Me vendieron otra Liga
Cuando se votó el nuevo formato de Liga uno encontraba diversos atractivos a lo largo del Clasificatorio, pero lo que se robaba toda la atención era el tema del descenso. Es que 3 de los 16 equipos iban a perder la categoría y por lo que vivimos a lo largo de los últimos años esperamos que eso fuera parejo hasta el final. De todas formas, a 8 partidos del cierre de la fase regular, sólo un milagro salva a Cordón, Larre Borges y Nacional; quienes han ganado 5 de sus 20 partidos y están a 3 puntos de Tabaré, su más cercano perseguidor.
En la zona alta se esperaba que Malvín y Hebraica, tal cual había acontecido el año pasado, se despegaran del resto y eso dista mucho de la realidad. Es que el actual campeón, Hebraica, ya perdió 8 partidos y su última presentación ante Aguada fue por momentos papelonesca. Malvín por su parte cayó en un pozo y tras un gran comienzo con 12 triunfos al hilo, ha bajado en la segunda rueda donde cosecha 4 derrotas y 3 triunfos.
La salvación, un milagro
El torneo que han hecho Nacional, Cordón y Larre Borges ha sido pobre en todo aspecto. Eso los lleva hoy a estar en una posición más que comprometida, ya que sólo han ganado 5 de sus 15 partidos y para salvarse deberán rescatar 5 o 6 puntos de los 8 que les quedan. Los 3 equipos han cometido errores, y más allá que sus dirigentes apostaron siempre a más, en algunas oportunidades las decisiones fueron tardías y en otros apresuradas.
Nacional apostó por Martin como extranjero, quien había pasado sin pena ni gloria el año pasado por la Liga y este año tuvo la misma suerte en el Metro. Tardó en cortarlo y si bien no fue el problema principal, el regalar por momentos esa ficha terminó perjudicando a un equipo que tuvo a su base de nacionales muy por debajo del nivel pensado. El “tricolor” se armó para estar entre los 8, invirtió para estabilizarse en la categoría y de a poco empezar a ser protagonista, pero los resultados no aparecieron.
Cordón por su parte siempre fue a más, constantemente buscó mejorar en el rubro de extranjeros. Armó un plantel “veterano” para la divisional y sufrió las consecuencias. Su mejor jugador fue Brian García, uno de los de menos nombre pero con su rendimiento fue ganando minutos hasta ser hoy en día uno de los que más juega. Llegó Figueroa, de los mejores extranjeros del medio, pero tardó en encontrar a su compañero. El tema del constante cambio en el banco terminó perjudicando. Caneiro, quien armó el plantel se fue luego de caer ante Malvín, y llegó Sande que apenas duró 6 partidos. Ese contante cambio el equipo lo sintió y más allá que la llegada de Nieto estuvo acompañada por 2 buenos resultados, el equipo empezó a caer en la tabla y para peor, no ha ganado un solo partido de visitante.
A Larre Borges uno lo tenía a priori peleando abajo. Era uno de los planteles de menor presupuesto y sus extranjeros rendían acorde a lo que se había invertido en ellos. El aurinegro apostó a ir por más y tuvo en Clarckson un poco de aire. Si bien ganó algunos partidos no le ha dado para sumar los puntos esperandos. Ahora realizó una gran inversión en Hamilton, pero ya parece que es tarde. Por más que el jugador mostró movimientos interesantes en su estreno, no está 100% físicamente y eso con el trajín de los partidos se puede llegar a sentir.
El rival a alcanzar es Tabaré, que ganó sólo 1 de los últimos 8 que jugó y sin embargo le da para mantener aire en esa pelea.
Si tomamos la Liga del año pasado como ejemplo, Olimpia, Montevideo y Sayago culminaron en ese antepenúltimo lugar habiendo ganado 11 de sus 30 partidos. Los dos descendidos fueron Cader y Waston que triunfaron en 7 y 9 juegos respectivamente. Es por eso que digo que me vendieron otra Liga, una en la que esperaba una paridad en la zona baja que hasta el momento no he visto.
Ellos caen, otros crecen
Cuando se armaron los planteles se pensaba; “Malvín y Hebraica siguen con la base que el año pasado los llevó a jugar la final, fueron los dos mejores equipos por lo que tiene todo para repetir”. De todas formas antes del análisis es bueno aclarar que nadie piensa que estos dos planteles no estarán en la definición, sino que todo lo contrario, pero el Clasificatorio que están haciendo no es el esperado o por lo menos no han sacado la luz de diferencia con el resto de los equipos que uno imaginaba.
Es injusto poner a los dos equipos en la misma bolsa ya que Malvín ganó sus primeros 12 partidos y fue durante toda la primera rueda el equipo más sólido, habiendo perdido tan sólo un juego ante Unión Atlética. Pero los de López han caído en su rendimiento y en 7 partidos que llevamos de las revanchas ya cosecha 4 derrotas, y eso llama la atención. En su momento lo decía la gente que seguía al equipo, que Malvín ganaba sin jugar bien, pero el cimbronazo de perder el clásico se ve que se sintió ya que no volvió a ser el mismo y a no ser por el triunfo ante Hebraica, nunca encontró un gran caudal en su juego (le ganó también a Welcome y Tabaré).
Más alarmante es la situación del campeón. Hebraica el lunes perdió con Aguada de la peor manera, siendo aplastado por su rival y teniendo un rendimiento que dista mucho de un equipo candidato al bicampeonato. Si bien las ausencias a lo largo de los últimos partidos influyen en el rendimiento final, el equipo fue capaz de ganarle a Olimpia (venía en alza) sin Hatila, Parodi, Aguiar y Trindade (se perderá el resto de la Liga). Sin embargo 48 horas más tarde y con Hatila y Parodi en cancha cae en forma estrepitosa ante el rojiverde. Muchas cosas han pasado desde el viaje a Mar del Plata y si bien en todo momento se buscó bajar el perfil, los resultados dentro de la cancha muestran lo que por momentos pasa afuera. Hebraica no está bien y de cara a lo que se viene debe seguir buscando el compañero para Hatila en la pintura.
El año pasado Hebraica y Malvín perdieron en todo el Clasificatorio (30 juegos) 5 y 6 partidos respectivamente; hoy en la fecha 22 el macabeo tiene 8 derrotas y el playero suma 5; demostrando que no son los mismos. Eso lo están aprovechando Biguá, que con los pibes sigue haciendo estragos; Trouville, que desde la llega de Rubio Díaz tuvo una metamorfosis y se transformó en un equipo con mística ganadora (llega 10 triunfos al hilo) y Unión Atlética que quizá sin hacer tanto ruido, ya que uno lo consideraba dentro de los candidatos, suma y piensa en ser el 1 de la fase regular.
Mucho resta para estos equipos pensando en la definición, pero los que vienen con menor perfil ya se animan a pelearle de igual a igual a los “copetudos” y eso le da a la Liga un interés que quizá no se esperaba en la fase de clasificación, por eso esta Liga que “vendieron” muestra mayor paridad arriba que abajo, siendo a la inversa de lo que se esperaba.