Luis Machado, estudiante de psicología; “quiero trabajar en el fútbol”
Tiene 23 años. Está en segundo año de Facultad de Psicología, juega en Rampla de centrodelantero y viene destacándose por goles y grandes actuaciones en el Campeonato Uruguayo. El domingo por la mañana le hizo dos a Racing y fue el mejor jugador de la fecha. Luis Machado nació en Paysandú, pero hizo toda su carrera hasta la selección juvenil de Diego Aguirre y después de Verzeri jugando y viviendo en Tacuarembó.
-Mis comienzos futbolísticos fueron en Tacuarembó, a donde fuimos a vivir por el trabajo de mi padre, porque trabajando en vialidad era itinerante y en Tacuarembó surgió una posibilidad de mantenerse con efectividad. Hice el baby fútbol en el Esparta, en Nacional, Sub-15 y Sub-17 en Progreso y en las formativas de Tacuarembó hasta Primera en 2009-2010. La pasión por el fútbol en Tacuarembó es enorme, el cariño que la gente nos brindaba, todos los partidos eran una fiesta, con mucha gente allá apoyando siempre en la cancha, en la calle, los amigos. Tacuarembó tiene un lugar muy grande en mi corazón. Jugando en Tacuarembó estuve en la selección de Aguirre y en la que estuve más fue en la de Verzeri que fuimos al Sudamericano Sub-20 2011 en Perú.
Seguir estudiando
Luis Machado no dejó de estudiar estando en el fútbol y en la Selección. “Fui a la escuela número 8 José Pedro Varela, al liceo 5 y al 1 de Tacuarembó, Ildefonso Estévez. Vine a Montevideo a jugar a Cerro e hice un semestre de Facultad de Economía pero, si bien era bueno estudiando y bastante responsable, los números no son lo mío y descubrí que la psicología me interesaba más, era más tangible y me decidí por ella, me gusta la psicología social, del desarrollo de los grupos y también las patologías en general y las enfermedades, ansiedad, depresión… Ahora estoy cursando segundo año de Facultad de Psicología. La voy llevando de a poquito. Al principio, cuando vine a Montevideo extrañaba un poco, pero después como estaba haciendo lo que me gustaba se hizo todo más ameno, también por estar con amigos de Tacuarembó que venían a estudiar. Las primeras veces que vine fue a una residencia de jugadores y después nos quedábamos en el Complejo de domingos a jueves, después fui con unos amigos a Punta Carretas y ahora estoy viviendo con mi novia acá cerca de la Intendencia.
Cuando llegué a Cerro no pude jugar porque llegué en la segunda fecha pero fue un campeonato que anduvimos bien, aunque nos quedamos en las últimas fechas y en el campeonato siguiente tuve una lesión importante, de ligamentos cruzados, que me distanció bastante de las canchas. Estuve bastante tiempo para volver y en Cerro no pude volver a tener nivel de Primera, pero empecé a recuperarme hasta que pasé a El Tanque, donde jugué gran cantidad de partidos pero no tuve la continuidad que quería, tratando de ganar minutos, si bien los compañeros estuvieron espectacular y el técnico también, no pude tener continuidad, porque había grandes jugadores también ahí.
Estaba en El Tanque y surgió una linda oportunidad de ir a Rampla para agarrar continuidad de partidos. Desde el primer momento en que llegué a Rampla, una institución con mucha historia, muy rica en personajes y en anecdotario, en campeonatos, encontré una gran oportunidad y un grupo humano espectacular. Me apoyaron, me hicieron sentir uno más de ellos, sabiendo que se estaban jugando cosas importantes tanto para la institución como para ellos mismos, en todo sentido. Creo que eso me hizo lograr estar jugando todos estos partidos, además de la confianza del técnico que me apoyó bastante.
-¿Qué técnicos influyeron más en tu carrera?
-Importante siempre fue uno de los primeros, (Guillermo) Almada, que lo tuve en Tacuarembó, Hugo Parga también, porque fueron los primeros. También fue importante Verzeri con el proyecto de la Selección y después de todos aprendí un poco, de (Raúl) Möller, ahora de (Jorge) Barrios. Todos sumaron.
-¿Cómo te definís como jugador?
-Me gusta estar en el área, pero también me gusta salir un poco, bajar un poco, tener la pelota, intentar jugar y tirar paredes. Lo que pasa es que con Richard (Núñez) bajar sería innecesario porque él es mejor que tenga todas las pelotas y le dejo el espacio ése para que él pueda aprovechar la pelota, mientras yo me quedo más arriba a intentar que la pelota que me quede ahí pueda mandarla a guardar.
-¿Cuál fue tu espejo como jugador?
-El gordo Ronaldo y un poco más cercano acá, Martín Palermo.
-¿Qué destacarías de la relación de la psicología con el fútbol?
-Si bien la parte táctica, física, es muy importante a la hora de desarrollar el juego dentro de la cancha, me parece que lo fundamental para el jugador es la parte psicológica. Se podría decir que es más importante y me parece que apuntar en ese sentido es vital a la hora de lograr partidos y a la larga campeonatos.
-¿Cuáles son tus expectativas como jugador?
-Ahora, a corto plazo, lograr la permanencia, afianzarme en Rampla, poder seguir logrando triunfos para que la institución quede en Primera. Después, a más largo plazo, seguir creciendo como jugador, como ser humano y aspirar a llegar a otra liga más importante, capaz Argentina, a un fútbol de más trascendencia, como todo jugador espera, para ayudar a mi familia. También, por supuesto a la Selección, donde hay grandes jugadores que uno admira, que aprecia, que se refleja en ellos y siempre fue un sueño que si en algún momento me toca estar, orgulloso estaría de hacerlo.
-¿Y qué perspectivas tenés con la psicología?
-Terminar la carrera en tres o cuatro años y poder después a la larga ejercer, aún estando en el ambiente del fútbol, pero con otra perspectiva más. Estaría bueno ser psicólogo en el fútbol también.
-¿Algo para agregar?
-Agradecer primero que todo a mi familia, que siempre estuvo en los momentos buenos y en los malos. Sobre todo a mi madre y a mi hermana, que siempre me acompañaron en todo. También a mi padre. Y agradecer a la parcialidad de Rampla, que ayuda siempre, que está en todos los partidos, que alienta y al grupo humano del plantel de nosotros que si no fuera por ellos no estaría hablando en un reportaje.