Uruguay: se las ingenió y corrió el reloj
Escribe: Atilio Garrido
La anhelante tensión producto de la espera la rompió –minutos antes del comienzo- el abrazo de amigos entre Suárez y Messi, componiendo el 20-30 del sueño que nació en el Río de la Plata, como una cometa de ilusión que busca el cielo.
El rodar de la pelota dibujó inmediatamente en el campo de juego lo vaticinado y anunciado previamente. Argentina se vistió con el traje de protagonista con el esquema esperado. Tres hombres en el fondo (Mercado, Fazio y Ottamendi); cuatro en el medio (Acuña, Pizarro, Biglia y Di María) y el tridente ofensivo (Messi, Icardi y Dybala). Se adueñó de la pelota haciéndola circular a ras del campo buscando el ataque.
Uruguay adoptó las precauciones defensivas con suma atención procurando desbaratar los avances, con especial atención sobre Messi marcado al hombre en la zona por Álvaro González. Nandez cumplía idéntico libreto sobre Dybala. Al recuperar el esférico los orientales intentaban hacer buen uso del mismo tratando de retenerlo para lanzar el contragolpe. La receta funcionó. Por intermedio de esa vía Uruguay llevó peligró en varias ocasiones a la zona defensiva argentina. Cristian Rodríguez se demoró con una pelota servida por Suárez hacia la izquierda para su pierna hábil. Otra incursión –también por la zurda- culminó con el centro rasante que interceptó Fazio cuando por la derecha ingresaba sólo Cavani. Una tercera incidencia generada por una pelota quieta que envió Suárez al área terminó en gol. El rebote dejó sólo Godín ante el arco convirtiendo el tanto anulado por posición adelantada. Correcta la sanción del árbitro peruano. Se produjo otra más en córner ejecutado en buena forma por Vecino –desde la izquierda-, sin consecuencias. El reloj marcaba el cuarto de hora.
A partir de este minuto nació otro partido. Los argentinos juntaron su línea defensiva con la de volantes, ganaron metros en el campo e iniciaron un trabajo que puede definirse apelando a aquella frase según la cual “hay que vestir despacio a una persona porque está apurada”.
El transcurrir del tiempo mostró a Uruguay totalmente replegado, poniendo su atención exclusiva en la marcación, sin tener posibilidades para intentar el contragolpe. No disponía de espacios una vez que recuperaba el esférico, ahogado por la actitud agresiva de los argentinos.
Al arribar a la media hora el dominio territorial y del juego por parte de los argentinos estuvo a punto de concretarse en gol. Un remate desde lejos de Dybala fue desviado el córner. Del tiro de esquina ejecutado en corto para Messi surgió la mejor chance de los albicelestes hasta el momento. Entró en diagonal de derecha a izquierda y sacó el remate de zurda en comba. Muslera quedó parado y Ottamendi no llegó a tocarla en su acción sobre el segundo palo.
Uruguay logró romper el asedio en la jugada inmediata y enredada en la mitad del campo. Cavani la peleó, trancó con Biglia, el esférico quedó boyando y… llegó Suárez que le pegó como venía al observar que el golero Romero se encontraba adelantado. Se perdió por encima del horizontal.
Argentina replicó con un gran pase en largo de Messi de derecha a izquierda para el avance solitario de De María. Uruguay se animó en un contragolpe y produjo la chance más clara. Nandes peleó la pelota sobre el córner derecho del ataque. Ganó y la pasó hacia atrás para Cristian Rodríguez que entraba. El fuerte remate de primera lo rechazó el portero Romero ingresando Cavani en su búsqueda. En un notable gesto técnico el salteño logró pegarle como la recibió de “cuchara”, salvando nuevamente el arquero levantando sus brazos. Vecino no pudo recibirla cuando el rebote pasó cercano de su humanidad.
Estas incidencias de peligro movieron el trámite del cotejo. Después de una tarjeta amarilla que se ganó Giménez por una plancha sobre Icardi, Messi armó una notable jugada individual por el centro del campo, dejando camisetas celestes por el camino. Tiró la pared con Dybala quien le devolvió la pelota en forma perfecta dejándolo sólo ante Muslera. El remate seco y de primera de Messi llevaba destino de red. Rechazó en forma notable por el portero celeste con gran atajada.
Uruguay replicó con avances abandonando su extrema actitud ofensiva arrimándose al arco adversario aunque sin generar nuevas incidencias de riesgo.
Al pitar el juez Carrillo el final de la etapa quedó una conclusión clara de lo observado. Argentina apareció como un equipo más solvente y estructurado exhibiendo siempre una clara vocación de ataque. Uruguay desplegó acciones defensivas para contener al adversario superior y se las ingenió con gran esfuerzo para crear situaciones de peligro. El equipo celeste tuvo la virtud de no cometer errores en su sistema de marcación y en aquellas ocasiones en que los defensores fueron superados apareció Muslera en noche acertada.
SEGUNDO TIEMPO
Movieron iniciando el segundo tiempo y… Álvaro González se tiró con toda su humanidad sobre Messi en una pelota que iba a recibir en la mitad del campo. ¡Le llevó pierna, zapato y pelota! Los argentinos se le fueron encima al árbitro que mostró tarjeta amarilla. Quedó la sensación clara que el juez peruano se quedó cortó. En la incidencia siguiente el zaguero Mercado repitió con violencia la marcación ante Suárez, en incidencia de riesgo aunque menor a la anterior. También el cartón color limón castigó al argentino.
Sin estabilizarse las acciones cuando Argentina procuraba retomar el protagonismo del juego, una salida con pelotazo de la defensa oriental destapó sólo a Suárez quien aprovechó el adelantamiento de los zagueros. Cuando Romero abandonó su arco Luis se enredó, cayó al suelo y no pudo definir.
