Mi sangre en un buzón de 100 años
Me permitirán los lectores un desvío en el enfoque de las columnas acostumbradas. No puedo dejar pasar un hecho no muy común como es que un club cumpla 100 años de existencia. La I.A.S.A cumple un siglo.
El club donde “buscan refugio” la mayoría de los periodistas cuando responden de que club son y viene un:…………”yo de Sud América”.
Tengo que cumplir con mi abuela Rufina, que fue abuela del club, tengo que cumplir con mi padre Julio Cesar ” el negro”, dirigente del club, tengo que cumplir con mis tíos Felipe, Orlando (Pitingo), José María y Américo, todos jugadores del club, con mi tío político Juan Carlos Fosalba, delegado y Presidente del club. Tengo que cumplir con lo que siento, siendo socio prácticamente desde niño.
No ha sido nada fácil, desde que comencé a jugar, dejar de lado lo que la sangre me imponía. Cuando la defendí como jugador y como entrenador. Porque yo sentía más que los demás en mi paso por el club. Y cuando me tocó enfrentarla con la misma dignidad con que la defendí la enfrenté cumpliendo con mi deber profesional, que no era nada fácil de sobrellevar y difícil de explicar.
Desde el año 1927 un Longo siempre estuvo con la naranja. Solo dos giras imborrables tiene el club, en 1931 por Brasil y en 1960 por Europa; en las dos hubo un Longo.
Era impensado que no cumpliera con mi deber moral, en esta magnífica fecha para la I.A.S.A de la misma manera que cumplo con mi deber profesional.
Los de fútbol saben que corre por mi sangre y como respondo a mi profesión.
Salud en tus 100 años y mi familia encabezados por la abuela Rufina festejara desde allá arriba además de que el nieto cumplió con ella y con su querido club.