Se puso a tiro
Peñarol venció a Deportivo Maldonado 4:0 en el Estadio Campeón del Siglo, por la sexta fecha del Torneo Apertura. La contundencia fue el mejor aliado de un equipo que no se lució pero que festejó.
Se puso a tiro. Y como si fuera poco, se reencontró con el gol. Cuatro tantos le convirtió Peñarol a Deportivo Maldonado, para cosechar el segundo triunfo en el torneo y colocarse tres puntos por debajo de los punteros.
El zapatazo de Walter Gargano, a los 50 segundos del inicio, y la excelente pegada de tiro libre de Agustín Álvarez Martínez, en el minuto 43, fueron los golazos que sirvieron para marcar la diferencia en la primera parte. El aurinegro no fue superior en lo futbolístico al fernandino, volvió a carecer de juego colectivo y repitió errores en defensa. Sin embargo, la contundencia y la efectividad -dos armas válidas- se disfrazaron de grandes argumentos. El equipo de Palladino, en varios pasajes, manejó el balón y ofendió con peligro, pero eso sí: careció de definición. Desperdició cinco claras chances de gol, su pecado capital.
Deportivo sintió el impacto de los dos tantos sufridos en el primer período. Fueron duros golpes de nocaut, que lo afectaron en lo anímico y lo convirtieron literalmente en una sombra en el complemento.
Lo que facilitó enormemente el trabajo del equipo de Larriera, que jugó a sus anchas. Se afirmó en defensa, generó fútbol de nivel desde el talento de Walter Gargano, y contó con desborde y profundidad en ofensiva, para terminar redondeando una goleada, gracias al tanto en propia meta de Joaquín Varela, y a otro golazo de Agustín Álvarez Martínez.
Peñarol recuperó la sonrisa.