No olvidar a Venezuela y más que nunca cuidar a muerte el cero en el arco celeste
Emocionalmente, los orientales de estos tiempos que corren somos así. Vivimos aferrados a la ley del péndulo. Sin términos medios. Todo está bien o todo está mal. Blanco o negro. Esa actitud surge -en gran medida- de la ausencia de análisis antes de definir mentalmente nuestro propio pensamiento. El fútbol es un reflejo más de esta conclusión. Veamos lo que está ocurriendo en estas horas previas al partido ante Ecuador.
¡Hoy, ningún compatriota, se refiere a la posibilidad de quedar fuera de la Copa del Mundo de 2014! Más aún, la inmensa mayoría ni siquiera piensa en la posibilidad del “repechaje”. Entusiasmados por los últimos tres triunfos, soltó amarras el barco de la euforia desmedida. ¿Un ejemplo? El lunes escuchando a medianoche “Rumbo a la cancha” por la vieja radio “La Voz del Aire”, leían mensajes de los oyentes sobre el resultado del viernes. Los más cautos vaticinaban uno a cero. Los otros, tres y hasta cuatro a cero…
Por supuesto que esta “muestra” extraída en la madrugada puede no ser válida. Sin embargo, quienes estamos en contacto con la gente en diferentes estrados, cuando sale el tema del partido ante Ecuador, nadie –absolutamente nadie- piensa en… Venezuela. Todos, absolutamente todos en mayor o menor medida, navegan entre “salimos cuartos o vamos al repechaje”. Se me ocurre demasiado arriesgado y temerario este estado mental de todos los uruguayos que han dejado de lado, por completo, la posibilidad de quedar fuera del mundial cayendo al sexto puesto.
Venezuela enfrenta de local a Paraguay en su último partido del grupo. Está afectado por las bajas de dos jugadores importantes, principalmente Rondón. Llega con un saldo negativo de goles de -6. ¿No es posible que ante un equipo eliminado como los guaraníes y empujados por su público, puedan vencer con un tanteador cómodo? Un cinco a cero, por ejemplo… En lo personal, lo creo posible. Existen muchos elementos, más allá de los futbolísticos, que pueden contribuir para que circunstancias exógenas construyan esa lotería… En esa instancia, sis Venezuela golea y si los celestes caen vencidos en los dos partidos que tienen por delante, Venezuela obtendría su anhelado pasaje al “repechaje”. Y no pensemos en la presión que podría llegar a gestarse para el último partido ante Argentina, si Uruguay sufre una caída en Quito por más de un gol…
¿Qué es difícil que esto pueda ocurrir? Deportivamente sí, pero vivimos en un mundo controvertido, donde cualquier elemento –más allá de los exclusivamente futbolísticos- se busca en procura de alcanzar los éxitos dentro de la cancha.
Si alerto sobre esta posibilidad, es porque la misma existe. No se puede dejar de lado a la hora de encarar el próximo partido ante Ecuador, esta realidad. Por ese motivo –tal como lo expresé en las horas previas de los encuentros frente a Venezuela y Ecuador- una vez más lo primordial de la estrategia a desarrollar, debe estar guiada por el decidido afán de mantener el cero en nuestro arco. ¡Todos los esfuerzos deben estar destinados a este objetivo!
En la última conferencia de prensa Tabárez reaccionó ofuscado –y con razón- ante la pregunta formulada por un periodista para saber si Uruguay iba a “jugar al empate”. Mantener el cero en nuestro arco –como lo enseñó el Prof. De León- es otra cosa. Es armar una estrategia de juego que priorice la defensa a ultranza del arco propio a través de una marcación a presión “a la pelota” de modo tal que los atacantes adversarios no puedan rematar al arco. En México, país difícil para explicar y aplicar ideas revolucionarias, en las prácticas de fútbol del Prof. De León, los titulares jugaban sin golero y él se sentaba en una silla en la línea del gol. ¡No podían rematar al arco los suplentes!
Partiendo de esa estrategia, una vez conseguida la pelota, se debe poner en marcha la segunda parte del libreto. O sea intentar –utilizando la terminología de moda hoy en el fútbol- “hacerle daño al rival”, manejando los tiempos del partido.
En síntesis, considero imprescindible buscar por todos los medios el empate a través de la búsqueda permanente del “cero en el arco celeste” para, recién luego, procurar hacer realidad la perfecta definición que el citado Profe De León acuñó de la realidad gloriosa de nuestra historia: “con menos ser más…” Si conseguimos mantener el cero en el arco, al capturar la pelota en el medio campo, sin desprotejerse, hay que tirarle la pelota hacia adelante a ese fenómeno que es Suárez, para que se arregle como sabe y puede. Y por ahí, junto con las llegadas de Cavani, se puede repetir lo de Venezuela y Perú.