Sebastián Coates, digno heredero de la mística ganadora uruguaya; su primer grito de gol con la camiseta celeste…
Sebastián Coates, fiel representante de la mística ganadora uruguaya. El zaguero en noche inolvidable, abrió el camino del triunfo, con su primer gol de color celeste, mantuvo su invicto con la selección uruguaya jugando en el Estadio Centenario y como si fuera poco se dio el gusto de ingresar a la cancha portando en brazos por primera vez a su pequeño hijo Santiago.
Digno heredero de la estirpe de excepcionales defensores que dio al mundo el fútbol uruguayo, encabezados por el histórico e implacable ganador José “El Mariscal” Nasazzi, capitán y emblema de los seleccionados campeones olímpicos y mundiales de 1924, 1928 y 1930.
Debutó hace cinco años en Rivera (23/06/2011) y su currículo deportivo muestra una impresionante campaña: Campeón de la Copa América Argentina 2011 (fue elegido el mejor jugador joven); 25 partidos disputados y apenas una derrota (ante Ecuador en Quito). Sus números son excepcionales en el rubro locatario: 10 jugados, 9 ganados y tan solo un empate. Un auténtico ganador, los números no mienten…
“El objetivo se cumplió, ganamos y dimos otro paso rumbo al mundial. No hay partidos fáciles todos son complicados en eliminatorias, pero queda como positivo, el resultado ya que sumamos tres puntos importantísimos en casa. ¿El gol? Siempre trato de entrar por el segundo palo, me encontré con pelota y la empujé un poco con la panza y otro poco con el pecho. Entró y eso es lo que cuenta”, comentó tras el triunfo sobre Ecuador.
Sebastián Coates, la gloriosa casaquilla color cielo le queda como pintada…