Home   »   Sin Categoría

Un africano en Jamaica




Nicolás Olivera tendrá para dos meses de rehabilitación por la fractura de clavícula.


27 enero, 2013
Sin Categoría

Ahora, que la Casa de la Cultura Afrouruguaya logró, por fin, llamar la atención sobre la reivindicación de su comunidad como descendiente de una nación libre, nos cae sobre los hombros el dolor de la clavícula fracturada de Nicolás Olivera.

A Uruguay se lo reconoce en el mundo principalmente por el fútbol y en las ciencias sociales por ser el primero que integró negros y blancos en el deporte, en el sudamericano de fútbol de 1916 en Chile, protestado porque “Uruguay salió Campeón porque jugó con dos africanos” (Isabelino Gradín y Juan Delgado).

Desde entonces la palabra “negro” entre los futbolistas uruguayos (no así en otros ámbitos del país, los dirigentes, los periodísticos, los políticos) tiene, como principal acepción, la confianza. En cambio, “patas blancas” (no por los plazacolonienses sino por los rubios), por ejemplo, es un término que indica desconfianza y no porque nuestros futbolistas sean racistas, sino por precaución histórica, que con honestidad desestiman en cuanto ven que el “patas blancas” tiene, en muchos casos, condiciones más que auspiciosas; por ejemplo, hace unos años llegó a probarse a Fénix un chico de las formativas de Huracán de Buenos Aires, los primeros comentarios del plantel fueron “¿este patas blancas juega al fútbol?”. A la segunda práctica ya le cambiaron el apodo por el de un futbolista histórico de la selección argentina, en homenaje a cierto parecido estilístico entre ambos. El “patas blancas” -que, por motivos personales, volvió luego a la Argentina y dejó el fútbol profesional- se llama Nicolás Cordeiro. Cuando se fue le decían “Ardiles”.

El Osvaldo Ardiles de la Selección Uruguaya cuando la dirigió el Capitán de Ardiles, Daniel Passarella, fue Nicolás Olivera.

Hoy Ruben Rada dijo: “La intención es hacer reflexionar a la gente. Yo no le estoy pidiendo a nadie que no me llame Negro. No me denigra que me llamen Negro. Yo soy negro. Y amo ser negro. Estoy intentando ayudar a que saquen del diccionario una frase que nos denigra. Fuimos esclavos. Ya no lo somos”.

La frase en cuestión, “trabajar como un negro”, en sinónimo de “trabajar como un esclavo”, tiene el antónimo perfecto en disfrutar y ser libre como un negro, en el be-bop de Charlie Parker, en el reggae de Bob Marley y  en el fútbol del Nico Olivera.

Vicecampeón Mundial en Malasia, una gloria del fútbol celeste, desparramó fútbol y buena onda en todos lados en donde ha jugado. Para poder jugar en el club de sus amores, Defensor, resignó dieciocho meses de salario de primer mundo. Ayer lo intervinieron quirúrgicamente. Nada, a ganar otra vez aquella batalla.

Nicolás Olivera y el gesto de dolor tras sufrir la fractura de clavícula derecha.