Mundial: Mbappé o el vértigo
La estrella francesa señaló al Mundial de Catar como el camino para entrar en la leyenda.
Luis Miguel Pascual
Doha, 11 dic (EFE).- ¿Tiene Kylian Mbappé un problema con las alturas? El delantero francés presume de haber marcado en la final de un Mundial, la cima máxima a la que puede aspirar un futbolista, pero a imagen de la cumbre de este sábado contra Inglaterra, el parisino ha fallado en muchos partidos clave.
Contra los Tres Leones todos los focos estaban puestos en el “10” de los “bleus” y su duelo con el inglés Kyle Walker, pero Mbappé, más allá de algunos intentos de desborde, se marchó de vacío y en sus estadísticas solo dejó un tiro fuera de los tres palos.
Poco bagaje para el máximo goleador del torneo, que llegaba con cinco dianas en su haber y que solo ha faltado a su cita con el gol en tres de los doce partidos que ha disputado en Mundiales.
Nadie pone en duda la valía de Mbappé, pero el debate sobre la dependencia del delantero, los argumentos en contra cobraron fuerza, porque sin firmar su mejor partido, Francia logró la clasificación para semifinales con goles de Aurelien Tchouaméni y Oliver Giroud.
El plan inglés para frenar a la estrella francesa dio sus frutos, pero los “bleus” tenían otros recursos.
Mbappé, que ha subrayado el Mundial de Catar como el camino para entrar en la leyenda, se tomó un respiro en un duelo tan importante, alimentando el debate sobre sus apariciones en los duelos clave.
Un vistazo a sus estadísticas puede arrojar luz sobre la cuestión. El delantero parisiense ha conseguido cinco de sus nueve goles en Mundiales en partidos a eliminación directa, cuatro de ellos en octavos de final (dos frente a Argentina en 2018 y otros dos contra Polonia este año) y uno en la final contra Croacia de hace cuatro años.
MIEDO A LA ALTURA
Pero esos momentos de altura no ocultan otros menos brillantes que ha firmado Mbappé en duelos clave. En 2018, estuvo gris en cuartos de final contra Uruguay y más activo en las semifinales frente a Bélgica, aunque no marcó. En ambos casos, su figura dejó paso a la de otros compañeros, Varane y Griezmann en el primer duelo y Samuel Umtiti en el segundo, sin olvidar que Hugo Lloris fue el héroe de ambas victorias.
Mbappé reapareció en la final, aunque su gol, el cuarto, llegó cuando el partido estaba bien encarrilado.
El jugador, que a finales de este mes cumplirá los 24 años, necesita ser decisivo en un partido de talla para afianzar su condición de leyenda.
La semifinal contra Marruecos del próximo miércoles será una nueva ocasión para demostrarlo, a condición de que supere a la correosa defensa de los “Águilas del Atlas” y de su amigo y compañero de equipo Achraf Hakimi, a quien tendrá enfrente.
A menos que la altura vuelva a nublar su talento. Algo que también le ha pasado con el París Saint-Germain.
El jugador ha marcado 38 goles en los 58 partidos que ha disputado en Liga de Campeones con su actual club y con el Mónaco, de los cuales quince los logró de octavos en adelante.
Pero en esa competición tampoco ha logrado ser decisivo. Solo ha marcado un gol más allá de cuartos y los que ha conseguido no permitieron a su equipo llegar lejos.
Eclosionó con el Mónaco en la temporada 2016/2017, con cinco tantos en la máxima competición continental. El delantero, que tenía 17 años, maravilló al mundo con dos goles que eliminaron al City de Guardiola en octavos, tres más al Dortmund en cuartos y uno en semifinales contra la Juve que no sirvió para seguir adelante.
Pero desde que al año siguiente llegó al PSG, su aportación en las rondas que marcan la gloria ha sido más modesta.
En su primer año en la capital no dejó huella en su doble duelo de octavos contra el Real Madrid. Al año siguiente, marcó un gol en Manchester, pero no evitó que en la vuelta el United les apeara también en octavos, tras firmar un partido muy pobre.
Tampoco marcó en los partidos a eliminación directa de la temporada 19/20, en la que el PSG alcanzó, sin su aportación, la primera final de su historia.
Era el año de la pandemia y Mbappé llegó a la “final four” de Lisboa con problemas en un tobillo, lo que le limitó. Entró a la hora de juego de los cuartos contra el Atlanta y revolucionó a su equipo, que acabó remontando gracias a una asistencia suya a Chuopo-Mouting.
También hizo un buen partido contra el Leipzig en semifinales, aunque no marcó, pero en la final contra el Bayern de Múnich no marcó diferencias.
Al año siguiente fue clave en la eliminación del Barcelona en octavos, con seis goles en los dos partidos y aunque marcó otros dos en la ida contra el Bayern que parecían poner las semifinales al alcance de su mano, la victoria de los germanos en el Parque de los Príncipes les volvió a dejar fuera, con un Mbappé modesto.
El año pasado hizo dos grandes actuaciones contra el Real Madrid en octavos, pero sus dos goles, una en la ida y otro en la vuelta, no sirvieron para que el PSG superara la ronda. EFE