Mayada sacó por la izquierda. Maniobró ante Zenteno, ya sobre el mismo córner y cuando llegaba Veigaza para cerrarlo. Como si fuera una lombriz Rolán salió por el medio de los dos y… lo talaron. Tiro libre. Pelota quieta. Córner corto. El ejecutante habitual de todas las pelotas detenidas –Carlos Sánchez- lo ejecutó como con la mano. Pelota larga. Pasada al segundo palo –como insistió el propio Tabárez dentro de la propia cancha en la práctica del miércoles- y la impresionante figura del Capitán Godín que se elevó como impulsado por un resorte. Metió el frentazo impecable y la pelota besó las mallas. Dos a cero y a seguir sufriendo.
La presión pareció aliviarse cuando el juez argentino Loustau, mostró tarjeta roja directa a Torrico, el No. 13, por haber derribado duramente barriéndose al piso, al zaguero Gimenéz.
El técnico Celso Otero agotó los cambios con el ingreso de Nicolás Lodeiro por Carlos Sánchez. La velocidad y habilidad del boquenses, era una variante justa ante el agotamiento del jugador de River Plate de notable actuación.
A partir de entonces, sacando fuerzas de la propia flaqueza, el equipo uruguayo se agigantó. Los ademanes visibles del Capitán Godín para salir del fondo; para replantear la efectiva doble línea de 4 bien “pegada” cerca del círculo central, con la velocidad de Lodeiro y el brillo que exhibió Rolan en cada maniobra, colocaron a los celestes en dominadores del juego.
Por contrario imperio, a acepción del ingreso del grandote Díaz que las peleó todas, los otros cambios disminuyeron el nivel de juego al perder precisión en los pases. Para bien de Uruguay –además- en alguna escapada, como la de Lizzio por la derecha llegando a la línea del fondo dentro del área, la aparición del zapato de Godín para despejar en corto, solucionó el peligro.
El tercer gol de Uruguay estuvo a punto de concretarse en otro extraordinario avance llevado adelante por Rolán sobre la banda derecha. Combinó con Lodeiro, cuando el centro inmediato para Mayada al segundo palo, sentenciaba el partido. De todos modos Rolán generó un córner, de cuya ejecución resultó sorprendente la acción defensiva de Gimenéz. Estaba dentro del área de Bolivia buscando el cabezazo. El rechazo largo lo tomó Cardozo quién avanzó raudamente en forma directa hacia el campo uruguayo. Gimenez salió corriendo a todo vapor, lo alcanzó y lo despejó en acción impresionante, por su desarrollo en la altura, en las proximidades del final del partido. El partido histórico para la increíble historia de nuestro pequeño gran país, que culminó minutos más tarde con el primer triunfo celeste en el infierno de esta altura donde es imposible jugar.
BOLIVIA 0:2 URUGUAY
Cancha: Estadio Hernando Siles de La Paz.
Juez: Patricio Loustau. Líneas: Juan Pablo Belatti y Ezequiel Brailovsky (terna de Argentina).
BOLIVIA: Daniel Vaca, Juan Carlos Zampiery, Edward Zenteno, Fernando Marteli, Jair Torrico, Walter Veizaga, Raúl Castro (46′ Oscar Díaz), Alejandro Chumacero (60′ Damián Lizio), Jhasmani Campos (68′ Rudy Cardozo), Juan Carlos Arce y Yasmani Duk. Director técnico: Julio César Baldivieso.
URUGUAY: Fernando Muslera, Martín Cáceres, José María Giménez, Diego Godín, Alvaro Pereira, Carlos Sánchez (74′ Nicolás Lodeiro), Mathías Corujo, Alvaro González, Cristian Rodríguez (37′ Camilo Mayada), Christian Stuani y Abel Hernández (61′ Diego Rolan). Director técnico: Oscar Tabárez.
GOLES: 9′ Martín Cáceres (U), 69′ Diego Godín (U).
Expulsado: 70′ Jair Torrico (B).
Tarjetas amarillas: 19′ Jair Torrico (B), 40′ Fernando Marteli (B), 64′ Jhasmani Campos (B), 65′ Mathías Corujo (U), 72′ Diego Rolan (U), 77′ Juan Carlos Arce (B).