Primer tiempo: Con el traje de local
Escribe: Atilio Garrido / Fotografía: Fernando González (enviados especiales a Asunción)
Se inicia el partido con los resultados conocidos de tres partidos de esta fecha de las eliminatorias. Las victorias de Bolivia y Perú y el empate de Colombia, de acuerdo a lo que preveíamos en el comentario previo son elementos que condicionará el juego entre uruguayos y guaraníes. Los incaicos igualaron en puntaje a los celestes quedando por debajo por diferencia de goles (+9 contra +1). Paraguay (-4) si hoy triunfa se sumará como último a este terceto con 24 puntos debido a que parece imposible que ese éxito –si lo consigue- sea por cinco goles a favor para igualar a Perú. En esta hipótesis si Argentina supera a Venezuela trepará a la tercera posición quedando cuarto Uruguay, en zona de repechaje Perú y debajo los paraguayos.
Comenzamos de esta forma el comentario de este primer tiempo –que escribimos a medida que transcurre el juego para colgarlo en la web inmediatamente cuando finalice el mismo-, para ratificar nuestro pensamiento ya expuesto sobre las bondades que significaría para Uruguay no perder esta noche. Movieron…
Los celestes se colocaron en la ofensiva obligando a Paraguay a replegarse. Un buen cambio de frente generado por Valverde hacia la derecha permitió que subiera por el lateral Maximiliano Pereira definiendo mal con la delantera uruguaya “tendida” en el área. Los paraguayos respondieron con dos jugadas punzantes. La primera por la derecha dejando atrás a Martín Cáceres y a Godín, apareciendo magnífico Valverde en el cierre en la última zona del área oriental. La siguiente, también por el sector diestro del avance local, finalizó con un centro pasado que cabeceó sólo en la izquierda zambulléndose Oscar Romero. Contuvo Muslera en buena forma.
A los nueve minutos el juez Ricci amonestó al zaguero Gómez de Paraguay por infracción ante Cavani. Ejecutada la pena por Suárez no trajo consecuencias. En cambio, un pase adelantado de Valverde para Nández sobre la derecha generó un fuerte barrido del lateral Alonso saliendo la segunda amarilla para los defensores guaraníes.
Al llegar a los 20 minutos los celestes mostraban una actitud más ofensiva, totalmente distinta a lo ocurrido el jueves pasado en Montevideo ante Argentina. Esta tesitura favoreció la estrategia del juego paraguayo acostumbrado a moverse como pez en el agua avanzando de contragolpe como lo hizo ante Chile en Santiago.
En una incidencia no tan fuerte como las anteriores de Paraguay, el juez Ricci amonestó a Nández. Momentos después dos contragolpes de los albirrojos generados por deficiencias en la culminación de las acciones ofensivas celestes fallando los pases, ocasionaron momentos de zozobra para la defensa oriental aunque sin peligro de gol. De todos modos quedaba claro que para los guaraníes la forma en que se desarrollaba el partido le venía como anillo al dedo.
A los 27 minutos se generó la mejor situación favorable para Uruguay, la única clara de toda la etapa. Valverde capturó una pelota en la mitad del campo con Paraguay plantado en su defensa. Se abrió por la derecha a toda carrera Maximiliano Pereira. Cuando todos pensaron que para el lateral iba la pelota, el joven Valverde se metió entre la maraña de piernas paraguayas como entreala izquierdo y entregó magistral pase cruzado para la llegada por esa zona de Cavani solo. Estaba el gol. El remate salió desviado por el palo derecho.
Siempre querendón el dueño de casa respondió inmediatamente a raíz de un error defensivo de Pereira por la zona derecha. Perdió una pelota fácil recuperándola a costa de infracción. Ejecutada la falta por Oscar Romero con pelotazo al área, volvió a crear incertidumbre la posibilidad de un doble cabezazo en las barbas de Muslera.
Transcurridos 37 minutos el partido se encontraba estabilizado dentro de las coordenadas referidas. Uruguay vistiendo el traje de equipo local, de dueño de casa, intentando atacar en forma permanente, mientras Paraguay jugaba “de visitante” en su casa, en un trámite del cotejo en el cuál se sentía cómodo. Apostaba a la velocidad de sus extremos para tomar a contrapié a la defensa oriental.
Después de una buena incidencia de ataque celeste llevada adelante por Luis Suárez, una acción del paraguayo Cáceres ocasionó su lesión ingresando al campo Richard Ortíz.
Así transcurrió el tiempo que restaba hasta la culminación de la etapa dentro de estos lineamientos de juego. Quedó la sensación de un estado sanitario de Luis Suárez que no le permite ser el jugador de siempre. Se le nota remiso, como eludiendo la pelea, dedicándose a desarrollar acciones de habilitación a través de su buen golpe de pelota.