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Larriera, el director técnico de la adaptación de Racing con su histórica identidad de “La Escuelita de Sayago”




En la sede del viejo Racing Club de Montevideo: "para mí es La Escuelita".


5 septiembre, 2014
Fútbol Uruguayo Primera

Fue uno de los futbolistas más elegantes que tuvo Racing, no porque se pareciese en la cancha lo bastante a Alfredo Lamas (centrojás de La Escuelita de Sayago, que grabó la elegancia de su gesto técnico en la memoria del fútbol uruguayo), sino porque Mauricio Larriera llegaba al Parque Roberto a entrenar de traje, camisa impecable y corbata, ya que después de la práctica se iba a trabajar en ventas de papelería e imprenta, para una empresa donde se desempeñó durante siete años, mientras jugaba al fútbol profesional.

En la sede del viejo Racing Club de Montevideo: "para mí es La Escuelita".

En la sede del viejo Racing Club de Montevideo: “para mí es La Escuelita, que no es minimizar”.

“Salvo un par de temporadas, era imposible sobrevivir sólo con el fútbol -nos explica-, porque las deudas eran grandes, llegaba febrero y había que reclamar”.

Es un floridense que de muy chico se vino a Montevideo, previo paso por Playa Pascual, en momentos en que la familia estaba complicada: “sobre todo por el trabajo de mi padre que nos obligaba a ser un poco nómades. Llegamos a Sayago, acá, a Conciliación, donde comencé la etapa del Baby Fútbol, que fue una etapa hermosa. Después me fui a Jacinto Vera, donde conocí a mi señora, donde me casé y hoy, casado, sigo viviendo ahí”.

Cursó toda la enseñanza pública desde la escuela hasta la facultad de odontología. “En Florida arranqué en la escuela 8 y pasé a la 4 y en Conciliación la 128 y después liceo, 23, 26, 29 y Miranda. Logré llegar a la Facultad de Odontología, donde hice tres años compartiendo esa actividad con el fútbol y con algunos otros trabajos. En un año trabajé en un depósito de una cadena de supermercados, en una embotelladora de plástico y donde estuve más tiempo fue como encargado de una tintorería de una fábrica de velcro. Siempre fui buen estudiante. Me inclinaba a la ciencia, a la biología, a la medicina. Soñaba ser odontólogo, tener consultorio y compartir esas tareas con el fútbol”.

Pero se casó: el amor fue más fuerte. Las ventas y el fútbol para juntar los pesos para la familia le devoraron el tiempo de la Facultad.

-Aunque no colmé las expectativas que tenía como futbolista, me mantuve en el fútbol y ahora, como entrenador, trato de perpetuar el recorrido en el fútbol que ha sido mi gran pasión desde niño.

El estilo de La Escuelita

-En su mayoría, los que salían del baby fútbol de Conciliación venían a Racing, pero yo llegué de jugador ya hecho. Sin embargo, ya desde niño del barrio sentí identificación con La Escuelita y con su estilo y después, desde lo más profundo, como entrenador.

"El cambio más significativo ha estado en la individualización del entrenamiento..."

“El cambio más significativo ha estado en la individualización del entrenamiento…”

Porque si bien creo que como entrenador uno tiene que adaptarse con la identidad de cada club, para ganar o ganar -no soy un fundamentalista-, desde el gusto por el fútbol como entrenador, para mí existe una cuestión estética, que va más allá del espectáculo, que tiene que ver con cómo uno lo siente. A mí me gusta jugar al fútbol hasta debajo del agua, en cualquier condición y cuando era futbolista, me desmotivaba mucho jugar en canchas en mal estado, me fastidiaba mucho. A mí me importa el fútbol también desde lo estético, que no significa jugar bien o mal sino jugar lindo. Hoy me parece que lograr determinados triunfos y aceptación va por ese camino.

Pasé momentos muy buenos acá, en Racing, como jugador, llegué a ser muy querido por gente de aquí, sin haber sido un gran futbolista (mis mejores momentos como futbolista los reparto entre una etapa en Rentistas, una en Liverpool en mis inicios y acá, donde llegué ya maduro, donde me sentí más pleno como jugador). Cuando me fui de Rancig, me fui con el objetivo y la ilusión de volver a Racing como entrenador y hacer algo grande acá. No sé si lo que estamos haciendo es grande o no, pero sí que nuestro objetivo principal cuando llegamos, fue ser fieles al estilo, que no es solamente ganar. Es ser La Escuelita. Yo a Racing le digo La Escuelita. De todos los apodos, “El Cervecero”, “La Academia”… el que a mí me quedó grabado es “La Escuelita”, que no es minimizar. Es La Escuelita por un motivo afectivo y por fidelidad.

