Old Christians viajó a Chile por los 40 años de los Andes
Escribe: Atilio Garrido / Foto: Fernando González (Enviados a Mendoza)
La espera en el Aeropuerto de Carrasco para poder viajar a Mendoza con la Selección Uruguaya, está siendo matizada con los comentarios y recuerdos de la delegación de rugby del Old Christians que emprende vuelo a las 18.30 rumbo a Santiago de Chile. El motivo del viaje es el mismo que con religiosa puntualidad viene registrándose cada años, desde aquel trágico octubre de 1972 cuando el avión de la Fuerza Aérea Uruguaya se precipitó en las entrañas de la Cordillera de los Andes, llevando en su interior a los muchachos y algunos familiares que componían la delegación del Colegio que iba a disputar un partido de rugby ante su similar de Chile.
Con ánimo jovial y elevado espíritu que dejó atrás el contraste del fin de semana pasado al perder la final del Campeonato Uruguayo ante Carrasco Polo, los muchachos partieron enfundados en su uniforme tradicional –pantalón claro, saco azul y el clásico trebol con la inscripción del club en letras doradas en el bolsillito sobre el corazón–, para jugar el partido ante los chilenos, que cada año se repite con alternancia en la ciudad donde se disputa.
También viajaron hacia Santiago, en el día de hoy por la mañana, los 16 sobrevivientes, con las excepciones de Parrado y Francois, en tanto que “Pancho” Delgado salió el martes en auto para realizar el cruce de la Cordillera por tierra. ¡Secuelas de aquella tragedia! “Pancho” nunca más subió a un avión después de aquel descenlace que lo convirtió en uno de los héroes que vencieron a la muerte.
Aspectos trascendentes en el intercambio de opiniones con los viajeros, especialmente los que hacen a la formación de los jovenes a los que los docentes del Colegio transmiten sólidos valores que se ponen de manifiesto cada año con el partido que es una simple excusa, para confraternizar con los hermanos chilenos. Alejandro Nicolich, acompañante de la delegación no vacila en recordar que “en la Cordillera quedó mi hermano y aquella tragedia permitió que cada año repitamos este partido de rugby que los viajeros de 1972 no pudieron llevar a cabo. Para nosotros es algo de gran significación, aspecto que los queridos hermanos chilenos han comprendido y valorado en su caval dimensión. De aquel episodio surgió esta confraternidad que se va ampliando, porque ya no solo el contancto se hace con el equipo de rugby, sino también ahora se ha puesto en marcha entre ambos Colegios”.
En suma, en esta instancia, al cumplirse 40 años de aquel episodio que conmovió al mundo, vale destacar esta actitud anual de los muchachos del Old Christians confraternizando con sus colegas chilenos, ampliando las fronteras de la amistad y la solidaridad. Y de paso, la ocasión sirve –también–, para que una vez más pongamos sobre la mesa de la sicusión una idea que lanzamos hace más de de 25 años, en las páginas de “El Diario”, cuando escribíamos las “Crónicas de Viaje”. ¡Es hora de encarar la construcción de un gran monumento a la Vida en homenaje a aquella delegación del Old Christians, tanto a los que quedaron en la Cordillera como los que lograron sobrevivir dando un maravilloso ejemplo de fe, coraje y elevado espíritu humano! Recuerdo que hasta el lugar propuse entonces para eregir ese Memorial que Montevideo debe a los héroes y a los que no lograron vestir este traje milagroso. Tiene que erigirse en ese predio extenso que se ha creado en la vera del puente sobre el arroyo Carrasco, donde muerte la Avda. Italia y nace la Avenida de las América. ¡Seguiremos lanzando esta idea, aunque tan sólo sea como golpear campanas de palo!