3 millones con Raúl Moller: “El fútbol uruguayo tiene profundas diferencias”
El doctor Raúl Moller volvió a El Tanque Sisley para reiterar la notable campaña del año pasado. Por el momento va puntero invicto con puntaje ideal y este domingo visita a Miramar Misiones. Moller, el entrenador de más vasta experiencia entre quienes dirigen en Primera División, nos muestra un panorama de la evolución del entrenamiento visto desde el ahora, que lo encuentra actualizado “minuto a minuto” y analiza el aquí de nuestro fútbol, al que conoce al detalle.
Tres millones de técnicos con Raúl Moller:
¿Cuándo y por qué decidiste ser entrenador?
Pasé pocos días entre que dejé de jugar y tuve la suerte de que vinieran a buscarme de Progreso para comenzar mi carrera como entrenador, año 86.
¿Qué entrenadores influyeron más en tu formación profesional?
Tuve la suerte de tener más de treinta entrenadores en mi campaña como futbolista y de cada uno de ellos me quedan cosas, algunas por la positiva, otras por decir “esto yo no lo haría”. Tuve entrenadores de gran trayectoria como Hugo Bagnulo, el Profesor De León, Juan Ricardo Facio, Juan Eduardo Hohberg…
¿Qué cosas te quedaron más grabadas de ellos?
Más que los planteos tácticos, las formas de conducción. El respeto por la conducción, el respeto al fútbol, al entrenador, al compañero, a la dirigencia. Eso permite una convivencia que seguramente será buena. Aquel que no se rija por las normas que hemos instrumentado queda aislado y no va a poder participar del grupo de futbolistas que están para competir.
¿Qué diferencias encontraste en los entrenamientos de los distintos momentos de tu carrera de futbolista?
Las diferencias con la actualidad desde la década del 70 son abismales. En los ’70, los entrenadores tenían una participación distinta a la que hoy tienen. Algunos trabajaban de saco y corbata, ni siquiera se cambiaban y la base era hacer fútbol. Algunos de ellos eran entrenadores reconocidos y tenían un conocimiento y una gran habilidad para conformar planteles y para conformar equipos. Muchas veces eran exitosos, pero cada vez se fue exigiendo más y hoy por hoy hay que estar en el minuto a minuto de las cosas que están pasando. Toda la comunicación de que hoy disponemos, el contacto cotidiano con el exterior que antes era impensable, ayudan mucho a los trabajos que hacemos como entrenadores.
¿Existe una escuela de fútbol uruguayo? ¿Varias?
Siempre fuimos muy influenciables, pero terminamos siempre con la misma idea que nos patenta en el fútbol del mundo: Hay una palabra famosa que es “meter”, que incluye una cantidad de cosas que van más allá de lo que a la palabra corresponde. Eso hace que no puedan entender en otros países, con qué pocas posibilidades de infraestructura, de logística y demás, puede surgir la cantidad impresionante de buenos futbolistas uruguayos para el mundo. Lo mismo en cuanto a los resultados: Uruguay se hace competitivo con toda la ventaja que le llevan otros países en lo que hace a la preparación de los distintos equipos o selecciones.
¿Qué importancia le das a la parte teórica de tu trabajo?
Es importante, pero no decisiva, porque el fútbol es eminentemente práctico. Podemos dar muchas charlas sobre teoría y conversar mucho, pero si no lo hacemos con el rigor de la prueba práctica no vamos a llegar a un buen resultado.
¿Cuáles son en tu opinión los aspectos más importantes de la práctica?
Todo. Hoy no se descarta nada. Ya no se nombra a un Director Técnico o a un entrenador. Es un equipo técnico que abarca muchas cosas. Antes había un período en el que se hacía pretemporada y el entrenador prácticamente no conversaba con los futbolistas. Hoy es impensado que el preparador físico no coordine con la parte técnica. Hoy por hoy todos los trabajos de base son teniendo a la pelota como principal objetivo.
El “sistema” o la “figura” táctica, ¿qué importancia tienen en el conjunto del entrenamiento de fútbol?
Es relevante desde un punto de vista teórico, pero en la práctica, en un mismo partido la dinámica que tiene el fútbol lleva a hacer variantes tácticas. Antes casi todos jugábamos con el mismo dibujo táctico y de ahí no se movía mucho. Hoy hay que dominar todo y conocer todo, por lo que nosotros hacemos y por lo que el rival nos presenta. Algunos partidos se pueden definir en pocos minutos, con variantes no de hombres sino tácticas.
¿Acostumbrás leer sobre fútbol?
Leo libros de trabajos en cancha, de formas de conducción, material de los entrenadores top en este momento –estamos hablando de Guardiola, de Pellegrini… de los que lideran y no por casualidad les toca estar en lugares de privilegio en los mejores equipos del mundo.
¿Trabajás con videos?
Permanentemente, inclusive tenemos la posibilidad de tener nuestras propias imágenes de nuestro propios futbolistas, no sólo de los partidos sino también de los entrenamientos, que permiten que cada uno se observe y podamos marcar claramente qué cosas está haciendo bien y qué cosas no. Al futbolista le llega mucho más poder verse él reflejado con sus compañeros en una misma tarea.
¿Qué modelos o espejos, de equipos y de entrenadores encontraste y encontrás en el ámbito mundial?
Algunos hablan mucho y otros trabajan mucho. Los que consiguen una buena mezcla son, en general, exitosos. Nosotros tenemos un fútbol distinto, por sus posibilidades logísticas, económicas y de otra naturaleza también. Determinadas cosas podemos hacer y otras son inviables. Entonces uno toma lo positivo dentro de las posibilidades propias. Nadie puede copiar si las diferencias son tan profundas como en el caso del Uruguay, pero por el camino de los que trabajan más, los que siguen una línea de un fútbol total, en que todos marcan, todos son técnicos y cuando tienen la pelota saben jugar, con conocimiento de los distintos sistemas para poder elegir el jugador para el sistema y no como nosotros que, muchas veces, elegimos el sistema según los jugadores que tenemos.
¿Qué momentos propios te quedaron más grabados como entrenador?
Los comienzos. Faltaban ocho fechas, Progreso peleaba el descenso, me llevó a trabajar y en esos ocho partidos logramos un lugar en la Liguilla, luego clasificar a Copa Libertadores. A partir de entonces estoy muy satisfecho y contento porque desde el año 86, estamos en plena vigencia, porque han sido muy pocos los meses que hemos estado sin trabajar en fútbol –no solo como entrenador, como gerente, como coordinador de distintos equipos-. Me tocó también la posibilidad de realizar junto al Profe Tejera y otro equipo técnico, el primer sofware de fútbol de nuestro país, en el 98, lo cual marcaba ya la idea de renovación y de vigencia que es parte de lo que nos mantiene en actividad hasta el momento.