Pedrucci, de Campeón a la Ferretería
Pedro Catalino Pedrucci, hoy a los 56 años, alejado del fútbol como profesional y siempre cerca de la pasión por la pelota: “Estoy muy agradecido; me dio cosas maravillosas. Jugué hasta los 43 años. La decisión de irme fue por razones familiares para estar con mi señora, que es de hierro y mi hijo Matías” contó. El recuerdo del jugador, el zurdo talentoso Campeón en Nacional 1983, de las estrellas, los compañeros Campeones de América, el histórico Progreso ‘89, sus diferentes etapas en el Toshiba de Japón y luego el Coordinador de Juveniles en Liverpool hasta 2015. En la actualidad, en el otro lado del mostrador. “Acompaño a un amigo en la ferretería, me hace bien”. Progreso en primera y su “inmensa alegría. Es muy lindo el colorido de la gente en las Tribunas”. El Campeonato Uruguayo “la remontada de Peñarol el año pasado se acercó a lo que se ve en el exterior, trajo jugadores clase A. Nacional está primero en el Apertura y también le costó, es parejo. La Copa Libertadores no es imposible”.
La imagen de Pedro Pedrucci en La Teja, el corazón de Progreso, hoy a los 56 años, entró en el túnel del tiempo. Siempre cercano del “Gaucho del Pantanoso” donde hizo historia como jugador en el título de Campeón Uruguayo 1989 y con el recuerdo de la consagración. El ex jugador, volante talentoso, zurdo que nació en el club, dio el paso a Nacional en el equipo de las Estrellas también Campeón Uruguayo 1983, emigró a Japón, el retorno, nuevo despegue y el cierre de su carrera en Rentistas.
Su trayectoria como futbolista surgió en Progreso 1979 – 82, despegó a Nacional 83, Lavallois, Francia 84-86, Progreso 87, 89’, Toshiba de Japón 89-92, Peñarol 92, Toshiba 92-95, Rentistas 96-97, Villa Española 98’ Villa Española, Progreso 99’, River Plate 2000, Liverpool 2001-2002 Liverpool, Rentistas 2003
¿Qué es de tu vida Pedro? “Me retiré a los 43 años (Rentistas). Trabajé en VTV y después me convencieron a seguir en una función diferente como Coordinador General de las Divisiones Juveniles de Liverpool hasta 2015. Estoy muy agradecido con el fútbol. Me dio cosas maravillosas”.
-¿Es un capítulo cerrado o estás abierto a volver?
-“Me alejé por razones familiares. Es el momento de compartir a pleno con mi señora, Graciela, que es de hierro y mi hijo Matías, Es autista, hoy todo un hombre a los 27 años. El sentimiento y el compromiso es con ellos”.
-¿Hoy es diferente al comienzo de tu carrera en relación a la información y en las posibilidades de tratamiento?
-“Por suerte sí. La comunicación cambió y permitió acceder al conocimiento sobre el autismo. Cuando Matías era chiquito fue difícil. Nos juntamos con gente y lo sobrellevamos. En la actualidad es diferente. La sensibilidad también, a nivel general”.
“FUE DE MUCHO STRESS EL TRABAJO EN JUVENILES, LOS ENTRENADORES Y PREPARADORES FÍSICOS DEBERÍAN GANAR MÁS”
-Las formativas de Liverpool fueron tu última actividad en el fútbol. ¿Qué te dejó ese rol, desde otro lugar de la cancha?
-“Fue de mucho stress el trabajo en juveniles. La dedicación tiene que ser permanente. Hay que acentuar situaciones que son de la vida cotidiana como los valores y lidiar con flagelos de la sociedad. No es simple. Es una actividad de 24 horas. Los entrenadores y preparadores físicos deberían ganar más. Hay que invertir a largo plazo. ¿Nicolás De La Cruz? Cuando llegó préseptima estábamos nosotros. Se visualizaban las condiciones que tenía”.
-¿Qué sentís cuando ves a Progreso compitiendo otra vez en primera?
“Ver a Progreso me genera inmensa alegría. A veces voy al Paladino. Estoy en contacto con Fabián (Canobbio). Me invitaron a participar. Es muy lindo el espectáculo, el colorido de las tribunas. El regreso le viene muy bien al fútbol uruguayo. Cuando voy siento alegría y los recuerdos, el Campeonato Uruguayo, la Copa Libertadores. A veces nos juntamos con los compañeros de aquel plantel en comidas. Pasamos bárbaro”.
-¿Cómo visualizas el Campeonato Uruguayo?
-“La remontada de Peñarol el año pasado se acercó al fútbol que se ve en el exterior. El juego, en lo local, está venido a menos. Obviamente, la exportación influye. Se van a temprana edad y sin desmerecer a nadie, se siente. Boston River jugó muy bien y se desarmó en seis meses”.
“EN NACIONAL ’83 JUGUÉ CON COMPAÑEROS QUE HABÍAN SIDO CAMPEONES DE AMÉRICA, HOY NO HUBIESE QUEDADO NADIE”
-¿Ese es el gran cambio en relación a cuando jugabas?
-“Sí, totalmente. Es muy difícil hoy. Me tocó estar en Nacional del ’83, goleador, Campeón Uruguayo y jugué con siete, ocho compañeros que habían sido Campeones de América en el 80. Hoy no hubiese quedado nadie. Hablamos de temporadas. La comunicación también. Desde el exterior, llamando por teléfono”.
-En los tricolores era el equipo de las estrellas.
-“Estaban Miguel Brindisi, el Patito Aguilera, si repasas las alineaciones de los equipos había cada jugador… Jugabas contra Francescoli”.
-Fuiste el histórico 10, el del pase único. ¿Se extinguió?
-“No, sigue existiendo pero no salen jugadores con ese talento. Iniesta en Barcelona es un 10. Xavi también lo era. Riquelme hasta hace muy poco. Ese toque de distinción hoy no se ve. Para mí es clarísimo. No es que se terminó. Ocurre que no aparecen de esa característica”.
“NACIONAL VA PRIMERO PERO TAMBIÉN LE CUESTA; PEÑAROL EL AÑO PASADO TRAJO JUGADORES CLASE A”
-¿Qué te pareció el arranque del Apertura?
– “Nacional va primero pero también le cuesta. Peñarol el año pasado trajo jugadores clase A como Gargano, Cebolla, Maxi Rodríguez para ganar el Clausura. No es sencillo”.
-¿Ganar la Copa Libertadores hoy es posible?
-“Quizás hace cuatro o cinco años era más compleja porque los brasileños marcaban más diferencia. Argentina se mantuvo. Atlético Nacional de Medellín no tiene más presupuesto que Peñarol y conquistó la Copa. Hay que apostar y estabilizar un equipo”.
Pedro Pedrucci, de Progreso al mundo del fútbol, el 10 histórico de la conquista para la leyenda en la Teja, con el gol de penal inolvidable en 1989 para la vuelta olímpica. En estos días, con el corazón en la familia. “Acompaño a un amigo en la Ferretería, me hace bien. Pensamos, con la familia, ir a vivir a Las Toscas. Es más tranquilo que Montevideo. No trabajo en el fútbol pero es algo que uno lo lleva adentro y solo tengo agradecimiento”.