La vida en una cancha
Luego de la devastadora noticia del fallecimiento de Juan Manuel Izquierdo, Nacional y el mundo del fútbol está de luto ante lo que representa una nueva tragedia en este deporte.
Lamentablemente, en la historia del fútbol los casos de muertes repentinas existen y muchas de ellas se deben a anomalías cardíacas que los jugadores sufren de forma inesperada durante partidos, entrenamientos u otras situaciones. Eso fue lo que sucedió el jueves 22 con el defensa de Nacional, Juan Manuel Izquierdo, quien sufrió una arritmia cardíaca en pleno partido ante Sao Paulo por Copa Libertadores, que luego derivó en un paro cardíaco y en su posterior fallecimiento, tras cinco días de internación en el Hospital Albert Einstein.
Por más que los controles médicos sean cada vez más avanzados y completos gracias a los aprendizajes del pasado, y por más que el continuo desarrollo de la tecnología permita prevenir y atender situaciones desafortunadas como estas, las tragedias siguen ocurriendo. Sin previo aviso. Sin tiempo para reaccionar más que unos efímeros segundos o minutos. Estos hechos generan un impacto profundo en todos los amantes del deporte y se suman a una triste y desafortunada lista de otros deportistas que lamentablemente sufrieron el mismo destino.
En estos momentos, lo único que reina es la angustia, la impotencia y el dolor por la pérdida de un joven futbolista, pero sobre todo por la pérdida de un hombre de buenos valores, humilde, sacrificado, cálido, solidario, trabajador y muy querido por sus compañeros y familia, como lo fue Juan. La escalofriante escena que se vio en el estadio Morumbí, donde Juan se desplomó sobre el césped en los minutos finales del duelo entre Nacional y Sao Paulo, no es la primera vez que sucede en la historia del fútbol y desafortunadamente los desenlaces, en muchos casos, son como el del ex defensa tricolor.
De hecho, en el mismo Morumbí, pero 20 años atrás, en 2004, hubo otro trágico suceso. En un juego por el Campeonato Brasileño entre Sao Caetano y Sao Paulo, el 27 de octubre de dicho año, Sergio Oliveira Da Silva, conocido como “Serginho”, quien jugaba para el Sao Caetano, sufrió una miocardiopatía hipertrófica repentina a los 14 minutos del segundo tiempo. El futbolista, quien había cumplido 30 años días atrás, cayó desplomado sobre el campo de juego del Morumbí y los médicos que acudieron a él iniciaron inmediatamente trabajos de reanimación. El partido se suspendió y el jugador fue trasladado a un hospital. Una hora más tarde, falleció.
Tras cinco días de una lucha interminable en el Hospital Albert Einstein, la vida de Izquierdo, quien apenas unos días atrás se había convertido en padre por segunda vez, puso su punto final y se suma a otros dos casos de futbolistas que murieron por problemas cardíacos en lo que va de 2024. El primero fue el 22 de marzo, cuando el fútbol estuvo de luto por la muerte del colombiano Guillermo Denis Beltrán. El ex jugador de 24 años sufrió un paro cardíaco en pleno entrenamiento del Club Deportivo Real Santa Cruz de Bolivia y falleció en el acto. Tres meses después, el británico-montenegrino Matija Šarkić, quien jugaba como arquero en el Millwall de la Segunda División de Inglaterra, murió a sus 26 años durante una noche en un apartamento de la ciudad de Budva, Montenegro. Šarkić colapsó a causa de un paro cardiorrespiratorio, provocando su muerte súbita.
Anterior a este caso, ocurrió el de Raphael Dwamena, el 11 de noviembre de 2023, que tuvo una fuerte repercusión a nivel mundial y que fue similar al de Izquierdo. Se trataba de un exfutbolista ghanés, quien supo jugar en la máxima categoría del fútbol español, austríaco y suizo, así como en la selección de Ghana. Falleció a sus 28 años, por un paro cardíaco que sufrió durante un partido entre el KS Egnatia -equipo de Albania en el que militaba en aquel momento- ante el Partizán. Dwamena ya había sufrido un paro cardíaco en 2020, del que logró recuperarse, y decidió continuar jugando a pesar de la recomendación de retirarse, teniendo un desenlace trágico cuatro años más tarde.
