La marca en el orillo
Alejandro Garay, DT de la selección uruguaya Sub 17.
La selección uruguaya sub 15 ganó su derecho a jugar la final del Torneo Sudamericano de la categoría al vencer a Argentina 2 a 1 y con características que reviven las grandes tardes o noches en nuestro apasionado futbol.
Los de Alejandro Garay cumplieron con la mejor de las tradiciones celestes.
Alejandro Garay, DT de la selección uruguaya Sub 15.
Dejemos de lado el resultado, que importa y mucho; pero los muchachos y el entrenador mostraron facetas dignas de resaltar.
Pasaron a perder y mostraron una rebeldía con algo difícil de lograr en esas edades; mantuvieron la tranquilidad e intentaron mediante el juego imponer una superioridad, hasta que lo lograron concretarlo dando vuelta un resultado nada menos que en un clásico con Argentina donde las pulsaciones muchas veces pueden traicionar cualquier intención.
Lo que no dejaron de lado en ningún momento fue su orden, sus ganas, su calidad demostradas en jugadas de alto nivel y no bajaron los brazos jamás obteniendo su premio al mejor estilo de selecciones uruguayas o equipos orientales.
Esta faceta hace que la “llama” siga encendida, en cuanto al compromiso que es vestir esta camiseta. Una de las cosas que “vence al tiempo” en cualquier equipo uruguayo, es el amor por defender “la gloriosa”, y estos muchachos mas allá de que todavía falta la final, hicieron que “la marca en el orillo”, en este escalón (sub 15) alienta esperanzas de futuro en este rubro que asegura un compromiso; da tranquilidad a la afición, ya que el ganar de la manera expuesta satisface “al alma”.
El canto del himno y el festejo son puntos altos que demuestran “esa” comunión que tienen. Por supuesto que con eso solo no se gana, pero estamos escribiendo de esa faceta que contribuye a que el compromiso es desde esta edad; donde muchas veces el rumbo no está definido y donde el orientador tiene “trabajos extras”. Evidentemente y a la luz de los hechos esta “materia” ha sido de un trabajo excelente desde todo ángulo.
A esperar la final, de esta selección que nos dio una esperanza con el aditivo de mantener la mejor de las tradiciones.
