La Liga está en pañales
Cuando en el 2003 se instauró la Liga Uruguaya, muy pocos imaginaron el auge que iba a tener en tan poco tiempo, ni tampoco la caída que podía sufrir más adelante.
Los primeros años, con Paysandú, Salto Uruguay y Soriano como abanderados; el interior se hizo fuerte y era común verlos en la definición. Salto Uruguay campeón 2004, Paysandú finalista en 2003-2004 y Soriano semifinalista en el 2005 son sólo algunos ejemplos de lo que se vivía. Lista de espera para ser sponsor en los equipos, gimnasios abarrotados de gente y figuras que viajaban al interior, eran algo común en los primeros años. Pero todo cambió de un momento a otro hasta llegar al formato que hoy en día tenemos, de dos Ligas paralelas que juntan Montevideo con el Interior recién en la segunda etapa de la temporada.
La cantidad de equipos en la capital ha llevado a que los jugadores de “elite” pidan mucho dinero para mudarse al interior, lo mismo sucedió con jugadores de menos nombre y últimamente los planteles se terminaban conformando por juveniles que en muchos casos buscaban conseguir minutos que no iban a tener en Montevideo. Esa merma deportiva llevó a que dejaran de pelear arriba y esa lucha por siempre salvarse del descenso terminó desmotivando al público, sponsors y sobre todo dirigentes. Escenarios semi vacíos, déficit en los presupuestos y desmotivación terminó liquidando un proyecto ambicioso que ilusionó y mucho.
La idea es de a poco ir bajando los equipos que compiten por la capital, este año serán 3 los descensos y 2 los ascensos. En un futuro se llegará a 14 equipos y se buscará que en algún momento sean 12 los que estén en la máxima categoría. A su vez el Interior en ese período irá adquiriendo rodaje para que las diferencias no sean tan amplias como ahora. El tiempo perdido ya es cosa del pasado y si bien va a costar que la integración sea total, se busca ir por el camino más sólido, con estructuras que puedan ser durables y proyectos a largo plazo.
Para que se llegue a una integración total o parcial es necesario que todos cambiemos la cabeza, desde los jugadores hasta los periodistas, pasando por los dirigentes y el público. Somos un país chico, de distancias cortas y sin embargo nos quejamos de los viajes. Qué dejar para Argentina, Brasil, Venezuela o sin ir tan lejos Chile. Ni que hablar de las competencias de Europa en las cuales es inevitable viajar para poder competir. La nueva estructura está gateando, no llegó a dar ningún paso, pero lo importante sería que sean sólidos más allá que lleve su tiempo empezar a caminar.
La primera vez corrimos antes de gatear, en esta oportunidad parece que se busca ir por el camino que pueda ser más duradero; gateando primero, dando pasos luego, para llegar a lo que todos anhelamos, una verdadera Liga Nacional que por ahora, está en pañales.