Así como estos casos, sumados al fuerte impacto causado por el de zaguero de Nacional, existen muchos otros que marcaron la historia del fútbol con lágrimas e impotencia.
LOS CASOS MÁS RECORDADOS
ANDRÉS BALANTA (2022)
El 22 de noviembre de 2022, apenas con 22 años, el colombiano Andrés Balanta se descompensó durante un entrenamiento en Atlético Tucumán, donde el exjugador formado en Deportivo Cali y parte de la selección de Colombia sub-23, estaba teniendo su primera experiencia en el extranjero. A pesar de haber sido trasladado rápidamente a un centro hospitalario y de recibir todo tipo de intento de reanimación, Balanta falleció.
DAVIDE ASTORI (2018)
Otro caso que dio la vuelta al mundo en lamentos fue el de Davide Astori, el 4 de marzo de 2018. Astori, con 31 años, era el capitán de la Fiorentina desde 2015 y murió mientras dormía, en la previa de un partido ante Udinese, debido a una alteración en su ritmo cardíaco. Cuando sus compañeros lo encontraron, ya era tarde.
CHRISTIAN “CHUCHO” BENÍTEZ (2013)
Cristian Benítez era uno de los ídolos de la selección de Ecuador. Surgido en El Nacional de su país, el exdelantero tuvo una rica trayectoria, pasando por clubes como Santos Laguna, Birmingham City y América de México. En 2013, con 27 años, viajó a Doha, Catar, donde firmó con el El Jaish SC. 22 días después de sellar su incorporación, el 29 de julio, el jugador se presentó en un hospital para atenderse por dolores abdominales y terminó falleciendo por una falla cardíaca.
ANTONIO PUERTA (2007)
Durante un partido entre Sevilla y Getafe, el sevillano Antonio Puerta, de apenas 22 años, se desmayó a los 28 minutos del encuentro. El jugador retomó la consciencia y pudo retirarse de la cancha en condiciones normales, pero en el vestuario volvió a sufrir varios colapsos. Por lo tanto, el jugador fue trasladado a un hospital, donde estuvo tres días internado y falleció de un paro cardiorrespiratorio, el 28 de agosto de 2007.
MARC VIVIEN FOE (2003)
A sus 28 años, el exfutbolista camerunés se desvaneció en plena disputa de un partido entre su selección y la de Colombia por la copa de Confederaciones. Tanto sus compañeros como sus rivales se desesperaron por socorrerlo, pero a pesar de los intentos de reanimación, falleció en el campo de juego.
ROBERTO CHERY (1919)
Por último, en un caso recordado en la historia del fútbol uruguayo, se encuentra la del arquero Roberto Chery. El guardameta uruguayo inició su carrera en Peñarol, donde atajó por tres temporadas y supo consagrarse Campeón Uruguayo -en 1918-. Sus actuaciones destacadas lo llevaron a formar parte de la selección uruguaya a sus 23 años, donde disputó el Sudamericano de 1919. En este último, ingresó a la cancha por primera vez en el segundo partido, ante Chile, ya que era suplente de Cayetano Saporiti, quien atajó en el primer duelo, ante Argentina.
El partido ante los trasandinos se jugó el 17 de mayo en el estadio Laranjeiras -viejo escenario de Fluminense en Río de Janeiro-. Chery tuvo una buena actuación y Uruguay ganó 2:0, pero con un evento que resultaría trágico. Durante el segundo tiempo, el arquero de 23 años protagonizó una gran atajada, pero el esfuerzo le provocó el estrangulamiento de una hernia. Si bien pudo finalizar el partido en la cancha, con mucho dolor, luego fue trasladado a un hospital, donde permaneció internado hasta el 30 de mayo, donde falleció. Tras la vuelta a Uruguay, el arquero charrúa fue enterrado en el Cementerio Central, mediante un homenaje.
Por lo tanto, Juan se suma a una desafortunada larga lista de jugadores que partieron demasiado pronto, de forma inexplicable e injusta, haciendo lo que más aman y dejando un legado que las futuras generaciones, tanto de hinchas como jugadores, recordarán por mucho tiempo.