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La vida de Tito Gonçalvez (Nota 3)




Equipo de Peñarol que el 21 de diciembre de 1958 venció a Nacional en el segundo clásico de la Copa Uruguaya, quedando sólo en la punta de la tabla con dos unidades sobre Nacional. Atrás de la imagen las tribunas repletas en tiempos en que las hinchadas de Nacional y Peñarol iban juntas a las cuatro tribunas y los absurdos pulmones no existían. Eso sí, la policía estaba adentro de las tribunas y si algún hincha se hacía loco, los agentes del orden -como antes se llamaba a la policía- se te acercaban, te mostraban el machete y te decían bien clarito: "Mozo, se porta bien o marcha preso". Y vos te portabas bien. Arriba, desde la izquierda Héctor Cocito (K), Walter Aguerre, Luis Maidana, Milton Alves da Silva (Salvador), Roberto Gonzalvo y William Martínez. Abajo, en el mismo sentido. Ruben Cocccinello, Hein, Juan Eduardo Hohberg, Roberto García y Carlos Borges.


13 enero, 2017
Habla la historia Pelota al medio

 

Equipo de Peñarol que el 21 de diciembre de 1958 venció a Nacional en el segundo clásico de la Copa Uruguaya, quedando sólo en la punta de la tabla con dos unidades sobre Nacional.  Atrás de la imagen las tribunas repletas en tiempos en que las hinchadas de Nacional y Peñarol iban juntas a las cuatro tribunas y los absurdos pulmones no existían. Eso sí, la policía estaba adentro de las tribunas y si algún hincha se hacía loco, los agentes del orden -como antes se llamaba a la policía- se te acercaban, te mostraban el machete y te decían bien clarito: "Mozo, se porta bien o marcha preso". Y vos te portabas bien. Arriba, desde la izquierda Héctor Cocito (K), Walter Aguerre, Luis Maidana, Milton Alves da Silva (Salvador), Roberto Gonzalvo y William Martínez. Abajo, en el mismo sentido. Ruben Cocccinello, Hein, Juan Eduardo Hohberg, Roberto García y Carlos Borges.

Equipo de Peñarol que el 21 de diciembre de 1958 venció a Nacional en el segundo clásico de la Copa Uruguaya, quedando sólo en la punta de la tabla con dos unidades sobre Nacional. Atrás de la imagen las tribunas repletas en tiempos en que las hinchadas de Nacional y Peñarol iban juntas a las cuatro tribunas y los absurdos pulmones no existían. Eso sí, la policía estaba adentro de las tribunas y si algún hincha se hacía loco, los agentes del orden -como antes se llamaba a la policía- se te acercaban, te mostraban el machete y te decían bien clarito: “Mozo, se porta bien o marcha preso”. Y vos te portabas bien. Arriba, desde la izquierda Héctor Cocito (K), Walter Aguerre, Luis Maidana, Milton Alves da Silva (Salvador), Roberto Gonzalvo y William Martínez. Abajo, en el mismo sentido. Ruben Cocccinello, Hein, Juan Eduardo Hohberg, Roberto García y Carlos Borges.

Por Atilio Garrido

Al retornar a Montevideo la selección uruguaya del Campeonato Sudamericano de Lima, por la Copa América, con el segundo puesto compartido con Brasil y Perú, detrás de los “caras sucias” de Argentina que se quedaron con el trofeo, oficialmente Néstor Gonálvez se incorporó a Peñarol. Lo esperaban tiempos difíciles.

