Natación: revolución juvenil en el Mundial
El rumano David Popovici abandera la revolución juvenil con su segundo oro en el Mundial de Hungría.
Redacción deportes, jun (EFE).- El nadador rumano David Popovici, de 17 años, se convirtió en el abanderado de la auténtica revolución juvenil que se está produciendo en los Mundiales de Budapest, tras colgarse su segunda medalla de oro en la capital magiar al imponerse en la final de los 100 libre.
A rey muerto, rey puesto. Eso debió pensar Popovici, después de conocerse la retirada definitiva de los campeonatos del estadounidense Caeleb Dressel por “motivos médicos” no especificados, reclamó la corona con su triunfo en el hectómetro.
Una prueba en la que el nadador rumano, que ya logró en Budapest el título mundial en los 200 libre, impuso su mejor final ante el francés Maxime Grousset, plata, y el canadiense Joseph Liendo, otro de los jóvenes destinados a dar mucho que hablar en el futuro, que tuvo que conformarse con la medalla de bronce.
Pero si el doblete de David Popovici confirmó el alumbramiento de una nueva superestrella mundial, el tiempo con el que se impuso, 47.58 segundos, dejó claro que el rumano tiene un amplio margen de mejora por delante.
De hecho, el oro logrado por Popovici, que en las semifinales estableció un nuevo récord mundial júnior con un crono de 47.13, fue el más “barato” desde que en el año 2015 el chino Ning Zhetao se impuso en los Mundiales de Kazán con un tiempo de 47.84 segundos.
MARCHAND SE CORONA COMO EL NUEVO REY DE LOS ESTILOS
Tampoco decepcionó el francés Leon Marchand, otro de los nombres propios de la nueva generación de nadadores que ha revolucionado los Mundiales de Budapest, que a sus 20 años recién cumplidos se coronó como el nuevo “rey” de las pruebas de estilo, al sumar el triunfo logrado en los 400 metros la medalla de oro que se colgó este martes en la final de los 200.
Al igual que ocurrió en la prueba larga de estilos, el nadador francés cimentó su victoria en su superioridad en el tramo de braza que le permitió pasar de la tercera posición, a 76 centésimas del estadounidense Carson Foster, a liderar la prueba con una ventaja de casi medio segundo -0.43- sobre el norteamericano.
Una diferencia que el de Toulouse amplió en el tramo de nado libre para acabar imponiéndose con un tiempo de 1:55.22 minutos, 49 centésimas menos que Foster, que, como sucedió en los 400 estilos, tuvo que volver a conformarse con la medalla de plata.
SUMMER McINTOSH LOGRA SU PRIMER TÍTULO MUNDIAL CON 15 AÑOS
Igualmente cumplió con las expectativas la jovencísima canadiense Summer McIntosh, que con tan sólo 15 años se coronó nueva campeona del mundo de los 200 mariposa.
Para ello, McIntosh tuvo que rebajar en 59 centésimas el récord del mundo júnior que estableció en las semifinales del martes para imponerse con un tiempo de 2:05.20 minutos a la estadounidense Halli Flickinger, plata, y la china Yufei Zhang, la vigente campeona olímpica, que logró el bronce.
Un triunfo que premió la mayor fortaleza de Summer McIntosh en la segunda parte de la prueba, en la que no dio opción a ninguna de sus rivales con una cadencia de braceo imposible de seguir tanto para Flickinger como para Zhang, que pagó su explosiva salida.
No fue la única alegría para la delegación canadiense, que sumó un nuevo oro gracias al triunfo de Kylie Masse en la final de los 50 espalda, en la que, con un crono de 27.31 segundos, se impuso a la estadounidense Katharine Berkoff, plata, y la francesa Analia Pigree, que se colgó la medalla de bronce.
LEDECKY SIGUE A LO SUYO Y SUMA SU TERCERA MEDALLA DE ORO
Ajena a la revuelta juvenil que se está viviendo en la piscina del Duna Arena, la estadounidense Katie Ledecky, de 25 años, siguió a lo suyo y sumó su tercera medalla de oro en la capital magiar, la decimoctava en todas sus participaciones en los Mundiales, tras contribuir al triunfo de Estados Unidos en el relevo de 4×200 libre.
Ledecky, que nadó la tercera posta, dejó al equipo estadounidense en una primera posición que Bella Sims no perdería ya para lograr la victoria con un tiempo de 7:41.45 minutos, casi dos segundos y medio menos que Australia, plata, y tres menos que Canadá, bronce. EFE