Liverpool se ganó los aplausos de sus hinchas en el Estadio Belvedere luego del 4:0 a Albion. El equipo de Jorge Bava construyó la goleada con el notable poderío ofensivo. El dato del comienzo auspicioso en el Clausura no pasa inadvertido: siete goles en dos partidos. En esta oportunidad, impuso su juego desde la iniciativa para atacar. A pesar de la ventaja por la expulsión de Federico Rodríguez a los 7’, el manejo de la pelota, en la primera parte, no le aportó llegadas profundas en cantidad. Sin embargo, en el complemento, con Hernán Figueredo en cancha, abrió el  camino. El golazo fantástico de Fabricio Díaz, el capitán, con remate soñado desde afuera del área, acabó con el suspenso  y le dio paso a la ráfaga ofensiva.

La superioridad excedió a la estupenda ejecución de Díaz. Gastón Martirena, desde el costado derecho, resultó abrumador. Santiago Romero y Figueredo, en el mediocampo, también fueron pilares. Y los delanteros evidenciaron semejante fortaleza. Thiago Vecino, el nuevo goleador –ahora con la oportunidad de jugar- aumentó la ventaja con el olfato intacto y el arco en la mira. El delantero no dudó como el segundo asistente -estaba adelantado- y aprovechó el rebote del arquero para enviar la pelota a la red.

El futbol de Liverpool invitó a disfrutar. Toques, espacios libres, y jugadas sucesivas como el penal a Gonzalo Carneiro que el atacante resolvió en primera instancia en ejecución que atajó el arquero Yonatan Irrazábal y Carneiro en la arremetida celebró el tercero. El golazo de Alan Medina coronó semejante producción.

Albion sufrió por la increíble roja a Federico Rodríguez –agredió a Lucas Lemos- y el equipo de Ignacio Risso se expuso. Insinuó en el comienzo y se cayó, sin reacción, superado. Mientras tanto, la alegría se quedó en Belvedere con el renovado Liverpool que ilusiona a su gente.