El impactante zapatazo de  Federico Millacet, en el último minuto de descuento, explotó en la red de Cerro para desatar la alegría de Progreso y de toda La Teja.

Partidazo en el Paladino, con dos equipos entregando el máximo, dejando todo en la cancha. Con momentos de buen fútbol, expulsión, emoción por doquier y jugadas polémicas. La LaPro, en su mejor versión.

El local pegó de arranque, con un derechazo cruzado de Federico Millacet. Tuvo todo para sentenciarlo, pero le faltó puntería (Roldán marró un penal), a lo que se sumó el yerro del juez Santiago Motta, que a intervención del cuarto árbitro Pablo Giménez, le anuló un gol -bien invalidado-, pero debió pitar penal, no infracción en perjuicio del arquero Hernández.

Y cuando nada la hacía suponer, el albiceleste llegó al empate por intermedio de Dylan Nandín. Era barajar y dar de nuevo, ya que se moría la primera mitad. Pero no fue así, ya que de inmediato resultó expulsado Pablo Lacoste.

El complemento con un jugador de menos se le hizo cuesta arriba al equipo de Pandiani, con gran enjundia soportó los embates del gaucho, que se posicionó en campo contrario y ofendió con repetidos centros y remates de media y cuarta distancia. La igualdad parecía ganarle a la tarde, pero en el último suspiro, Federico Millacet, capturó la pelota sobre la zona derecha de su ataque, en el borde del área grande y repentinamente sacó un zapatazo que terminó en el fondo del arco visitante.

Progreso, festejó en la hora.