Equilibrada primera mitad. Con mejor arranque tricolor con la velocidad de Alfonso Trezza y el manejo de Ignacio Lores, como argumentos ofensivos, generando acciones de peligro que no fueron concretadas por fallas en el puntillazo final. El darsenero, fue de menos a más, con un Matías Arezo, activo y convirtiéndose en el eje del ataque. Cuando mejor funcionaba el local, llegó la expulsión de Diego Vicente, por una fuerte infracción cometida a ochenta metros de su propio arco.   

El tricolor pegó de entrada en el complemento y cuando no con el infaltable gol de Gonzalo Bergessio. El goleador no perdona. Vale subrayar que, Ayrton Cougo, quien asistió con un centro de la muerte al capitán, se encontraba en clara posición adelantada. Por lo que la jugada debió ser invalidada. Grave error del segundo asistente Javier Irazoqui.

Parecía el golpe de gracia para el darsenero, en desventaja en el tanteador y con un hombre de menos en cancha. Pero no fue así, por el contrario en gran reacción anímica y futbolística el equipo de Jorge Fossati, conducido por un imparable Matías Arezo, fue al frente y arañó el empate. Se lo impidió la soberbia actuación cumplida por el arquero Sergio Rochet, que atajó hasta el viento. Y por supuesto el penal malogrado por Matías Alonso. Penal que no debió ser cobrado, ya que el brasileño Paulo Vinicius, claramente tocó la pelota con la mano fuera de su propia área. Error gravísimo del primer asistente Agustín Berisso.

Santiago Rodríguez, en la agonía anotó el segundo tanto de la visita, para bajarle la cortina al partido. Dando así, otra muestra del enorme poder de contundencia del elenco de Giordano.  

River Plate, se fue masticando bronca por su falta de definición, generó ocho chances para convertir, pero no concretó.

Nacional, celebra en las dos puntas.