¿Dios? ¿El destino? El destino, esa fuerza oculta hecha de nieblas y de sueños…

Nacional dirigido por Ondino Viera se consagró bicampeón en 1955 y 1956. Peñarol no lograba repuntar su juego. Ese año los aurinegros tendrán dos directores técnicos. Arrancó Gerardo Coco Spósito, jugador del glorioso año 1949 y también condujo a los mirasoles Severino Varela, el Gallego para los peñarolenses, la eterna Boina Fantasma para los hinchas de Boca Jrs., club al que salvó del descenso con sus goles en 1942. El debut del Tito se produjo el 28 de abril de 1957, ante Wanderers, con victoria 4:1 por la Copa Competenciacon con la camiseta aurinegra en el pecho. ¿El equipo? Maidana, Huelmo y William Martínez, Rodríguez Andrade, Gonçalvez y Gonzalvo; Borges, Hohberg, Migues, Balseiro y Leicht. ¿El rival? Enriquez, Walter Sosa y Barrios; Aude, Vazquez y Méndez; Andrada, Bonilla, Silva, Uberto Jiménez y Cabrera. En ese año obtiene su primer título con Peñarol: Campeón de la Copa Competencia.

Inmediatamente… apareció, una vez más, el otro impostor. El fracaso. Dos golpes duros uno atrás del otro. El joven Gonçalvez integra la selección de Uruguay que queda eliminada de la Copa del Mundo de Suecia 1958, al perder 5:0 ante Paraguay en Asunción. Además, el 20 de octubre de 1957 cae 2:0 en su debut clásico ante el rival de todas las horas. Peñarol formó con Maidana, Walter Davoine y Vanoli; Rodríguez Andrade, Gonçalvez y Darwin Varela; Mirto Davoine, Elío Montaño, Miguez, Balseiro y Leicht. Y a fin de año, con un empate 3:3 en el clásico –juega el Tito- Nacional consigue el tricampeonato al ganar el torneo Uruguayo de 1957.

EL AÑO CLAVE DE 1958 CON GUELFI PRESIDENTE Y “EL HUGO” ENTRENADOR

En medio de la crisis institucional, las elecciones de enero de 1958, muy peleadas en las urnas entre cinco listas, colocaron al Cr. Gastón Guelfi en la presidencia del club y al comando de una directiva dividida. El técnico Hugo Bagnulo, de buenas actuaciones anteriores en Defensor, asumió la conducción del equipo.

-“Quiero reiterar el papel que jugó Hugo Bagnulo, un hombre que, además de excelente técnico, era un verdadero amigo y consejero del futbolista, con esa psicología criolla que no se compra -recordaba el Tito-. Además, Peñarol comenzaba a vivir una etapa de completa renovación institucional y deportiva, con la nueva plana dirigente, con Guelfi, Parrabere y Cataldi, algo así como una vuelta de tuerca a la filosofía general de la conducción futbolística. Se estaba procesando, sin duda alguna, la gloriosa etapa de la década del sesenta; la de los grandes triunfos internacionales del club que nunca han sido igualados en la sucesión maravillosa en que se obtuvieron, en la época del cuadro espectáculo y el nombre de la institucióbn adquiriendo categoría popular en los más remotos rincones del mundo”.

Más allá de sus optimistas palabras, la realidad pintó muy dura en ese año 1958. Nacional obtuvo la Copa Competencia y en el Campeonato Uruguayo, el torneo se definió en el ante último partido de la temporada. Nada menos que en el clásico ante los albos, como le decían en aquel entonces a los tricolores de hoy. El 21 de diciembre de 1958 no fue un clásico más para Gonçalvez. Llevaba cinco sin ganar y llegó el primer triunfo inolvidable por varios motivos. Peñarol arrancó el cotejo abajo en la tabla por un punto. Escalada puso en ganancia a Nacional con un golazo. Un remate bien cruzado desde la izquierda, un bombazo de esos que sacaba el popular Chongo, contra el arco de la Ámsterdam. Empató Hohberg con uno de aquellos remates propios del Cordobés, desde afuera del área. Taibo se quedó parado. Y en el final, faltando ocho minutos, otro remate de Hohberg que Taibo sacó al córner. Desde la derecha contra el arco de la Ámsterdam, lo ejecutó Borges al medio del área. El salto solitario de La Gata García, el cabezado y el gol. Gol, triunfo y puntero del torneo faltando una fecha con dos puntos de ventaja. Peñarol formó aquella tarde con  Maidana, William Martínez y Salvador; Aguerre, Goncalvez y Gonzalvo; Coccinello, Hein, Hohberg, Roberto García y Borges. Nacional dirigido por Ondino, presentaba la delantera espectáculo que había aparecido en diciembre de 1957. Y la férrea defensa que solía armar el entrenador nacido en Melo: Taibo, Troche y Marichal; Salaberriborda, Ruben González y Mesías; Héctor y Raúl Núñez -que no eran hermanos-, Julio Acosta, el maradoniano Héctor Ciengramos Rodríguez  y Escalada…

