¿Por qué desaparecieron tantos clubes?
Cuando el juez uruguayo con vida más reconocido en el mundo, que más ha viajado, cuenta, trata de explicar, lo que en el exterior consideran “el milagro del fútbol uruguayo”, cuando le preguntan y él describe, nadie le cree.
-Nadie en el mundo te cree, por ejemplo, que en Montevideo existen seis canchas de fútbol profesional donde se puede oír los goles de otras dos, a veces por el mismo campeonato de Primera, porque están pegadas de a tres. Todos te dicen que sos un bromista cuando contás que de la tribuna visitante del Mendez Piana, podés llegar a ver a la vez dos partidos del campeonato, el de Miramar y el que se juega en el Parque Palermo. No te lo cree nadie, porque en ningún otro lugar del mundo ocurren estas cosas. Y te lo digo yo que lo he recorrido –me dijo Ramón Barreto, en La Giralda, el mes pasado, mientras yo recababa más anécdotas e historias de Rampla Juniors, su club.
Una semana después, me reuní en la Plaza de Comida de Tres Cruces con un dirigente del Potencia, club de La Teja, de la Segunda B, que ha surgido con una muy aceptable campaña el año pasado y junto a Coraceros, Canadian, Torque y otros, integra una nueva camada en los torneos oficiales de la AUF. Este joven dirigente, Agustín Montemuiño, está escribiendo un libro sobre un tema que en el exterior tampoco lo van a creer, por eso le conté algunas de las anécdotas de Barreto.
Ocurre que Uruguay es el país que tiene más equipos de fútbol por habitante del mundo, considerando todas las divisiones de todas las ligas y todas las categorías por edades, pero muy probablemente también sea el que tiene más clubes desaparecidos o que ya no juegan los torneos oficiales, por habitante, del mundo. Según Montemuiño, sus estudios superan largamente las dos centenas de casos documentados.
Algunos tuvieron ilustres actuaciones en primera división, animándola por años, o formaron futbolistas campeones del mundo con la celeste –Lito, Bristol, Dublín-, otros, más recientes, están en la retina de casi todos los hinchas uruguayos, Huracán Buceo, La Luz, Sportivo Italiano, Alto Perú, Salus, Villa Española, Cabrera, Iriarte, El Misterio, siempre con la expectativa de volver. La mayoría fueron protagonistas de la Extra, la Intermedia, la B, algunos con fulgurantes sucesos y campeonatos oficiales ganados: Independencia, Charley, Belgrano, Washington, Tiro Federal, Maroñas, Artigas, Olivol, Dryco, Bahía, Canillitas, Imparcial, Carlos Tellier, Marconi, Expreso, San Carlos, Worcester, Última Hora, Wilson, entre otros.
En el excelente portal el-area.com, se enumeran alfabéticamente 251 equipos desaparecidos o desafiliados de la A.U.F., que militaron, desde 1900, en Primera, Segunda, Tercera (incluyendo Intermedia, Extra, Primera “C” y Liga Metropolitana Amateur) y Primera “D”. La mayoría de estos clubes representaron a populosas barriadas y a determinadas zonas del extrarradio urbano de Montevideo y departamentos limítrofes. Otros, “en cambio, eran el soporte publicitario de determinadas firmas de la industria automovilística, de la alimentación y del transporte público. Algunas de estas instituciones deportivas aún subsisten como equipos de básquetbol y otras han suprimido toda actividad de índole competitiva para funcionar como centros culturales y recreativos”.
El Potencia es un club surgido últimamente como tantos, de un equipo de muchachos, que tienen su cuadro de fútbol, compiten en el barrio, ganan y se embalan hasta llegar a los torneos oficiales para cumplir el sueño de un Danubio o de un San Lorenzo de Almagro.
Después se encuentran con las dificultades que preveían. Entonces, Montemuiño está dedicándose a estudiar, no sólo los ejemplos positivos, el mencionado Danubio y Defensor Sporting entre los más recurridos (y, por supuesto, de Nacional y Peñarol y los otros clubes centenarios, nonagenarios, otogenarios…. que supieron permanecer), sino también a aprender de los errores de los que desaparecieron. ¿Por qué fue? ¿En qué fallaron?
Recaba testimonios de participantes sobrevivientes, recopila información en la Biblioteca Nacional, archivos de diarios de distintas épocas, en un verdadero “trabajo de preso”, como definió Garrido al que hizo Ariel Longo sobre los títulos de los entrenadores uruguayos en el exterior, otro record que nadie nos creería si no estuviese documentado.