¿Por qué el minuto de silencio?
Escribe: Miguel Pastorino
¿Por qué el minuto de silencio?
Por un hombre digno y necesario.
¿ Que lo hizo digno?
Hacer lo sencillo a cabalidad con amor y responsabilidad.
¿Que lo hizo necesario?
Nadie necesita que le abran una puerta. Necesita si que del otro lado de la puerta, o en el vestuario o en la escalera del túnel haya alguien que el tiempo hizo parte de lo nuestro. Lo nuestro después de los años es un deporte transformado en trabajo y gente puntual que habita las entrañas de cemento.
Y ese fue Casio Lopez, el cocacolero que por pasión llegó al vestuario de los jueces a ponerse un uniforme por el que sentía orgullo y que jalonaría con pins de equipos y federaciones. Gorra de rapero, lentes de Dennis Rodman, camperón a lo Julio Ribas y esa radio en mano que le contó mil partidos a centímetros del punta por derecha que jugaba para él. Se producía para ser gastado. Y lo hacíamos con placer. Todos, árbitros, funcionarios y nosotros. Por veinte y pico de sus amados carnavales lo hicimos. Todos fuimos fanáticos de Kanela solo porque lo enfurecía. No caeré en metáforas fáciles sobre tambores y cielos que dudo existan, lo que se es que hará falta cuando sus amigos piten en el medio. Los que vamos a cumplir con lo que nos gusta al templo del insulto inevitable, el acierto intrascendente y el error imperdonable perdimos ciento veinte kilos de abrazo imprescindible.