LA “CINTURA” COMO PARTE DEL FÚTBOL
Los árbitros y los entrenadores tenemos cosas en común.
Nuestras “hinchadas” o seguidores se resumen a nuestras familias.
De la misma manera que el árbitro esta solo en la mitad de la cancha; aunque con asistencia de sus colaboradores en la línea de banda mas el cuarto árbitro, el entrenador aunque tenga al cuerpo técnico cerca; su decisión es en soledad.
El cuarto árbitro es el encargado de que la punta del zapato del entrenador no se extralimite de su área técnica y el entrenador debe cumplir con este tipo de reglas. Una tarea que el cuarto la cumple a “rajatabla”, como misión principal de su tarea, desde la óptica nuestra.
¿Los reglamentos son fijos? o el sentido común, debería estar presente en casos especiales, o momentos especiales. Como en otros casos sucede.
El que pretenda que un entrenador no vibre, en un partido, no tiene la esencia de la pasión del fútbol, o saben de la vida pero no saben de fútbol. Y ahí es donde el reglamento debe “tener cancha”, para hacerlo cumplir, a mi entender.
El pasado 27 de marzo se fueron expulsados en el partido entre Peñarol y Danubio; los 2 entrenadores, Leonardo Ramos y Pablo Peirano.
Cada vez hay más entrenadores con “tarjeta roja”. ¿Será que se extralimitan o que es fácil demostrar autoridad en esas circunstancias?
Los árbitros ante un error de un fallo, que inclusive decide un partido, argumentan que son humanos.
¿Los entrenadores, no lo son?
Los DT deben abandonar la cancha en el momento de la expulsión; y para cumplir el partido de suspensión, un poco más tienen que abandonar por ese partido, el país y sin ningún medio de comunicación. Es una clara exageración, el ejemplo que pongo, pero que “pinta” el ostracismo que debe vivir para cumplir su pena el conductor.
¿Los árbitros abandonan la cancha ante un fallo injusto, de ellos? Aunque este determine un ganador y un perdedor. Como alternativa ¿entra otro?. Es claro que no.
Muchas veces sin advertencia previa se recibe la expulsión del DT.
Hace muchos años y siendo entrenador de las juveniles (5ª. división) de Liverpool contra Cerro, en un partido en la cancha de Huracán del Paso de la arena, sucedió algo dentro del partido en sí que se necesitaba “cancha” para solucionar lo ocurrido entre el árbitro y jugadores; y la autoridad decide por algo que no soluciona y a la vez generó otras reacciones; expulsar un jugador de los negriazules. Cuando me acerco a los vestuarios, al finalizar el primer tiempo, muy cerca de la autoridad del partido, le expreso…….”en estas categoría tenemos que aplicar algunas veces la docencia, para enseñar en casos que lo ameriten”. La respuesta no se hizo esperar……….”yo no estoy para hacer docencia, estoy para aplicar el reglamento”.
Todo dicho.
Ahora, a mi entender, ocurrió un hecho desgraciado, por un motivo de sentido común.
En un partido, ahora en Marzo, de sub 16 donde Huracán del Paso de la arena debía jugar, ocurre previamente al encuentro el fallecimiento de la mamá de uno de ellos. Le solicitan al árbitro del encuentro hacer un minuto de silencio para el sentido homenaje. La máxima autoridad no lo permitió porque el Colegio de árbitros es el que imparte la orden, y la misma no estaba dada, por desconocer la solicitud.
Los muchachos haciendo caso omiso al árbitro, y por el respeto que se merece el momento, hicieron igual el minuto de reflexión; todos abrazos en el centro del campo, aún con el veto del central.
Como me respondieron a mí en aquel día, precisamente en la cancha del club que desconoció la orden de no realizar el minuto de silencio………..”no estamos para hacer docencia”
Hay valores que se les deben enseñar a las nuevas generaciones.
Y también la “cintura” para quienes también no tienen “hinchada”, como los entrenadores, y por lo menos una “amarilla previa”.
A Esteban “Turco” Marino y a Ramón Barreto le ocurrían arbitrajes a veces con errores donde eran ellos los que se equivocaban, pero “la cintura”, formaba parte de sus tareas, …………….. y también aplicaban el reglamento.