Lo que no mostró la TV (2)…
Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González
RIEGO: Durante diez minutos, entre las 18.05 y 18.15 horas, los funcionarios del estadio regaron el césped, utilizando una forma bastante rudimentaria. En lugar de abrir aspersores que se elevan en el campo de juego desde el césped, de cada lado detrás de los arcos, un grupo de diez funcionarios cincharon unas pesadas mangueras de bomberos con las que regaron algunos sectores del terreno. El agua fue insuficiente para solucionar la dureza del campo, que hoy de mañana advirtieron en su visita al escenario los integrantes del cuerpo técnico Prof. José Herrera, Mario Rebollo y Dr. Eduardo Belza.
SIN PRELIMINAR: El público continuó ingresando en forma permanente a las diferentes tribunas. Tomaban sus lugares en las butacas y… no tuvieron ningún tipo de entretenimiento. Sin partido preliminar, sin ningún espectáculo -hasta el momento de “colgar” esta nota a las 18.15 minutos-, lo único que podía observarse eran las pruebas de los carteles de led que rodean toda la cancha y la potencia audio del estadio Malvinas Argentinas.
SIN ALAMBRADOS: El estadio Malvinas Argentina no tiene esos horribles e inhumanos alambrados, antiguamente llamados “olímpicos”, rodeando las tribunas. La elipse de cemento sin cortes de las tribunas, termina en un borde sin ningún tipo de elemento para separar a los hinchas del campo de juego. Hay un foso debajo de ellas y luego, donde comienza la zona verde sobre la que está trazado el campo de juego, alrededor de 200 funcionarios policiales, con chalecos naranjas, bordean el terreno ubicándose de espaldas al campo de juego, mirando hacia las tribunas para ver quién se hace el loco para adoptar las medidas correspondientes.
URUGUAYOS (II): El sector de los uruguayos que ocupa toda la parte izquierda de la tribuna Olímpica –tomando en cuenta nuestra posición en el sector de prensa y la referencia del estadio Centenario- está separado en los dos extremos del mismo, del resto de las tribunas que ocupan los aficionados argentinos, de una línea humano de arriba hacia debajo de 10 personas cada una, vestido con chalecos naranjas, acompañadas por policías. Y no hay esos “pulmones” enormes que se usan en Montevideo, en nuestro máximo escenario para separar a las hinchadas.