“Este equipo ya tenía la afinidad”

-Antes de llegar a Racing como entrenador, estando en Paraguay sin trabajar, vi videos de este equipo, vi partidos en vivo para ver a mi Racing y me di cuenta que el plantel que estaba acá es muy competitivo y se ajustaba perfectamente a la idea. Lo más importante para mí, para decidirme a tomar esta responsabilidad, fue ver que este equipo ya tenía la afinidad, que el plantel se adecuaba a la identidad del club, que yo, como entrenador, tengo que darle al equipo.

Después armamos con bastante armonía un muy buen cuerpo técnico y el camino es la recompensa, como dice el Maestro y dijo Gandhi en su momento. No siempre el fin justifica los medios y esa es mi huella digital, como entrenador y como ser humano.

“PARA EL URUGUAYO EL FÚTBOL NO ES UN JUEGO, ES UNA CUESTIÓN DE SUPERVIVENCIA”

¿Cuándo y por qué decidiste ser entrenador?

Ha sido un tema vocacional que se comienza a generar en los tiempos del fútbol juvenil, por una forma de sentir el fútbol, de jugarlo, de explicarlo, por el amor por este juego, la pasión por la táctica, y, sobretodo, por haber sido, aún en edades tempranas, muy analítico.  

Una poderosa razón fue intentar perpetuar o extender mi vida en torno al fútbol, desde la Dirección Técnica.

¿Qué entrenadores influyeron más en tu formación profesional?

Todos los Entrenadores que me acompañaron en el camino como jugador y entrenador, en alguna medida, me dejaron algo. Todo es relativo. En cada momento, en cada etapa de mi vida deportiva, me fueron aportando cosas.  

Desde “el Chumbo” Héctor Julius en el año 1985 en la IASA, hasta Gerardo Pelusso en los últimos años, ya como maestro y colega… Pasando por Roberto Burgos , Carlos Manta, Jorge “culaca” González, Gustavo Bueno, entre otros.  Desde los diferentes ángulos de la profesión, desde los estilos de cada uno y en cada momento histórico.

Por ejemplo, Julius me marcó muchísimo en mis inicios, en el aspecto humano y deportivo; Carlos Manta fue el que mejor explotó mi versión de entrenador–jugador;  Gerardo Pelusso, hizo el trabajo más significativo para terminar de  moldearme, a través de su generosidad profesional, su calidez humana, su forma de ver las cosas en otra dimensión, desde su sabiduría…

¿Qué cosas te quedaron más grabadas de esos entrenadores?

Algunas a las que me adhiero y otras a las que no. En general, me detuve en:  los valores humanos, la conducción y el liderazgo, la ética, la disciplina, los distintos estilos, la complejidad de la profesión, la necesidad y obligación de actualizarse, de incorporar más conocimiento, los trabajos de campo, la diversidad de filosofías de juego…

¿Qué diferencias encontraste en los entrenamientos en los distintos momentos de tu carrera de futbolista, de técnico y en los distintos países en que te desempeñaste?

Los entrenamientos, como todo en la vida, van cambiando, sufren transformaciones, sobretodo a través de la globalización y la influencia de la tecnología.

"Gerardo Pelusso, hizo el trabajo más significativo para terminar de moldearme"

“Gerardo Pelusso, hizo el trabajo más significativo para terminar de moldearme”

No sólo varían de acuerdo a la etapa, edad o divisional, objetivos o tendencias… sino según el estilo de trabajo y  juego del entrenador, necesidades o intereses.

Pienso que el cambio mas significativo estuvo en la individualización del entrenamiento y en  la especificidad (por ejemplo: por puesto en la cancha). Lo otro que se ha incorporado son las nuevas metodologías, las cuales, muchas veces, son una moda pasajera. Todo lo que viene de “afuera” parece ser “lo ideal”… no creo que lo sea.

En los países donde trabajé, se manejan las mismas formas de entrenar con ciertos matices; determinados por la idiosincrasia de los pueblos, sus jugadores, del equipo, por el relieve (altura o llano), por el clima…

¿Qué opinión tenías y cuál tenés ahora de los niveles de entrenamiento en el fútbol uruguayo?

