Peñarol cimienta sus raíces perennes con la obra de su estadio, en lo que será posesión y arraigo del club
Estadio propio. Sueño que comienza a gestarse para Peñarol. Proyecto de vida para muchos que apuestan a la posesión, al arraigo. Existe la necesidad de asentar un terruño donde las raíces afirmen la existencia y que hasta ahora ha transitado, durante muchísimos años, entre imaginarios alquileres y garantías.
“Es un sueño que vamos a cumplir. Un proyecto que costó trabajo visualizarlo, abrir los caminos hacia el objetivo, pero que lo construiremos, lo disfrutaremos, pero por sobre todas las cosas, será una herencia que dejaremos para el futuro, porque lo habrán de disfrutar muchas generaciones de hinchas de Peñarol”, enfatizó el presidente Juan Pedro Daminai, motor impulsor de la obra.
Este jueves será el momento supremo en que se revalorizarán las intenciones. Será la Piedra Fundacional el germen del futuro estadio. Y como en todo de este tipo de circunstancias, blandiendo la bandera de la ilusión, estarán los socios aurinegros que, compartiendo un idéntico sentimiento, apostaron al proyecto comprando palcos y butacas. Ellos serán quienes estén instalados en el perenne recuerdo en lo que se denominará “Plaza de la Gloria”, donde aparecerán esos 3.000 nombres tal cual un óleo llevado al cemento, que se enmarcará como futuro memorial del club.
Y si la conquista de la tierra requiere de cierta manera una especie de revolución, en este caso, conjugando lo emocional, potencial y económico, la conmoción de quienes allí estén constituidos será el estallido que propulse el comienzo de las obras, que tendrá su marco definitivo dentro de un año y medio, de acuerdo a planificaciones elaboradas por quienes, desde el silencio de un estudio, han venido trazando cada vértice de la marquesina que se transformará en espejo de la futura realidad.
EL ACONTECIMIENTO
Si bien se anunció con detalle lo que será la ceremonia, refrescamos el marco que tendrá. El espectáculo tendrá una duración aproximada de una hora y dará comienzo con la creación de la “Plaza de la Gloria” del pueblo peñarolense. Siete palquistas que serán sorteados serán personalmente los encargados de colocar un ladrillo con su nombre e imagen en el muro del sitio que estará cercado y donde las más de 3.000 personas que adquirieron palcos y butacas tendrán su imagen y su nombre quedando allí para siempre en sinónimo de homenaje eterno.
Los capitanes campeones del Mundo Néstor “Tito” Goncalvez -1961 y 1966- y Walter “Indio” Olivera -1982- estamparán las huellas de sus pies en una plaqueta que será colocada en el ingreso principal del estadio. También lo harán los campeones mundiales Julio César “Pardo” Abbadie -1966-, Luis Varela -1966- y Fernando Morena -1982-, los campeones de América 1987 Eduardo Pereira –capitán- y Diego Aguirre -autor del gol-, los dos últimos ídolos Pablo Bengoechea y Antonio Pacheco. Y nada menos que el campeonísimo de Maracaná, Alcides Edgardo Ghiggia, único sobreviviente de la selección uruguaya que conquistó el Mundial de Brasil 1950 y de la denominada “Máquina del ‘49” aurinegra, delantera que conformaba junto a Juan Eduardo Hohberg, Oscar Omar Míguez, Juan Alberto Schiaffino y Ernesto Vidal.
La estrella número 11 en modo de agasajo a todos los jugadores del pasado, el presente y los que vendrán en el futuro, será la gran sorpresa de la velada.
La noche tendrá uno de sus momentos más emotivos cuando al toque solemne del Clarín por parte de un efectivo del Cuerpo de Blandengues, sea izado en el mástil, el pabellón oficial de Peñarol.
Posteriormente llegarán los discursos del presidente aurinegro, Juan Pedro Damiani, la Intendenta de Montevideo, Ana Olivera, la Ministra de Turismo y Deporte Liliám Ketchichian y del Presidente de La República, José Mujica.
El momento más esperado de la noche tendrá su instante de gran expectativa cuando se produzca la colocación de la Piedra Fundacional del nuevo Estadio y se proyecten dos videos, el primero recorriendo la historia de Peñarol en sus 122 años de vida y otro mostrando cómo será el nuevo Estadio.