Rafael Perrone hizo Escuela del talento
Rafael Perrone hizo Escuela en Danubio, del ex futbolista talentoso a entrenar y formador en la Escuelita del club. “Sigo dirigiendo, con 13 años jugué en quinta división, a los 16 en primera. El club es como mi familia. A los 12 años fui a una prueba, me vinieron a buscar Peñarol y Nacional pero no quise ir. Me hice hincha cuando me llevaron a la inauguración de Jardines” cuenta de su sentimiento y el pasado como jugador con éxito también en Grecia y México. El DT, el captador y la felicidad de hoy a los 65 años: “A los que juegan en el equipo Senior, en un 99%, los dirigía en séptima, sexta, cuando fui Coordinador. Me encanta verlos, son todos hombres y los tuve a los 12 años. Danubio es todo, la alegría de verlos realizados. Es sentir que llegaron y cumplieron sus ambiciones”. Los que lo deslumbraron en la cancha desde Alvaro Recoba al juvenil Thomás Chacón que lo seguía porque “vivió en mi casa, un técnico le dijo que no, que era muy chico y le dije que fuera a practicar conmigo” y lo llevó a la Escuela del club. “Cuando asumimos, con un dirigente, le pusimos la Universidad del Fútbol. Enseñar es impresionante, increíble”. Su hijo Diego, goleador histórico y Asesor Deportivo: “Diego es un activo para que nuestro nombre perdure”. ¡Qué personaje!
“Sigo dirigiendo en la Escuela de Danubio. Trabajamos en la captación de juveniles Estoy desde el ’88. Me crié en el club. Con 13 años jugué en quinta división, a los 16 en primera. Es como mi familia, con mis nietos, mis hijos. Tengo 65 años” dice Rafael Perrone, el entrenador, el ex futbolista y formador de talentos el club de Maroñas, desde los más chicos que se hicieron grandes. Su hijo Diego Perrone, el máximo goleador de la Franja, hoy Asesor Deportivo de la institución donde se ganó un lugar en la historia en el título de Campeón Uruguayo 2004 a su yerno, también otro mágico que lo vio nacer como futbolista: Alvaro “Chino” Recoba.
Perrone es “Rafa” en el ambiente del fútbol con su pasado como jugador, volante ofensivo, que nació con la albinegra en el corazón y emigró a Grecia.
-¿Qué recuerdos tiene de su época de jugador?
-“En Danubio hubo un impasse cuando fui a Grecia en 1978. Salí Campeón en el ’79, volví y luego a los 26 años dejé de jugar. Se extrañaba a la familia”.
-¿Por ese motivo volvió?
-“Fueron razones afectivas, los gurises, el clima. Como desafío Grecia fue hermoso. Agarré la onda también con el idioma como con alguna mala palabra” recuerda entre risas. “También San Luis de Potosí, México, estuve un año. Después vine a Nacional”.
“A LOS 12 AÑOS FUI A UNA PRUEBA EN DANUBIO, ME VINIERON A BUSCAR PEÑAROL Y NACIONAL PERO NO QUISE IR”
-En Danubio fue jugador, entrenador, Coordinador de Juveniles, sigue en la formación del gran futuro. ¿Cómo nació su historia?
-“Jugaba en un cuadro de baby fútbol muy nombrado: Campo Surco, un equipazo de la Unión, en Cabrera y Pernas. Hoy es Estudiantes de la Unión. A los 12 años fui a una prueba a Danubio, a practicar en la quinta. Estaban también la cuarta, tercera y el primero”.
-¿Ahí se ganó su lugar?
-“Fueron dos años en quinta. Me veían muy chico porque claro me llevaban tres o cuatro años. Me vinieron a buscar Peñarol y Nacional pero no quise ir. Tenía 13 años. Me quedé en Danubio”.
EL SALTO A PRIMERA: “FUE MAGNATE RODRÍGUEZ; UNO DE LOS FUNDADORES, ME HIZO VER POR ETCHAMENDI Y ETCHEGOYEN, DIJERON QUE ESTABA PARA JUGAR”
-¿Quién lo impulsó al equipo profesional?
-“Fue Magnate Rodríguez, uno de los fundadores de Danubio Me probaron contra Peñarol y Bella Vista. Me hizo ver por entrenadores experimentados como Etchamendi (Washington) y otro técnico veterano: José ‘Pepe’ Etchegoyen. Los dos me observaron y dijeron que estaba para jugar. Tenía 15 años y arranqué”.
-¿Cómo era ser juvenil en ese momento?
-“Había jugadores mayores como Rivero, Repetto, Ruben Angel Cabrera, Franco (Horacio), Alberto Cardaccio, Asceri (Juan), uno de los mejores backs como Gerardo Rodríguez, de mucha trayectoria”.
“ME HICE HINCHA CUANDO ME LLEVARON A LA INAUGURACIÓN DE JARDINES”
-¿Había sido un deseo o fue el destino danubiano?
-“Una vez fui a ver a Danubio de chico, contra Rampla Juniors. Me hice hincha cuando me llevaron a la inauguración de Jardines”.
-Fue un acontecimiento el 25 de agosto de 1957.