Han ido cambiando al ritmo que impone el mercado internacional. Quizás vamos mas lento en los adelantos tecnológicos. Hoy se utilizan herramientas que demoran en llegar a nuestro medio o son de difícil acceso. Hablo de cuestiones medibles, concretas, científicas, sobretodo a nivel físico. Porque si hablamos de estilos, forma de juego, metodologías… el uruguayo es algo autodidacta, flexible, creativo, con capacidad de adaptación,  y siempre “se revuelve” para actualizarse y avanzar. Por algo seguimos siendo competitivos a nivel internacional. Nuestro fútbol interno es muy bueno, aún con muchas carencias, con herramientas obsoletas, se trabaja muy bien. Los profesionales uruguayos merecen mucho respeto. 

¿Existe una escuela de fútbol uruguayo? ¿Varias?

No se si existe una escuela o varias… Existen  rasgos característicos que pasan por nuestra forma de ser y de sentir el fútbol. Para el uruguayo, el fútbol no es un juego, es una cuestión de supervivencia, rasgo importante de identidad nacional. De ahí la famosa “garra charrúa”.

Siempre hubo que optimizar los recursos para intentar ganar. Sustentado en la riqueza de los jugadores, en nuestra cantera inagotable de talentos…

Los bastiones de nuestra historia deben  respetarse y valorarse pero ante los cambios, hay aspectos que deben adaptarse a los nuevos tiempos…

"No es solamente ganar; es ser La Escuelita"

“No es solamente ganar; es ser La Escuelita”

“CADA ENTRENAMIENTO EN CADA EQUIPO QUE ESTUVE, ME QUEDÓ GRABADO”

El fútbol se ha convertido en un verdadero espectáculo que involucra mucho la estética, la belleza. Y es un negocio que debe vender lo que el público quiere comprar…

Entonces, han aparecido, en nuestro fútbol, otras corrientes, otras alternativas de juego, otras  formas de trabajar, porque hasta las reglas de juego van cambiando, y aparece el concepto de marketing…

Considero positiva la diversidad de estilos y corrientes porque enriquece la competencia, pero no me parece bueno olvidarse de nuestras raíces, sí readaptarlas a los tiempos que corren.

¿Cuáles son los aspectos más importantes del entrenamiento de fútbol?

Que el entrenamiento este direccionado a la idea futbolística… Cualquiera sea ésta.

Debe ser un trabajo en equipo, de carácter inter y multidisciplinario. Siempre con un hilo conductor. Lo ideal es que coincidan la teoría o el discurso,  lo que se trabaja durante la semana y lo que se intenta llevar a la práctica el día del partido. Sin olvidar la importancia de los procedimientos, de las formas.

¿Acostumbrás leer sobre fútbol?

Si, sobretodo artículos, revistas, información. En cuánto a libros, prefiero los que hablan de liderazgo, conducción, motivación, por ejemplo Inteligencia Emocional (Daniel Goleman). Por supuesto que me gustan los que dejan enseñanzas para la vida y, en particular, para la profesión, desde lo técnico, desde lo emocional, desde lo humano, desde las experiencias de otros colegas y entrenadores de distintos deportes.

¿Trabajás con videos? ¿En qué aspectos?

Si, trabajamos con videos. La empresa AZ Sport Tech (ex Kizanaro) tiene productos que nos brindan buenas prestaciones. Desde el año 2007 en Nacional, pasando por equipos del exterior, Selección Paraguaya, Sol de Améria y ahora Racing, trabajamos con ellos. Son uruguayos… eso es muy significativo. También hemos trabajado con videos motivacionales, de forma muy puntual, como una excepción.  Es un tema muy sensible, porque se puede pasar de motivar a manipular las emociones del jugador y eso no me parece acertado.

¿Qué modelos o espejos, de equipos y de entrenadores encontraste y encontrás en el ámbito mundial?

Hay equipos que me agradan por la intensidad de su juego, otros por la agresividad ofensiva, por la determinación, por la solidez, la solidaridad, por el estilo, por el cuidado del balón, por su pragmatismo, por su adaptación a las diferentes circunstancias… 

No creo en los espejos, creo en tener mi propia huella digital, mi estilo.

Tomo como propias algunas cosas de entrenadores y las incorporo pero no tengo espejos. Las copias no son buenas, la esencia es fundamental, la identidad propia…

¿Y qué momentos propios te han quedado más grabados como profesional?

Los momentos amargos son los que más enseñan, las derrotas, el no lograr objetivos.

A veces tenemos éxito, a veces aprendemos. En estos casos me quedo con la enseñanza y entierro lo emocional porque hace daño.

Pero prefiero privilegiar el camino por encima del destino… Entonces me quedaron grabadas imágenes y momentos sublimes, no por ganar un torneo, ser campeón, sino porque disfruté del momento, valoré el momento. Hoy lo celebro…

…cada entrenamiento en cada equipo que estuve, me quedó grabado.

