Primer tiempo: Fiel reflejo…
Escribe: Atilio Garrido.
Las tribunas del Estadio Centenario parecen un árbol de Navidad. Las luces de los teléfonos celulares salpican el celeste que domina los torsos de los aficionados. Se forman los equipos. Se escuchan los himnos. Los cantan 45.000 gargantas. Observo a los peruanos y me sorprende la altura y físico de los once jugadores. Parecen europeos. ¿Tanto habrá cambiado el fútbol peruano? ¿Dónde quedaron aquellos morenos de la década del setenta, de talla pequeña y gambeta endiablada? Baylón, Perico León y Teófilo Cubillas. Antes Zegarra y Valeriano López. En fin, nostalgia, olor a naftalina… Arranca el partido.
Los peruanos se colocaron en posición ofensiva, aunque exhibieron desde el comienzo lentitud para reponer la pelota, en clara demostración de dejar pasar el tiempo. Dispusieron de dos córners a favor, generado el primero por una buena entrada de derecha a izquierda de Paolo Guerrero. La primera infracción fue para Luis Suárez a quien bajaron en la mitad de la cancha. Y la segunda también. Una gran habilitación de taquito de Álvaro González a Suárez y lo bajaron. El remate libre de Luis pegó en la barrera y salió al córner. El centro bien elevado por Sánchez, el cabezazo de Vecino y gran atajada del golero Gallese.
Cuando la aguja del reloj marcó el cuarto de hora, de la cancha surgía una imagen superior de Uruguay. Bien plantado atrás, con un nivel muy superior de eficacia a lo mostrado el viernes en Recife. El medio campo mostrando eficacia en la contención, buscando conexiones para construir la ofensiva frente a una exigente marcación peruana que lo impedía. De contragolpe, una pelota metida por Pizarro para Ascues en la puerta del área, fue solucionada por Vecino, tirando la pelota afuera.
A los veinte minutos, un contragolpe peruano lanzado por medio de un pelota para el siempre peligro Paolo Guerrero, peleó la pelota en el aire y al caer, con Coates. El peruano exageró, quedó tendido en el campo durante varios minutos, ganando minutos. No hubo ni siquiera roce en la incidencia. La táctica de dejar pasar el tiempo, se evidenció aún más en la jugada siguiente. Una infracción en el área grande peruana, demoró varios minutos en ser reanudada por el golero Gallese.
El saque largo del guardameta dio inició a los mejores cinco minutos de Perú hasta el momento. Se adelantaron los volantes, coparon la zona central, llegaron al área de Uruguay y en la primera intentona, en el punto del penal, salvó Arévalo Ríos. La pelota derivó hacia la izquierda, la enviaron nuevamente al área. Quedó sólo Paolo Guerrera ante Muslera. Era gol. El remate al primer palo, a quemarropa, lo tapó en forma notable el portero uruguayo. Fue la jugada más clara de gol del partido. Continuó manteniendo el control del juego Perú. El “doble cinco” peruano creció en juego, dominó la zona y dos jugadas fueron finalizadas con remates de larga distancia sin dirección.
Uruguay reaccionó con fuerza de espíritu generando un córner desde la derecha. Lo ejecutó Sánchez, restó la defensa y nuevamente el jugador del Monterrey recepción la pelota y envió nuevo centro. Ganó Álvaro Pereira en el aire, cabeceó al arco y el zaguero Ramos (No. 15) intentó despejar de cabeza por sobre el horizontal, estrellándose la pelota en el mismo. Se salvó Perú, cuyo arco volvió a correr peligro minutos después como resultado de una subida por la derecha de Sánchez. Envió el centro rasante y bajo al corazón del área. La detuvo Cavani, se dio media vuelta y su remate pegó en un zaguero cuando se dirigía al área.. En otro córner Álvaro Pereira fue empujado en la esquina del área, estando dentro de ella. La infracción fue clara, mano a mano. Reclamaron penal que el juez ecuatoriano Zambrano no cobró.
Los minutos finales de la etapa transcurrieron con Uruguay lanzado al ataque, Perú defendiendo con firmeza e intentando contragolpear por intermedio de Guerrero, el mejor jugador de la visita. Adosaron los incaicos, su permanente intención de dejar transcurrir el tiempo en clara acción antideportiva.
El empate con el que concluyó la etapa refleja lo ocurrido en el campo. Lo observado refleja lo que anticipamos en lo previo, en cuando a lo difícil que iba a resultar el encuentro. Hasta el momento, Uruguay supo preservar el cero en su arco, no se regaló atrás, no otorgó espacios en medio campo y sólo en una ocasión Perú logró llegar a clara posición de gol. Salvó Muslera. Uruguay, sin mucha claridad en la construcción del fútbol, dispuso de un cabezazo de Vecino al comienzo; la pelota en el horizontal y alguna otra incidencia de peligro con aparición de Cavani y en menor medida Suárez.
De continuar en esta línea de juego, advertimos que el cansancio de los peruanos hará mella e impondrá la comisión de algún error defensivo que podrán aprovechar los atacantes celestes.