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Peñarol, clásico y euforia

Peñarol celebró su gran triunfo clásico, 2:0 a Nacional en el Estadio Campeón del Siglo y afianzó su liderazgo en el Apertura. Kevin Méndez e Ignacio Laquintana, decisivos, hicieron los goles.




Ignacio Laquintana festejó el segundo gol de Peñarol a pura euforia.


1 abril, 2023
Primera

 

Peñarol coronó su fiesta clásica en el Estadio Campeón del Siglo con la victoria 2:0 a Nacional y afirmó su liderazgo luego de la derrota ante Liverpool. El aurinegro ganó con los goles de Kevin Méndez y de Ignacio Laquintana, superlativos en un triunfo que le dio paso a la euforia de la multitud, en el desafío histórico, sin público visitante.

 

El carbonero jugó mejor y ganó bien, atravesó la incertidumbre de la pelota de Federico Martínez en el palo izquierdo, luego de la gran jugada de Gastón Pereiro y en el cierre ejecutó su desempeño ofensivo. Abrió su alegría en el gol de Méndez luego del arranque de Pedro Milans –valioso en la derecha- y la presión de Matías Arezo para la culminación de Méndez. Luego, la corrida del juvenil Rodrigo Saravia dejó a Ignacio Laquintana, de notable actuación, para definir a la red.

 

La superioridad de Peñarol en el comienzo no se plasmó en llegadas netas en la primera parte. En ese sentido, contó con dos aproximaciones de Arezo. Dominó el mediocampo con el despliegue de Sebastián Rodríguez, virtuoso, y de Kevin Méndez por izquierda. Luego del ida y vuelta del arranque de la segunda parte, se recompuso y con los cambios, acentuó sus argumentos. El despliegue de Sebastián Rodríguez afloró una vez más.

 

Nacional se defendió bien en el tiempo inicial pero no atacó. Luego, cuando resurgió en una media vuelta de Gastón Pereiro y en el fantástico avance de Pereiro que derivó en la pelota de Federico Martínez en el palo izquierdo, no se sostuvo. Pereiro y Franco Fagúndez jugaban para seguir en cancha y salieron. Sin embargo, Emmanuel Gigliotti no fue asistido.

 

El aurinegro, con Saravia y Abel Hernández en cancha -generó espacios-, insistió y se adueñó de partido. El final con empujones entre algunos jugadores no pasó por alto en la rivalidad eterna. Peñarol gritó y festejó su enorme alegría.