Se nos fue Luis “Peta” Ubiña: “Yo se que ahora vendrán caras extrañas…”
Cuando niño o ya cuando adolescente disfruté y me emocioné con los triunfos de Uruguay o de Nacional y Peñarol. Festejé y me hicieron muy feliz al igual que a mis amigos, parientes, vecinos y al país en sí. Al no ser yo de esencia de equipo grande y tener sangre anaranjada me hizo disfrutar como uruguayo en plenitud.
He escuchado desde siempre los mismos argumentos que se reiteran aun hoy. Leo en los titulares de los diarios al Presidente de la República (como he escuchado a otros Presidentes del país de todos los partidos) declarar públicamente y reconocer que “ustedes si son verdaderos embajadores de Uruguay” al recibir a la delegación uruguaya Sub-20 en el aeropuerto.
Desde tiempos remotos el fútbol ha representado al país y ha sido escudo imaginario de todos los orientales; que se mete como cuña en el mundo ” a estropear” la fiesta del país que sea, grande o chico futbolísticamente hablando y con millones de habitantes en cantidades infinitamente superior a nuestros 3 millones.
Los jugadores sin mirar para los costados; y solo mirando el norte del triunfo; trajeron a nuestro país: Títulos del mundo, títulos de América, en selecciones o clubes.
Uno de ellos se vistió de gloria pero les dio gloria a un club y a un país.
Los avatares de la vida lo llevaron al mismo destino de otros en cuanto al homenaje que merece quien nos pone en el concierto mundial y más si es como jugador y capitán.
La situación de él en los últimos tiempos fue seguida de cerca por su círculo íntimo de familiares y amigos pero jamás fue rodeado por los que le quedaron debiendo.
Se nos fue Luis “Peta” Ubiña y se suma a la larga lista que abandonó este mundo sin sentir en carne propia que aplaudían y reconocían lo que él les dio en el campo de juego.
Un tango de Gardel y Lepera dice una verdad grande como lo fue “el Mago”: “yo sé que ahora vendrán caras extrañas….”
Vendrán discursos de despedida en el último adiós. Pero los verdaderos discursos con homenaje y reconocimiento incluido del que son merecedores los grandes de nuestro fútbol, cuando sus ojos están viendo esa merecida recompensa humana; el gran “Peta” no los pudo ver.