“No me olvido –afirmó el Tito cuando le recordé que no todas fueron flores en el final de ese año 1958- lo que sufrimos ese año. En la primera rueda anduvimos muy bien, ganamos de corrido y empatamos el clásico sin goles. En la segunda parte del Campeonato Uruguayo nos vinimos abajo. Empatamos con Liverpool en Belvedere, perdimos con Wanderers y Sud América y empatamos con Cerro. El Hugo no encontraba el equipo. ¡Y eso que jugaban todos los cracks! Anote: Juan Eduardo Hohberg, el porteño Montaño -el Loco- que la rompía, Omarini, Evaristo y Roche que eran otros argentinos, Cancela que decían que pudo estar en el plantel de 1950, Balseiro, Borges y Cubilla que era un chiquilín. Estábamos en el horno. ¡No me olvido! El partido anterior al clásico fuimos a jugar a la cancha de Danubio. Si perdíamos adiós mi plata. Veníamos mal, mal.  Diga que Nacional también venía medio a los tumbos. Cuando el Hugo nos dijo el equipo yo pensé que nos tiraba al bombo para que perdiéramos. Se lo digo de corazón. Armó Hugo Bagnulo un cuadro con una delantera casi nueva, colocando a esos botijas que nunca habían jugado junto con nosotros y que, después en el clásico, a la semana siguiente, lograron dar vuelta el partido ante Nacional. Me refiero a Coccinello, el coloniense Hein, la Gata García. En la curva de Maroñas fue un partido durísimo. ¡Y lo ganamos 3 a 1! Fue el sábado antes del clásico. Con el triunfo igualamos a Nacional en la tabla. Pero, al otro día, el domingo, Nacional jugaba ante Rampla Jrs., que venía muy bien. Estaba tercero. Si Nacional ganaba o empataba llegaba primero al clásico con resultados a favor. Pero… ¡Rampla le gana 2 a 0 y los dos grandes llegamos al clásico con el mismo puntaje!”.

La primera victoria ante Nacional y el primer título de campeón uruguayo con la camiseta aurinegra, conseguido la semana siguiente en condiciones también particulares. Los albos jugaron el sábado y le ganaron a Liverpool 3:0 forzando a Peñarol, que al día siguiente enfrentaba a Defensor. Bagnulo por primera vez en la segunda rueda repitió el equipo ganador. Empataron 1:1 y Peñarol dio la vuelta olímpica. Rampla Jrs. quedó en segundo lugar y tercero Nacional.

EL MAL ARRANQUE DEL AÑO 1959 Y UNA BATALLA CAMPAL ANTE BRASIL

Luego de la alegría, otra tristeza. El Campeonato Sudamericano al comenzar 1959 en Buenos Aires. Una larga preparación a cargo de Héctor Castro y el Prof. Mendívil; un debut 7:0 ante Bolivia el 8 de marzo con Taibo, William y Clímaco Rodríguez; Roque Fernández, Gonçalvez y Miramontes; Héctor Núñez (Domingo Pérez), Aguilera, Guaglianone (Douksas), Sacía y Escalada (Borges). Después la derrota ante Perú 5:3; el triunfo ante Paraguay 3:1 y el 26 de marzo la guerra ante Brasil.

-“El temperamento propio de los uruguayos nos jugó una mala pasada –afirmaba El Tito-. El plantel era muy bueno, pero en el partido con Brasil todo se vino abajo. Terminó en una batalla campal, creo que fue la más grande en la que participé dentro de una cancha de fútbol. ¡Y mire que hubo varias!. Tuve la primera amarga experiencia de mi expulsión, junto con Davoine”.