-“Claro, un sueño cumplido. Después tuve la posibilidad de asumir como técnico y se complicó la salud. A los que hoy juegan en el equipo Senior, en un 99%, los dirigía en séptima, sexta, cuando fui Coordinador. Me encanta verlos, son todos hombres y los tuve a los 12 años”.
-¿Qué dimensión tiene el club?
-“Danubio es todo. El trabajo, parte de mi vida, la alegría de ver que más de uno ha podido estar bien, comprarle la casa a su madre. Verlos realizados”.
-Le genera orgullo.
-“No es solo eso, es sentir para adentro que llegaron y cumplieron sus ambiciones”.
-¿Luego de tantos años cuál es su motivación para seguir?
-“Me impulsa no poder dejar el trabajo que hago, porque es Danubio. Me gusta elegir jugadores aunque hoy es mucho más difícil”.
“CUANDO ASUMIMOS EN LA ESCUELA LE PUSIMOS LA UNIVERSIDAD DEL FÚTBOL”
-¿Es más competitivo?
-“Hay mucho contratista en la vuelta. Cuando asumimos en la Escuela le pusimos la Universidad del Fútbol, con un dirigente, y quedó. Decían que en los clásicos de inferiores estaban César Santos, en Defensor, y del otro lado, en Danubio, yo”.
-¿Se percibía esa sensación que Danubio – Defensor era un clásico?
-“Sí, se sentía así, a muerte. Me gusta que el equipo gane, dejar jugadores, siempre tratando de ayudar a alguno que podía tener algún problema”.
-¿Alvaro Recoba, su yerno, que representó como futbolista?
-“Alegría porque colmó toda la expectativa. Lo más importante fue que lo hizo bien, con sencillez. Como siempre pasa, también hay de las otras. Jorge García era tremendo jugador. Podía haber llegado lejos y la vida lo golpeó. Horacio Peralta no tenía techo. Me amarga que no hayan culminado. A todos siempre se les dijo de la oportunidad, del estudio, para ayudar a los padres, darles una vida mejor”.
“DIEGO ES UN ACTIVO PARA QUE EL APELLIDO PERDURE, DANUBIO SE LLEVA ADENTRO”
-Su hijo Diego es el máximo goleador de la historia con la Franja.
-“Diego es un activo más para que el apellido nuestro perdure. Tuve la gran alegría que cuando se dio el pase a México se pudo contribuir con los trabajos en la sede. Esas son satisfacciones personales. Danubio se lleva adentro”.
-¿Qué sensación experimenta cuando un juvenil que pasó por su trabajo se distingue en el equipo principal?
-“Es algo que nos halaga, por supuesto. Thomás Chacón vivió en mi casa. Llegó a los 12 años, de Palmitas (Soriano). Así se van formando, como Maximiliano Rodríguez estuvo en Selección Juvenil. A Chacón lo vimos crecer. Fue a practicar a séptima división, hubo un técnico que le dijo que no, que era muy chico. Le dije que fuera a practicar conmigo. Vino cabizbajo a la Escuelita, son cosas… marcan”.
-¿El ojo clínico sigue intacto?
-“No sé si pasa por ahí. Yo sigo laburando, el día a día es lo que permite esa realidad”.
“LOS CAÑOS A FIGUEROA”
-¿En la cancha como futbolista qué lo hizo disfrutar más?
-“Haberle hecho unos caños en un partido a Elías Figueroa, el zaguero chileno que jugaba en Peñarol y darle a Danubio lo que se merecía”.
-¿Cómo entrenador?
-“Me encariñé con enseñar. Es lo que me gustó siempre, ir a las casas, estar en contacto con las familias. Eso es impresionante, increíble. El contexto social hoy es más complejo. Antes había otros tiempos para hablar con los padres”.
-¿Quiénes lo deslumbraron?
-“Varios, si te digo una cantidad es injusto pero fueron Horacio Peralta, Marcelo Zalayeta, el Chino (Recoba), Chevantón, Carini”.
-¿Nacional que le dejó?
-“Aprendizaje, saber lo que es el mundo de un grande. Yo quería volver a Danubio, mi vida”.
“LA MURGA ES PARTE DE SER FELIZ”
-¿El carnaval?
-“La murga es parte de ser feliz. Cuando tenía 10 años iba a ver a Don Timoteo. La sacamos con el Chino (Recoba) y de los cuatro años en tres salimos primeros. Es una satisfacción que compartimos con mi señora Susana. Por este año vamos a parar porque salimos para divertirnos. Nosotros, en lo que representa, lo tomamos como un cuadro de fútbol. Es más familiar como los componentes salvo excepciones y hoy se sale a pelear, a competir. También la pasión de un caballo de carrera con un dirigente fallecido, Alberto Tavojian, presidente de juveniles de Danubio. Iba todas las mañanas. Lo tenía con él”.
-También tiene relación con Diego Guastavino, volante de Liverpool.
-“Hace veinticinco años me casé con la madre y un poco me tocó criarlo. Estoy feliz con lo que logramos los dos. Estamos permanentemente en contacto. Jugaba en el Niágara, lo elegí yo y en quinta división de Danubio lo dejaron libre. Debutó en Sud América. Ha jugado en Noruega, Suiza, Italia, Perú, Colombia. Estoy contento con su carrera y en lo que pudimos, colaboramos”.
Rafael Perrone, ¡Qué personaje!