La misma moneda
La reciprocidad bien entendida, es de orden. El futbolista es el protagonista principal del futbol; no puede o no debe superar ese lugar quien “los cortos” no utilice. Pretender invadir ese lugar es tener una deformación de lo razonable.
Robert Burton fue un escritor y erudito Ingles nacido en Lindley; fallecido en Oxford (1577-1640) que una vez escribió………“La pluma puede llegar a ser más cruel que la espada”
Muchas cosas pasan por la cabeza de un entrenador de futbol mientras dura su relación contractual con el club, y en su lucha directa de un partido y lo posterior a él; “tiene condimentos” a veces desconocidos.
Con el paso del tiempo de un régimen a principio de siglo XX que era colectivo en cuanto a cómo se formaba un equipo a este actual de hoy en el siglo XXI, hay una diferencia sideral.
El entrenador actual tiene una familia deportiva compuesta por unos (varía) 25 futbolistas, todos con sus diferentes situaciones. El resto de cuerpo técnico, que cada vez es más amplio (Alterno, PF, Dr., Entrenador de goleros, utilero, masajista (el otrora y efectivo kinesiólogo) agregándole fisioterapeuta, sicólogos, el famoso “canchero”, e “inda mais”). Es muy claro que no en todos los casos el cuerpo técnico se compone de esta manera pero es para dar una idea de la responsabilidad del entrenador (que es uno solo).
A esa familia deportiva le toca lo que se encuentra cuando llega a un club; que es una comisión directiva y sus fieles seguidores a los cuales con sus resultados debe rendir cuentas, de una manera directa con unos e indirecta con los otros; pero además saber cuál o cuáles son sus reacciones ya que son “resorte” del buen manejo que uno debe hacer. Hasta ahí su “familia” directa y a quienes se debe, y eso es entendible porque uno es contratado y luego según avatares deportivos puede quedarse un tiempo o en su defecto se marcha y estos últimos (directivos, fieles seguidores y algún integrante de cuerpo técnico; siguen) son los que “están en el club al pie del cañón siempre”.
Todos estos anteriores que deben sumar una cifra importante pasan por la cabeza del entrenador y uno sabe que están a la hora de un balance o uno debe estar atento rápidamente en caso directo de plantel o cuerpo técnico para lograr lo que uno pretende como meta deportiva. Y esa meta deportiva en un futbol competitivo (es decir que al ser por 3 puntos y al haber 2 arcos (uno para defender y otro para hacer gol) no admite otra que ganar.
En esa decisión rápida uno esta como “escudo” de esas primeras (por decir un numero) personas involucradas entre jugadores, cuerpo técnico, dirigentes; que serán pues varia, unas 50 personas que dependen directamente de un solo accionar de manejo del cual uno es responsable.
Y detrás están los seguidores que también “la sufren” o “la gozan” según el resultado.
Todo este panorama depende de un buen manejo deportivo donde uno solo es la cabeza y el responsable deportivo, donde también es claro que uno elige la profesión, nadie te obliga.
Después están los que no dependen de resultados. Y que si por trabajo, o por acontecimientos; hacen que uno no atienda un teléfono son “defenestrados” públicamente.
Si la democracia es libre se entiende que es para los dos lados. Si algunos entrenadores no son recompensados con “reportajes” aun hayan tenido logros importantes, también tiene derecho que si por razones de fuerza mayor no atienden, no es justo que se les descalifique, “porque calavera no chilla”.
Si de un lado se debe soportar el embate que sea; eso estaría dentro del primer espectro (dirigentes, si me cumplen tienen derecho a exigir, y los seguidores porque son lo “más puro” en cuanto al sentimiento y lo expresan a su manera).
Pero que “las balas” vengan porque no atiendo el teléfono, porque no puedo, no es parámetro de justicia.
Si el publico escucha en informaciones cuánto gana tal futbolista o tal entrenador, bueno estaría que “la moneda fuera la misma” hacia el otro lado; porque ahí si el protagonista podría ser “otro” o algún descendiente del Fraile dominico Tomas de Torquemada (que fue nombrado por el Papa Inocencio VIII; Inquisidor General del Principado de Cataluña, de la ciudad y del Obispado de Barcelona en Octubre de 1483).
De la misma manera que los medios tiene sus preferencias en cuanto a invitados o reportajes; no olviden que los entrenadores también tienen sus derechos de elegir o simplemente no tienen porque estar siempre con el celular prendido; además………… el contrato es con el club; muchachos…….