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Los olímpicos uruguayos

Deportistas uruguayos desafían las dificultades económicas para llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024.




La regatista uruguaya Dolores Moreira. REUTERS/Mariana Greif.


29 junio, 2024
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Por Lucinda Elliott

 

29 jun (Reuters) – Para la regatista uruguaya Dolores Moreira, alquilar un barco y remolcarlo a través de Europa para competir en los Juegos Olímpicos de París forma parte del proceso de ahorro de dinero cuando se procede de un pequeño país.

 

Los de París serán los terceros Juegos para Moreira, de 25 años. Desde su debut olímpico a los 16 años en Río de Janeiro, ha sujetado innumerables veces un bote al techo de su coche para atravesar Sudamérica y competir a nivel regional.

 

Así que recoger un barco de alquiler en Barcelona este mes y conducirlo hasta Marsella para abaratar costos no será nada nuevo.

 

“Lo que he hecho es subir el barco arriba de la camioneta y manejar yo con el barco arriba, días y días, justamente para que sea todo un poco más accesible y poder participar en más campeonatos y poder perfeccionar mi técnica”; dijo Moreira a Reuters en el club náutico La Estacada de Montevideo.

 

Sudamérica y el Caribe recibieron del Comité Olímpico Internacional (COI) el nivel más bajo de financiación para becas de atletas en comparación con todas las demás regiones del mundo, según cifras de 2021 presentadas al Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos.

 

En Uruguay no había competiciones de vela de alto nivel, según Moreira, que creció en el departamento ribereño de Paysandú, al noroeste de la capital.

 

“La realidad es que el gran nivel está afuera, entonces sí o sí, para poder seguir mejorando, tenés que estar constantemente saliendo de Uruguay, yendo a Europa, yendo a diferentes países, y obviamente todos esos gastos se siguen acumulando”, relató.

 

Liber García es uno de los directores del comité olímpico uruguayo y trabaja como gerente de un banco en Montevideo. En Uruguay, con una población de 3,4 millones de habitantes, “todo es amateur, hasta la propia dirigencia deportiva”.

 

García se tomará vacaciones en julio para asistir a los Juegos, junto con otros 13 dirigentes que cubrirán sus propios gastos de viaje.

 

Uruguay reservó menos de dos millones de dólares para enviar un equipo completo a París y, a pesar de los problemas económicos, se espera que compitan 27 atletas de nueve deportes diferentes.

 

“Uruguay logra llevar una muy buena delegación (…) Esto habla muy bien del valor, la ‘garra’ y resiliencia de nuestros deportistas”, dijo García.

 

Una nueva legislación que entró en vigor el año pasado obliga al gobierno uruguayo a destinar aproximadamente un millón de dólares anuales a la Secretaría Nacional del Deporte para apoyar a atletas y entrenadores. En países como Francia, los presupuestos anuales ascienden a decenas de millones de euros.

 

Contar con un mandato fijo de mayores recursos permitiría a las federaciones deportivas prepararse mejor para los Juegos, colocando al país en una posición más sólida. “Estamos mucho mejor que antes, pero todavía es insuficiente”, dijo García.

 

RUPTURA CON LOS JUEGOS PASADOS

 

En las afueras de Montevideo, Guillermo Lijtenstein, de 33 años, levantaba pesas como parte del calentamiento de un equipo de rugby Seven en un campo de entrenamiento local.

 

“Creo que tiene mucha importancia (el apoyo económico). Es una suerte que en mi caso pude arreglar para poder entrenar la mañana y en la tarde hacer mi trabajo”, afirmó Lijtenstein, que trabaja como fisioterapeuta.

 

Por primera vez en la historia olímpica de Uruguay un equipo de rugby se clasificó para París, tras el exitoso ingreso del equipo de Seven de Los Teros en el circuito de alto rendimiento en 2022 que está atrayendo patrocinadores.

 

“Nosotros siempre estuvimos acostumbrados a dar ese extra, es algo que creo que caracteriza al deportista uruguayo, no pensar tanto en esa parte económica”, destacó.

 

Por primera vez este año se ofrecerán premios en dinero a los campeones olímpicos de atletismo, en una ruptura simbólica con los Juegos pasados.

 

La decisión adoptada en abril por la Asociación Mundial de Atletismo de conceder 50.000 dólares a cada medallista de oro fue criticada por otras federaciones internacionales, pero en general fue bien acogida por los principales atletas.

 

En el caso de la regatista Moreira, un hipotético premio de 50.000 dólares le permitiría pasar al menos medio año de entrenamiento en Uruguay, destacó.

 

El capitán del equipo de rugby, Diego Ardao, de 28 años, dijo no estar convencido de que un incentivo económico fuera a alterar la actitud local hacia los Juegos, aunque en general apoyaba la recompensa.

 

“Creo que cada uno que está acá lo hace por motivos más trascendentales que quizás de dinero ¿no? Más un sentimiento de pertenencia, de orgullo de representar a tu país y orgullo de cada uno hasta dónde llega. De decir, ¡pucha! Pude llegar a un Juego Olímpico”, señaló.