En aquel partido del 26 de marzo, Uruguay formó con Leiva, William y Silveira; Davoine, Goncalvez y Mesias; Borges, Demarco, Douksas, Sacía y Escalada. Lo agreden a Silveira. El chileno Carlos Robles era el juez. El campeón del mundo, Brasil, no podía perder, otra vez, ante los celestes. Formó con Castilho (Gilmar), De Sordi y Orlando; Djalma Santos, Formiga, y Coronel (Paulo Valentin); Garrincha (Dorval), Didí, Almir, Pelé y Chinezinho. A la media hora un lío explotó la bomba, cuando fue agredido Alcides Silveira. La pelea fue todos contra todos. Didí le pegó una patada voladora a William Martínez y cuando estaba en el suelo, lo agarró el masajista Mauro Américo, el de 1950, para que Pelé le pegara una patada en la cabeza. El juez expulsó dos jugadores de cada lado. Cuando se reanudó la lucha Uruguay se puso en ventaja con gol de Escalada a los 39 minutos. Después se vino la debacle al convertir tres goles Valentín a los 52, 80 y 88 minutos.

Al retornar a Montevideo el Prof. Humberto Mendívil, preparador físico del plantel, hizo público un escandaloso informe que se difundió a la prensa. Uno a uno se expresaba de los jugadores. Textualmente, de Néstor Goncalvez, opinó lo siguiente: “De buen físico. De reacciones más bien lentas, poco veloz. Con buena movilidad articular y buena flexibilidad. Bien coordinado, con buena disposición para el trabajo. Trabajó en el seleccionado un mes menos que los demás jugadores. Generalmente juega bien el primer tiempo, cansándose luego a medida que pasan los minutos. Necesita un trabajo especial en fondo, prolongado, ya que este es un problema permanente en él. De buena conducta. Moralmente sano. Buen compañero, se hace querer. Fue el iniciador de los incidentes en el partido con Brasil. Es muy joven aun y con una buena orientación puede corregir su indisciplina en la cancha”.

EMPATE EN TORNEO URUGUAYO Y LOS JUGADORES DE PEÑAROL NO VAN A LA SELECCIÓN 

En este año 1959 volvió a Nacional, nada menos que Walter Gómez, en su retorno después de sus notables actuaciones en River Plate de Argentina y su pasaje de poco destaque en el Palermo de Italia.

-“Un jugador sensacional. Una calidad tremenda para dominar la pelota, jugarla y recibirla, apoyado por un pique y un velocidad que, a pesar de haber pasado su mejor época, la exhibía demostrando sus condiciones”. Así recordaba el Tito aquel notable jugador que estuvo a punto de cambiar la historia gloriosa que había iniciado Peñarol.

Nacional ganó la Copa Competencia. En el torneo uruguayo, manteniendo a Bagnulo en la dirección técnica, los aurinegros arrancaron en gran forma sacando una ventaja que parecía indescontable, luego de ganar el clásico de la primera 2:0 quedando al tope de la tabla. Cumplida la fecha 12, cuando faltaban sólo 6 partidos para terminar el torneo, Peñarol le sacó a Nacional seis puntos (en aquel tiempo la victoria otorgaba dos unidades). Pero… los puntos se fueron perdiendo, llegando Peñarol al segundo clásico con sólo dos puntos de ventaja después . Un gol de Walter Gómez definió el partido. El Botija logró que el primer puesto de la tabla de posiciones quedara empatado entre los dos grandes.

La final no se pudo disputar inmediatamente. La AUF había comprometido su participación en el Campeonato Sudamericano Extraordinario de Guayaquil, donde se inauguraba el Estadio Modelo. Los jugadores de Peñarol no integraron la selección. Dirigida por Juan Carlos Corazo, sin entrenamientos previos, un equipo con la base de Nacional y varios jóvenes, retornó invicto con el título de campeón y un 5:0 favorable ante Argentina.


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