La humildad no se pregona; se ejerce
La humildad no es algo que se compre en las farmacias.
En mi segundo libro; “Campeones y culpables” (2007) cuento 3 anécdotas de tres seres maravillosos y exitosos que pusieron en podios mundiales a nuestro querido país. Dos de las mismas fueron vividas directamente por mí con ellos. La tercera es como consecuencia de mi investigación para los propios libros recogida en la Biblioteca Nacional en lectura de diarios de diciembre de 1950. Los protagonistas son José María “Chema” Rodríguez, Hugo Bagnulo y Juan López, dejando las dos últimos para otro relato.
La primera es con alguien muy querido por mí como lo fue José María “Chema” Rodríguez.
Dentro de las informaciones que fui acumulando hasta transformarlas en un documento único sobre entrenadores uruguayos en el mundo, solo con campeonatos ganados en esos países o con títulos internacionales con Uruguay o clubes nuestros; estaba una noticia donde se contaba que en México en cuanto a entrenadores campeones de aquel país figuraba de esta manera: 1956-57 Guadalajara (Donaldo Ross-Uruguayo) y más adelante 1965-66 América (Roberto Scarone-Argentino). Yo hasta ese momento al desconocer a Ross me imaginé que estaban invertidas las nacionalidades dado que tenía la certeza de Scarone como uruguayo. Entonces decidí llamar a “Chema” Rodríguez pues sabía que por sus años trabajados en México, tendría mejor información. Lo llamé; lo consulté si él podría ayudarme, y me dijo con esa voz de sonido grave: “Longuito” vengase nomás”. Y allá fui a la calle Caramuru casi enfrente a lo de Fernando Morena.
Entré y le consulté diciéndole de la confusión que debe de haber tenido el que colocó la información pues yo entendía que habrían invertido las nacionalidades de los entrenadores. Me respondió que no, ya que Donaldo Ross era uruguayo, agregando que además había su entrenador en La Piedad en su época de jugador y que Scarone por cierto era oriental. Como yo tenía en los registros que “Chema” había sido campeón con Guaraní de Asunción (1967 y 69), dije para mis adentros, “mejor tengo otro entrenador campeón” (por Ross) y lo anoté para después corroborar con investigación. Y me agregó que él había dirigido en México, a varios pero que con el Irapuato había sido campeón de la Copa de Oro de Occidente; torneo oficial válido por la Federación de aquel país en el año 1959. Nuevamente dije para mis adentros: “qué bueno, tengo más títulos”. Entonces me “atreví” y le pregunté; “dígame; ¿tiene más títulos UD?; a lo que respondió: “déjelo así que está bien”. Me despedí y le agradecí mucho.
Con el paso del tiempo y unos 6 meses después de ese momento, buscando informaciones de entrenadores que habían estando exitosamente en el futbol ecuatoriano, encuentro en un diario de 1965 una foto de “Chema” Rodríguez y su información que decía “Ecuador busca su primer mundial a Londres 66 en Santiago” (se jugaba una final clasificatoria con Chile y por primera vez Ecuador podía tener su chance de ir a un mundial). Me dije: ¿“Chema” dirigió Ecuador? Y deduje que en esa época sin Internet ni tanta globalización el tendría que haber hecho meritos en ese país para llegar a la selección. Entonces lo llame y se lo pregunté, a lo cual sin responderme me pidió que fuera a su casa. Allá fui inmediatamente. Al entrar una sonrisa se le dibujaba. Y agregó: “si dirigí la selección de Ecuador y no me olvido mas de ese año pues dirigí la selección, me casé y salí campeón con Barcelona”.
¿Salió campeón con Barcelona también? Si; respondió; sin agregar más nada; a lo que repregunte´:” ¿tiene más títulos?; “no, está bien así”. No insistí, saludé y me fui. Yo feliz que seguía agregando títulos al libro.
Pasado 1 año y medio, más o menos, y buscando la larga lista de entrenadores campeones uruguayos en Paraguay, me encuentro nuevamente con José María “Chema” Rodríguez campeón con Olimpia en 1971. Repito el “ritual” de llamarlo y me responde lo mismo que lo anterior, “venga Longuito”.
Al entrar me dice: “¿lo encontró?”, y le dije; “encontré que fue campeón con Olimpia en 1971”. “Si, es así”, respondió con satisfacción.
El respeto que siempre tuve por todos ellos no me permitía tener una opinión que dejara sombras de dudas, entonces tomé coraje y le pregunté con el mayor de mis respetos: “UD disculpe pero hace casi 2 años que estoy sumando títulos suyos; “¿porque no me dijo todo junto?”. A lo cual me responde con esa voz inconfundible y donde el argumento parecía venir de un niño……”Porque me da vergüenza” a lo que acoté: “¿vergüenza ser campeón?” y me sentenció con una respuesta que jamás olvidaré: “vergüenza decirlo yo”.
En los 50 años de A.U.D.E.F (diciembre de 2013) comenzamos a homenajear a jugadores campeones sudamericanos del pasado. Los primeros fueron los de 1956 donde tenemos a 2 entre nosotros ya que por esa fecha el queridísimo “Lucho” Borges estaba muy cerca de dejarnos siendo Escalada y “Cata” Roque los homenajeados.
Para próximo homenaje estarán los campeones de 1959.
Tiempo después aprovechando en un partido estando con colegas en cancha de Wanderers, veo pasar a Domingo Pérez; y voy en su busca para informarle del acontecimiento que vendrá.
Entonces luego de los saludos de rigor, le comunico la nueva y también le consulto para tener como antecedente: “¿ustedes han recibido algún homenaje de parte de la A.U.F?” y me responde; “ellos no tenían ninguna obligación de homenajearnos, la obligación era nuestra, porque cuando no poníamos la celeste, la responsabilidad era nuestra”.
Uno de nuestro “próceres” en A.U.D.E.F fue Don Hugo Bagnulo y otro que lo tenemos en la mesa actual es Juan Martin Mugica. Jamás los escuche hablar de ellos, siempre resaltaba don Hugo lo de otros, y Juan es incapaz de decir yo fui campeón uruguayo, campeón sudamericano, campeón de América y del mundo como jugador y también como entrenador.
La humildad no se pregona; se ejerce.