Habían transcurrido apenas seis minutos de la etapa complementaria.
Acto seguido luego de ese ida y vuelta, Argentina reasumió su actitud de protagonista. Sus reiterados avances generaron constantes esfuerzos y suma atención de los defensores y volantes celestes quienes respondían con gran actitud. En alguna ocasión –como ocurrió a los 15 minutos- una infracción de Cristian Rodríguez a Dybala ante una internación de Pizarro, generó un peligroso tiro libre desde la derecha. Más peligrosa aún por el ejecutante que se adelantó a ejecutar la pena. El remate de Messi en comba al palo de la barrera exigió una gran estirada de Muslera que sacó el esférico al córner.
El ingreso de Lautaro Acosta por Acuña en el minuto siguiente agregó desborde por la derecha. Lo demostró en la primera jugada superando por la punta a Gastón Silva generando una nueva nota de atención.
Una incidencia de Cavani ante Mercado generó nuevas fricciones entre los jugadores de ambos equipos, mientras Tabárez mandó al campo a Mathias Corujo por Álvaro González. Una modificación que originó dos variantes. El ingresado ocupó el lugar de Nandez y el fernandino pasó a jugar en el doble cinco. Tabárez intentó reforzar la contención. El técnico Sampaoli replicó con más ataque. Pastore suplantó a Dybala. El recién ingresado, en la primera incidencia, se ganó la tarjeta amarilla.
A partir de este momento –minuto 25 de la segunda etapa- el juego parece quedar delineado más claramente que en el primer tiempo. Argentina dueño del trámite presionando en la búsqueda del triunfo, frente a un equipo uruguayo apostando todas su fichas a la igualdad.
Cada minuto que transcurría resultó un sufrimiento para la multitud que colmaba las tribunas. Un ataque argentino por la punta izquierda dejó destapado a Pastore que maniobró dentro del área. Giró y envió el pase hacia atrás para el ingreso de Icardi. Se pasó en la carrera, giró ante Godín y cayó al suelo. Los argentinos reclamaron penal. La repetición de la TV reiterada en varias ocasiones pareció otorgar la razón a quienes reclamaron.
A esa altura del complemento -37 minutos- Suárez realizó visibles gestos de pedir el cambio los que no fueron observados -¿o atendidos?- por los funcionarios técnicos del banco oriental. Los minutos siguientes con Suárez en inferioridad física generaron una incidencia donde el fuerte atacante oriental fue a defender una pelota luchándola con Ottamendi. La pierna derecha de Suárez golpeó duramente al zaguero argentino. Tabárez aprovechó para realizar la segunda variante. Stuani ingresó por Suárez.
Los diez minutos finales más los tres de descuentos se desarrollaron a partir del ingreso de Stuani con Uruguay totalmente replegado en busca de impedir cualquier error, mientras todos los jugadores argentinos posicionados en el campo oriental se dedicaron a tocar la pelota en forma lateral de la tribuna América a la Olímpica buscando dejar correr el reloj. En un contragolpe celeste lanzado por la izquierda y cortado por Mercado, surgió la última posibilidad para Uruguay. En centro al área culminó con remate de Giménez que detuvo Romero.
Momentos antes –tal vez para ganar más tiempo- el técnico Sanpaoli envió al cambo en el minuto 90 a Joaquín Correa por Di María. Apenas unas incidencias después, con una parte del público silbando en las tribunas ese juego de no querer jugar desplegado por ambos equipos en los últimos diez minutos, culminó el partido. Como siempre ocurre surgieron las inevitables interpretaciones sobre esta actitud displicente de los contendores. A la luz de los resultados de Santiago y San Cristóbal el punto para cada uno tenía valor de oro. Entonces… ¿para que arriesgar y quedarse sin la moneda en las manos? Como lo vaticinó Tabárez: “lo que importa es el resultado”. Claro que sí.
URUGUAY 0:0 ARGENTINA
Cancha: Estadio Centenario.
Juez: Víctor Carrillo. Líneas: Jonny Bossio y Coty Carrera. Cuarto árbitro: Miguel Santivañez (Cuarteta de Perú).
URUGUAY: Fernando Muslera, Martín Cáceres, José María Giménez, Diego Godín, Gastón Silva, Nahitan Nández, Alvaro González (67′ Mathías Corujo), Matías Vecino, Cristian Rodríguez, Edinson Cavani y Luis Suárez (82′ Cristhian Stuani). Director técnico: Oscar Tabárez. Suplentes: Martín Silva, Martín Campaña, Sebastián Coates, Maximiliano Pereira, Egidio Arévalo Ríos, Carlos Sánchez, Diego Laxalt, Federico Valverde, Nicolás Lodeiro y Gastón Pereiro.
ARGENTINA: Sergio Romero, Gabriel Mercado, Federico Fazio, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña (60′ Lautaro Acosta), Guido Pizarro, Lucas Biglia, Angel Di María (90′ Joaquín Correa), Lionel Messi, Paulo Dybala (70′ Javier Pastore) y Mauro Icardi. Director técnico: Jorge Sampaoli. Suplentes: Nahuel Guzmán, Gerónimo Rulli, Nicolás Pareja, Sergio Agüero, Javier Mascherano, Augusto Fernández, Leandro Paredes, Javier Pinola y Darío Benedetto.
Tarjetas amarillas: 41′ José María Giménez (U), 46′ Alvaro González (U), 49′ Gabriel Mercado (A), 71′ Javier Pastore (A), 77′ Cristian Rodríguez (U).