Maracanazo eterno
Se cumplen 74 años de la hazaña más asombrosa de la historia del fútbol. Uruguay se consagró campeón del mundo en 1950 venciendo 2:1 a Brasil, en el Maracanazo eterno.
16 de Julio… No está marcado en rojo en el almanaque. No es fecha patria. Pero, en cambio, es el día que todo uruguayo sabe qué pasó en 1950. No hay que rebuscar en la memoria, porque está grabada en el corazón.
Hay sucesos en la historia del mundo que pasaron una sola vez. Aquel 2:1 -remontado desde el 1:0 en contra- estampado ante Brasil tiene el exclusivo escudo color CELESTE.
Historia viva, que disfrutamos algo más de tres millones de uruguayos, que lo siguen sufriendo doscientos millones de brasileños y que admira el resto del orbe. Es que héroes del campito, tan orientales como ilustrados en la pasión que no mide consecuencias, dieron el paso largo hacia la gloria, para perpetrarse en la historia del fútbol. Pusieron en el mapa a URUGUAY una vez más.
¿Cómo puede un país tan chiquito..? Respuesta que el uruguayo conoce, porque la aprende en la calle, en lo cotidiano, en la necesidad, en la lucha, en las decisiones. No es una simple ecuación demográfica la que hay que interpretar, sino el poder intrínseco que nace desde las entrañas, que desde la pequeñez nos impulsa hacia la grandilocuencia sin bullicios.
Fecha patria del alma. Respeto sublime a esos Próceres que, desde su humildad permanente, supieron instalarse a la diestra de nuestros homenajes, que nacen y se proyectan desde el más puro sentimiento. Nacieron, vivieron y partieron de este mundo con la sencillez del uruguayo, del hombre de barrio, del que atravesó necesidades, del individuo que hasta pudo pasar desapercibido en la calle, porque acá la gloria no paga dividendos fijos.
Los leones de Maracaná seguirán por siempre representados en esas imágenes en blanco y negro, que quizás forma el gris del que se nos tilda. Estarán siempre en esa lágrima que destiñe el recuerdo. Que vive entre letras de murga. A medida que el tiempo avanza, tiene la majestuosidad de florecer en silencio, pero sin abandonar jamás la eclosión histórica de su conquista.
La enorme figura de Obdulio cobija por siempre la imagen más noble de la identidad de un pueblo. Es el referente más hidalgo de un sentimiento común, de una forma de ser, que tiene el título de nobleza más importante: URUGUAYO.
Hace setenta y cuatro años movieron los cimientos del mundo. Un sismo que todavía se sigue midiendo sin poder establecer la escala de su potencialidad. Un hito que asombra. Una meta a la que nadie puede llegar.
En el evento mágico del fútbol, donde el Arco Iris de un Mundial impone la sensación de un óleo donde se entremezclan los colores… el cielo sigue siendo CELESTE.
LOS CAMPEONES DEL MUNDO DE 1950
Alcides Edgardo Ghiggia
Aníbal Paz
Carlos Romero
Ernesto Vidal
Eusebio Tejera
Héctor Vilches
Juan Burgueño
Juan Carlos González
Juan Alberto Schiaffino
Julio César Britos
Julio Pérez
Luis Rijo
Matías González
Obdulio Varela
Oscar Míguez
Rodolfo Pini
Roque Máspoli
Ruben Morán
Schubert Gambetta
Víctor Rodríguez Andrade
Washington Ortuño
William Martínez
Director Técnico: Juan López.