Los partidos de la  Copa Libertadores con toda la mística que encierran, el Estadio Maracaná… tremendo “pedazo de historia”, El Nacional de Chile, El Centenario, el Atahualpa  de Quito, Defensores del Chaco… El antes de cada partido, el durante, el después… aún en la derrota.

“¿Los partidos de eliminatorias,  incluso jugando contra la Selección de mi país… con la intención de ganarle?”

Un sentimiento inexplicable, una gran experiencia.

Mi gratitud eterna a Gerardo Pelusso quién me dio la oportunidad de participar en eventos de esa magnitud y de disfrutarlos de verdad.

Un párrafo aparte para la posibilidad de haber compartido labores con grandes futbolistas, muy buenas personas y profesionales… y, encima,  recibir su aprecio y reconocimiento.

“TENER CUIDADO CON LA ILUSIÓN PORQUE LA DESILUSIÓN ES MORTAL”

¿A qué atribuís el gran momento futbolístico actual de Racing?

No lo definiría como un gran momento futbolístico. Es más, considero que hemos tenido  mejores, con muy buenas exposiciones futbolísticas pero sin la compañía de los resultados, y menos aún abultados y consecutivos que son los que sobredimensionan la campaña.

Yo diría que hoy estamos en un buen momento institucional, con la continuidad de un proceso que comenzó en enero y que involucra a las divisiones juveniles.

Diría que hoy confluyen varias cosas que dan como resultado este buen momento institucional:

Un plantel muy bueno, en todo sentido, que realizó muy buena campaña en el Clausura y hoy continúa, a pesar de que hubo cambios sustanciales en el grupo.

Un cuerpo técnico que intenta trabajar con calidad y profesionalismo.

Los colaboradores de Sanidad y Utilería que están todos los días al firme.

Darío Larrosa (Gerente Deportivo) en relación íntima con el plantel, el cuerpo técnico y la dirigencia que cumple con sus responsabilidades.

"Lograr determinados triunfos y aceptación va por ese camino"

“Lograr determinados triunfos y aceptación va por ese camino”

Los compañeros de Divisiones Formativas con los que trabajamos en relación estrecha, alineados al proceso.

Y todo bajo un marco de armonía, respeto, transparencia en los procedimientos.

Seguramente la suerte también hace su trabajo, porque el efecto del azar influye, aunque no lo podamos controlar. Pega en el palo y entra… o sale.

Luego viene lo estrictamente futbolístico, lo que se ve, la cara visible de todo el proceso. Es el equipo. Éste está comprometido con la idea futbolística, siempre intenta ser fiel al estilo de juego que identifica al Club y posee jugadores que se ajustan a la forma de juego.

Estar punteros es circunstancial, es efímero… pero no nos impide ilusionarnos con continuar el camino y mirar más alto. Lo que no nos permitimos es deformarnos por este lindo momento, porque sería traicionarnos. Hay que tener cuidado con la ilusión que se genera porque, si es que llega, la desilusión es mortal.

¿Qué perspectivas te planteás?

En el Club: sumar la mayor cantidad de puntos posible, que nos permitan mejorar los últimos Torneo Apertura, que nos alejen de la tabla de abajo y nos acerque a la posibilidad de clasificar a un Torneo Internacional.

Consolidarnos en primera división, promover y potenciar juveniles de la institución.

El camino

Intentando ser fieles a la identidad del Club, la cual no sólo contempla el aspecto deportivo, el estilo de juego, sino también aspectos disciplinarios, actitudinales, éticos y a través del sentido de pertenencia que es fundamental.

Dejarle algo a la institución, aunque no sea tangible, que ésta incorpore algo que le sea útil, en lo humano, deportivo y/o  profesional… Dejar nuestra huella en algún sentido.

Como cuerpo técnico, tratar de consolidarnos a través del conocimiento interno y el trabajo, mejorar en todos los aspectos pues somos un grupo conformado hace ocho meses.

¿Y en lo personal? 

Continuar trabajando de lo que es mi vocación, consolidar mi perfil como entrenador, crecer y desarrollarme, superarme día a día… Como objetivo superior y sin prisa, volver a  trabajar en el exterior, en distintos mercados y países, porque es una forma de demostrarme la capacidad de adaptación.

Mauricio Larriera no ha perdido su inclinación a la biología, su hincapié en la capacidad de adaptación, definición de la vida, aplicable también a su sentido del Racing Club de Montevideo, con su identidad irrenunciable -huella digital-: La Escuelita de Sayago.

"Quiero dejar algo"

“Quiero dejarle algo a la institución, aunque no sea tangible”