Positiva decisión de Tabárez
Federico Valverde a horas de su gran debut con la Celeste en las Eliminatorias, decisión positiva de Tabárez.
Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González (enviados especiales a Asunción)
Federico Valverde a horas de su debut con la Celeste en las Eliminatorias, decisión positiva de Tabárez.
Esta jornada de eliminatorias mundialistas que se desarrolla hoy, martes, tiene para Uruguay y Paraguay una característica particular que –a mi juicio- debería condicionar el planteamiento del juego entre ambos, pero principalmente de Uruguay. ¿Cuál es? A las 21.00 horas de nuestro país, cuando se inicie el partido, ambos contendores conocerán tres resultados de sumo interés. Dejando establecido que a los paraguayos el resultado óptimo es la victoria frente a nuestra selección, en cambio a los orientales el empate puede significar otro gran paso hacia el objetivo. Surgen entonces tres preguntas vinculadas con esos resultados. ¿Cómo terminarán los cotejos entre Bolivia-Chile; Colombia-Brasil y Ecuador-Perú? Hagamos suposiciones desde las más lógicas hasta las, aparentemente, imposible.
La primera. Ganan los tres locales (Bolivia, Colombia y Ecuador). Chile permanece con 23 puntos al igual que Ecuador y Colombia trepa a 28 quedando a un punto de llegar al mundial. En esta hipótesis el empate en el enfrentamiento posterior de celestes y albirrojos conviene a Uruguay y, en parte –aunque no es lo óptimo- a Paraguay. Los celestes llegarían a 25 puntos y los guaraníes a 22.
La segunda: Ganan Chile, Brasil y Perú. Los chilenos llegan a 26 unidades superando a Colombia que permanece con 25, los incaicos suben a 23 y Ecuador con 20 quedaría muy golpeado. En este caso Uruguay empatando con Paraguay iguala a Colombia y los guaraníes con sus 22 unidades quedan se mantienen prendidos y con chance de llegar a Rusia.
La tercera: Terminan todos los partidos empatados. Colombia llega a 26, Uruguay 25, Chile 24, Perú y Paraguay 22 y Ecuador 21. Esta hipótesis tendría la virtud de mantener a los siete equipos con chance de seguir peleando por los cuatro lugares que restan para clasificar de América del Sur.
Claro está que también –seguramente- se van a producir algunos de estos tres resultados combinados. Casi imposible resulta pensar que ganen todos los locales o todos los visitantes o todos empaten. La lógica indica que se produzca una mezcla.
El motivo de plantear estas hipótesis por nuestra parte, persigue el objetivo de dejar constancia que para Uruguay, esta noche conseguir el empate es un resultado excelente. Agregaría más. Rescatar una unidad hoy en Puerto Sajonia sería determinante para decir que Uruguay llegó a Rusia 2018 en forma directa, contabilizando –claro está- un triunfo en el último partido ante Bolivia en el estadio Centenario.
Dejo de lado la evaluación de un triunfo de Uruguay ante Paraguay por ser el resultado excelente que el equipo necesitaría para estar definitivamente clasificado.
Al margen de lo precedente ¿qué puede ocurrir en el partido ante los guaraníes esta noche?
Celebro lo que para muchos puede ser la arriesgada decisión de Tabárez de incluir a Federico Valverde en lugar del sancionado Álvaro González. No tiene nada que ver el juego de uno y otro. Son totalmente diferentes. Abnegado, sacrificado, hombre destinado netamente a la marcación y destrucción del adversario como Álvaro González, deja su lugar a un joven diferente. Un proyecto de jugador moderno del medio campo como lo es Valverde. Con capacidad de contención del adversario con métodos no tradicionales para la concepción del fútbol uruguayo. Y con muy buena técnica para jugar la pelota. Pienso, se me ocurre, que Valverde va a resultar un socio muy adecuado para el despliegue eficiente de Matías Vecino, un futbolista bastante similar al joven de 19 años que hoy debuta. Uruguay exhibirá esta noche un doble 5 moderno en cuanto a su funcionalidad, que le puede dar el salto de calidad que requiere el equipo.
Que la apuesta de Tabárez es temeraria. Sí, claro. Que puede salir mal. Por supuesto. Pero, hace 100 años –comentamos en nota escrita semanas atrás- el Dr. Héctor R. Gómez que era el encargado de integrar el equipo uruguayo para el campeonato sudamericano que se disputaba en Montevideo, ante la imposibilidad de contar con la estrella del equipo que se encontraba lesionado –José Piendibene- recurrió a un muchacho de 18 años llamado Héctor Scarone. Pegó en el clavo. El Mago –como lo apodarían tiempo después- jugó los tres partidos a gran nivel y en el último, ante Argentina, convirtió el único gol para el triunfo que le reportó a Uruguay la conquista de la primera Copa América que se puso en juego en la historia.
Claro que Tabárez disponía de otras posibilidades para sustituir a Álvaro González con jugadores de similares características. El retorno de ese león que fue siempre vistiendo la celeste Egidio Arévalo Ríos. O el pasaje de otro luchador como Nahitan Nandez al doble 5 permitiendo el retorno de Carlos Sánchez a la posición tradicional del antiguo entreala número 8 de ida y vuelta. Las informaciones expresan que Sánchez lleva ocho partidos jugadores al hilo en México donde comenzó a exhibir el juego que practicaba en River Plate y que lo llevó a la selección oriental.
En cambio juzgo equivocado la otra variante que ensaya Oscar Tabárez y que, a su vez, representan dos variantes. La vuelta a la titularidad de Maximiliano Pereira no tiene justificación. Con 33 años el hombre récord de la celeste en cantidad de partidos disputados vistiendo la malla gloriosa, desde hace un tiempo largo no logra rendimientos destacados ni en su aporte ofensivo trepando por el lateral –aspecto que resultó siempre su fortaleza-, y tampoco en la actividad defensiva donde nunca se caracterizó por la solvencia en la marcación.
Su ingreso determina –además- el pasaje de Martín Cáceres a la zona izquierda y la salida de Gastón Silva cuyo rendimiento ante Argentina estuvo a tono con la firmeza que expuso toda la defensa celeste. A mi juicio no era momento de ensayar esta modificación.
No quiero culminar estas disquisiciones previas sin dejar de referirme al árbitro, Sandro Meira Ricci, sobre cuyos antecedentes vinculados con Uruguay y su trayectoria, me explayé en forma abundante en la víspera. Lo mejor de su rendimiento pasó. Viene con mucha continuidad en el campeonato brasileño durante el mes de julio y agosto –actuó en todas las jornadas-, aunque a nivel internacional parece haber dejado atrás su mejor momento. Deseo que cumpla con su trabajo para que sea realidad la vieja frase a la que acudían los periodistas de antaño para juzgar la actuación de un árbitro: “No se hizo nota. Correcto”.
Luis Suárez en el Hotel, el gran delantero por el gran paso al mundial con la Celeste.
